Sólo 894 millones invertidos de casi 2.000 presupuestados para el AVE de Almería
Comunicaciones ferroviarias
Las partidas consignadas en los últimos quince años por Fomento no han alcanzado ni el 50% de ejecución real. El coste previsto para la línea a Murcia ronda hoy los 1.800
Más de la mitad del dinero que figuraba en los últimos quince años en el capítulo inversor correspondiente a la provincia en los Presupuestos Generales del Estado, a través de las cuentas correspondientes al Administrador de Infraestructuras Ferroviarias (ADIF) dependiente del Ministerio de Fomento (hoy de Transportes, Movilidad y Agenda Urbana), para la puesta en marcha de la línea de Alta Velocidad entre Almería y Murcia integrada en el Corredor Mediterráneo se ha esfumado sin más explicación que los retrasos que vienen castigando su perpetuo calendario de redacciones de proyectos, licitaciones, adjudicaciones, modificados y obras que se suceden a paso de tortuga y con el permiso de la tortuga mora y su conservación.
Ni un quinto, ni un tercio, nada menos que la mitad de lo que se había consignado para la construcción de los 108,4 kilómetros del AVE en la geografía almeriense, prácticamente en lo que va de siglo porque antes sólo constan anuncios, ha quedado en papel mojado y sólo ha servido como atrezo de las comparecencias plagadas de falsas promesas y mentiras de los diputados nacionales de turno y sucesivos cargos públicos que han visitado la provincia desde principios de siglo cuando todavía se hablaba del Euromed. Sólo se han invertido 894 millones de los casi 2.000 que se han venido incluyendo en los Presupuestos Generales del Estado del periodo comprendido entre los años 2005 y 2020, según la información facilitada en exclusiva a este periódico por la presidenta de ADIF, Isabel Pardo de Vera Posada, que pone en evidencia las cuentas de la lechera en versión moderna de hasta tres gobiernos de distinto signo político (Zapatero, Rajoy y Pedro Sánchez), si bien el mandato de los populares es el único que se ha saldado con kilómetro cero.
Si el tren almeriense ha sido la cenicienta de las infraestructuras ferroviarias de nuestro país, el AVE representa a la joven de la fábula de Esopo que entre tanto anuncio y quimera acaba con el cántaro de leche por los suelos y los sueños rotos, al menos los que tenían fecha porque no se ha cumplido ni un sólo proyecto ni plazo y los despropósitos en el calendario han generado un descrédito irrecuperable del Ministerio de Fomento en una provincia hostil para su responsable con independencia del partido al que representa. Es el fenómeno mimético de la política que, pese a divergir en ideología y argumentos, ha hecho que los relatos de socialistas y populares confluyan en cuentas irreales que disparaban a la audiencia desde las trincheras para evitar el desgaste político que generan los continuos ataques de la patronal y agentes sociales de la provincia, con especial incidencia de la Mesa del Ferrocarril.
Los años de mayor grado de ejecución en la provincia atendiendo al documento de inversiones fiscalizado por el ADIF fueron 2010, 2011 y 2012 con un 78,9%, 99,6% y 100,49% de las correspondientes partidas económicas de 229, 322 y 145 millones de euros respectivamente. El principal tirón de las obras del AVE se corresponde con el mandato iniciado en abril de 2009 por José Blanco como ministro de Fomento siendo el almeriense Jesús Miranda Hita subsecretario de Estado y uno de los artífices de la construcción de los únicos 27 kilómetros de plataforma existentes cuando se retomaron los trabajos el pasado año.
Hasta entonces las inversiones distaban mucho, como ocurrió durante las legislaturas de Rajoy, de las ejecuciones de las partidas consignadas porque no se movió una sola piedra. Todo el dinero empleado entró en los despachos de los diferentes Ministerios y consultoras y se invirtió en la burocracia de hacer y rehacer proyectos y litigar con sobrecostes, expropiaciones y problemas de carácter ambiental lejos del terreno. De hecho, durante la etapa del exministro de Fomento Íñigo de la Serna se diseñó un nuevo calendario para el AVE almeriense para que estuviera operativo en el horizonte de 2023 y en versión low cost, con un tercio del trazado en vía única.
En cuanto al grado de ejecución, el peor de todos los cursos se vive en 2007, antes del tirón, cuando se recogen 118,5 millones de euros en las cuentas estatales y apenas se gastan 173.000 euros, un 0,15%. El siguiente curso de la vergüenza sería el de 2015 con apenas un 9,7% de lo presupuestado que entonces fueron 107 millones. La inversión real con la llegada de Rajoy a la Moncloa oscila entre los 10 millones de 2015 y los 39 de 2014. En 2017 el presupuesto para las obras de la línea de AVE entre Almería y Murcia cae a un mínimo histórico, apenas 8 millones de euros para estudios y licitaciones y el ejercicio se cierra con un gasto de casi 12 millones que dispara el grado de ejecución a un 150%. Curiosamente en algunos años se repiten las cantidades, lo que evidencia el simbolismo de su consignación, como los 100 millones de 2013 y 2014 de los que no se ejecutó ni el 40%.
Ocurre igual con las partidas plurianuales con las que se ha reactivado la construcción de la infraestructura con 89,1 millones ya programados por Íñigo de la Serna para los años 2018, 2019 y 2020. El entonces ministro de Rajoy presentó un cronograma para completar antes de 2023 la línea de Alta Velocidad con Murcia, integrada en el Corredor Mediterráneo, con una cuantía total que rondaba los 1.800 millones de euros, de los que ya se habían invertido 792 en los subtramos finalizados con anterioridad. Sin embargo, las licitaciones y adjudicaciones previstas no llegarían hasta la siguiente legislatura con José Luis Ábalos como ministro de Fomento y con un retraso considerable en los plazos previstos por su predecesor. De hecho, las obras del minisoterramiento en la rotonda de El Puche tendrían que haber finalizado en diciembre de 2019 y todo apunta a que no se culminarán hasta principios del próximo año.
El grado de ejecución del ejercicio en curso se fiscaliza a 31 de octubre y no llega ni al 35% por los repetidos retrasos en el inicio de los tramos pendientes. Y para el próximo año se produce un salto cuantitativo, atendiendo a las cuentas estatales recientemente aprobadas por el Gobierno, y la consignación se ha disparado a 587,8 millones de euros de los más de 650 que recogen las cuentas para la provincia. Almería ocupará el número 1 en el ranking nacional de inversiones provinciales en el sector ferroviario con 818,98 euros por habitante a la espera de que tales partidas se acaben implementando.
La vía única en más de un tercio del trazado dejó de ser un agravio comparativo para los socialistas que decidieron mantenerla y ahora parece molestar a los cargos y dirigentes del PP cuando fue su partido el que avaló los recortes hacia un AVE low cost que intercala la plataforma doble de ancho internacional con tramos de sólo un eje. Esta modificación de los proyectos pendientes ha bajado la factura de la línea de Alta Velocidad de los 3.100 millones de euros previstos inicialmente cuando se presentó el trazado de doble vía a una cantidad que rondará los 1.800 millones incluyendo los 792 que ya se invirtieron en los cuatro subtramos entre Vera y Sorbas en los que se levantaron los túneles más grandes de Andalucía.
Galerías subterráneas construidas en 2012 que han contribuido, por cierto, a incrementar la diferencia entre lo presupuestado y ejecutado porque han supuesto un sobrecoste de casi 50 millones de euros en intereses y conservación sin poner una sola traviesa nueva. Su tapiado dos años más tarde de su finalización es la imagen que mejor define el eterno calendario del AVE en la provincia y la falta de voluntad política de una infraestructura imprescindible para la conectividad de los almerienses con el resto del país y, por supuesto, con Europa con especial incidencia de la alternativa que supondrá para la exportación de miles de toneladas de productos agroalimentarios.
Cuando Pedro Sánchez llegó al Gobierno eran 2.113 días sin obras del AVE, así lo recogía el contador que desapareció después de convertirse en un icono de los últimos años de la sede provincial del PSOE de Almería. Y estuvo parado, pero sin visibilizarse, al menos hasta superar los 2.700, más de siete años, cuando se reiniciaron los trabajos en el tramo entre Pulpí y Vera a finales del pasado año. Desde diciembre de 2012 con la realización de las pruebas de carga en dos tramos de 18,5 kilómetros entre Vera, Los Gallardos y Sorbas, los de los túneles más grandes de Andalucía en los viaductos sobre el Río Jauto y Barranco Hondo, no se había movido una piedra, con la excepción del minisoterramiento de El Puche que tendría que estar terminado en noviembre de 2019.
Por no hablar del despropósito surgido en el trazado comprendido entre Río Andarax y el soterramiento de El Puche, de apenas 1,6 kilómetros, que a los diez meses de adjudicarse y sin haber comenzado ya se enfrentaba a un modificado. La promotora elevó una propuesta al ADIF, ya aprobada, vinculada al incremento del coste derivado de la necesidad de retirar y tratar los escombros existentes en la zona, cuya gestión ambiental implicará un sobrecoste de poco más de un millón de euros. Y no es el primer varapalo fruto de las bajas temerarias y de otros desatinos burocráticos en la séptima legislatura del AVE.
Sacyr se negó a construir el tramo Pulpí-Vera que ya tendría que estar finalizado por un encontronazo jurídico con Fomento y poco después era premiado con la adjudicación del tramo entre Los Arejos-Níjar.
En los últimos meses parece que la Alta Velocidad ha vuelto a encarrilarse en la provincia con cinco tramos en obras que suman 74,8 kilómetros y se unirán a los 27,2 ya construidos, pero con la incertidumbre siempre de plazos que se dilatan y parecen haber salido del mítico cuadro de los relojes blandos de Salvador Dalí.
3 Comentarios