Teodosio Oliver Pallarés, el director de la eterna sonrisa
El que fuera director de La Salle falleció el pasado 21 de febrero a los 49 años

El hombre de la eterna sonrisa, un trabajador incansable y un director que quería que su colegio avanzara en cualquiera de las áreas del conocimiento, la solidaridad y los buenos valores. El pasado 21 de febrero, Teodosio Oliver Pallarés, que fue director del centro educativo La Salle Virgen del Mar, se despedía del mundo terrenal, a los 49 años, para seguir velando por los suyos desde ese cielo que tan presente tienen en su colegio.
Durante unos años y hasta que llegó la enfermedad, fue director de uno de los colegios centenarios de la capital, La Salle. Su labor fue incesante en estos años de mando en el centro, que fue cuando muchos lo conocimos más de cerca. Diario de Almería, y quien suscribe estas palabras, vivió durante estos años de dirección de Teodosio Oliver momentos muy importantes para el colegio, como la visita de la que es actualmente Reina de España, anteriorerme Princesa de Asturias, Doña Letizia Ortiz.
La visita de la realeza estuvo acompañada por la labor solidaria del colegio y el premio que recibió por favorecer la integración de los estudiantes con otras capacidades en las aulas. El centro fue escogido para un congreso sobre enfermedades raras donde los alumnos no dudaron, comandados por Teo, como muchos lo llamábamos, en ser una parte solidaria e integrante de la cita.
Cuando escribo estas palabras no necesito mirar en la hemeroteca porque Teodosio Oliver dejó huella con su trabajo e intentó que el nombre de La Salle sonara como ejemplo de educación y de hechos donde la buena voluntad era la protagonista.
Sarah Lark e Isabel Jiménez son algunas de las personalidades que visitaron La Salle, mientras que Teodosio Oliver estaba al mando del centro en la capital.
El trato con Teo era cercano, siempre te recibía con una sonrisa y con las ganas de facilitar todo lo que necesitaras. El cariño de profesores y alumnos se vislumbraba sin ninguna concesión, era querido por toda la comunidad educativa, sin poder presenciar nunca una situación incómoda. Lo difícil lo hacía fácil y el centro vivió momentos muy emotivos y con mucha responsabilidad, como la comentada visita de la que era en ese momento la Princesa de Asturias.
Son muchas las emociones, aspectos positivos y situaciones que se podría contar sobre Teodosio Oliver Pallarés, pero cualquier periódico o texto se queda corto ante la gran bondad y buen hacer del que fue director de La Salle, pero mejor persona. Es una noticia triste para todos los que lo conocíamos, pero permanece en nuestros corazones. Teo, descanse en paz.
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