Las últimas cubas de agua para los barrios afectados por la radioactividad en Almería

Más de 1.500 vecinos de las barriadas de Castell del Rey y Pescadería-La Chanca llevan medio año sin poder abrir el grifo de sus casas porque el agua que recibían, procedente de los Pozos de Bernal, no es apta para el consumo porque presenta un exceso de radioactividad. El abastecimiento de los núcleos afectados por las restricciones se está realizando desde finales de año con camiones cisterna que en turno de mañana y tarde descargan el agua que previamente han cogido en otras tomas de la red municipal como la que se encuentra a escasos metros del Estadio de los Juegos Mediterráneos en la Vega de Acá. Cada día estas cubas reparten una media de 6.000 litros diarios del mismo agua que beben el resto de ciudadanos y, por tanto, con todas las garantías sanitarias.

La alcaldesa de Almería, María del Mar Vázquez, ha anunciado hoy que las obras que se vienen realizando desde principios de año para conectar las barriadas afectadas con el depósito de San Cristóbal ya han terminado y sólo falta la autorización de la administración andaluza para que se inicie el bombeo de agua y se vuelvan a abrir los grifos en Castell del Rey y Pescadería-La Chanca. Aqualia, empresa concesionaria del Servicio Municipal de Agua de Almería, ha remitido las analíticas realizadas al agua que llegará a estos núcleos a los organismos competentes para su estudio y confían en que se pueda iniciar el suministro con total normalidad a partir de la próxima semana.

La actuación que se ha realizado para solventar el problema con el abastecimiento de más de 1.500 vecinos de la capital ha consistido en la materialización de una tubería de casi siete kilómetros de longitud que ha supuesto una inversión municipal de poco más de dos millones de euros. El coste es sensiblemente superior a la estimación inicial, según han explicado fuentes municipales, porque se han tenido que ejecutar seis plataformas de acceso a las obras mediante el arreglo de caminos, cuatro puntos de ventilación, el refuerzo de la instalación eléctrica del depósito de San Cristóbal con la puesta en marcha de un transformador de 100 kilovoltamperio y un grupo electrógeno para el sistema de bombeo y telecontrol del centro y otras medidas de seguridad.

Además de la tubería que llega hasta las inmediaciones del DiverHotel de La Parra y el sistema de bombeo dentro del depósito de San Cristóbal, se ha tenido que instalar un colector -poliuretano de alta densidad- que dota de agua mezclada a todos los puntos del suministro que hasta la fecha venían recibiendo agua directamente del canal de Benínar procedente de los Pozos de Bernal. Se ha colocado un grupo compacto de bombeo diseñado para mantener la presión constante en la red gracias al ajuste continuo de velocidad de las bombas, adaptándose el rendimiento del sistema a la demanda de suministro. Toda la instalación nueva queda integrada en el sistema de telecontrol de Aqualia, con la inclusión de caudalímetros inteligentes que ayuden a la detección de averías o uso fraudulento del agua.