San Indalecio: patrón de Almería

Almería

El 15 de mayo, coincidiendo con el conocido patrón de una importante comunidad española, fue San Indalecio, que, al contrario que éste, casi pasó de puntillas por nuestro calendario

San Indalecio / Josaca
Maribel García Sánchez

19 de mayo 2024 - 05:00

Otro año, la festividad de San Indalecio, Patrón de Almería, ha pasado en Almería como un día más del calendario, solo realizando los actos que se celebran en la Catedral de Almería con motivo de su festividad, el 15 de mayo, pero sin tener ningún impacto en nuestra ciudad.

Lo primero que hay que subrayar sobre la figura de San Indalecio, es que por tierras de Aragón hay gran devoción y culto. La tradición aragonesa nos dice que nació en Caspe, provincia de Zaragoza y fue convertido al cristianismo por Santiago, haciéndolo discípulo suyo, siendo trasladado su cuerpo al Monasterio de San Juan de la Peña en el siglo XI, y luego a la catedral de Jaca en el siglo XIX donde se encuentra.

La figura de San Indalecio es importante en la Historia y tradición de Almería como Primer Obispo de la Diócesis de Urci, donde asentó su sede episcopal que después trasladó a Almería. Fué uno de los Siete Varones Apostólicos que en el siglo I llegó a la Península Ibérica para propagar el cristianismo. San Indalecio, llegó a Portus Magnus que, aunque no definido propiamente, estaba situado en las costas Almerienses, y arribó en Pechina (antigua urci romana y posterior Bayyana musulmana), convirtiéndose en el primer Obispo de la Diócesis de Almería.

San Indalecio / Josaca

Según la tradición y leyenda, murió mártir en nuestra tierra, siendo arrojado al mar. Una vez recuperado su cadáver, fue enterrado en la iglesia de Pechina y durante mil años, permaneció allí hasta que en 1084, sus restos fueron trasladados al monasterio de San Juan de la Peña, posteriormente tras la desamortización de Mendizábal en el siglo XIX, en 1835, se trasladan a la catedral de Jaca, donde actualmente reposan en una urna de plata debajo del altar mayor.

El Obispo Portocarrero realizó varias peticiones al abad del monasterio de San Juan de la Peña para trasladar las reliquias del Santo a Almería, siendo ya en 1620 cuando parte de los restos fueron recibidos en la Catedral de la Encarnación, convirtiéndose de esta forma en 1621 Patrono de la diócesis y de la ciudad de Almería, y también Patrón de Pechina. Posteriormente en el siglo XX, a instancias del que fuera Obispo de Almería, Don Rosendo Álvarez, se consiguió traer algunas reliquias más, que reposan bajo el altar mayor de nuestro catedral.

Su festividad el 15 de mayo, coincide con la festividad de San Isidro en Madrid. Como cada año se realiza una misa estacional en la Catedral de Almería en Honor a nuestro Patrón, realizándose una procesión con sus reliquias en el claustro del templo.

Desde estas líneas, se propone a quien corresponda, que la festividad de San Indalecio el 15 de mayo, se instaure en nuestra ciudad como una fiesta religiosa-popular, como las llamadas “Fiestas de Primavera”, que vayan acompañadas de unas actividades conmemorativas en Honor al Patrón y que finalizase con la Procesión por el centro de la ciudad con la salida de la imagen del Santo que cobija la Catedral y sus reliquias.

Una de dichas actividades podría ser un encuentro popular, una Romería en su Honor, que se realizaría dentro del Paraje de la Molineta donde se encuentran tramos del llamado “Canal de San Indalecio”, que desde tiempos de antaño fue lugar de encuentro de muchas familias de Almería. Dicho lugar de La Molineta, está bien acotado en los alrededores del Colegio Francisco de Goya.

Canal de san Indalecio / Josaca

Haciendo referencia al Canal de San Indalecio, indicar que se trata de una gran obra de ingeniería hidráulica realizada en 1875 por la Sociedad de Nuevos Riegos San Indalecio, que permitió convertir en regadío una vasta extensión de terreno situado entre la tradicional vega del río de Almería y la cota correspondiente al trazado del canal en la Sierra de Gádor, con el objetivo de poner en cultivo la periferia norte de la ciudad de Almería del siglo XIX. El Canal de San Indalecio y su complejo sistema de acequias, balsas, partidores y minas, surtiría a todas las fincas parraleras y naranjeras del norte y noroeste de la ciudad. En este sentido, hay que ver la coincidencia de los nombres: por un lado, San Indalecio tiene el Patronazgo contra la Sequía y es el Protector de las Cosechas, y por el otro el Canal de San Indalecio, fue un complejo hidráulico, que se convirtió en el gran monumento de la agricultura almeriense.

Recordemos cada año a nuestro Patrono subiendo a La Molineta donde se encuentran tramos de dicho Canal y lugar que en la actualidad es frecuentado en su mayoría para hacer rutas de senderismo, pero que sigue muy vivo en la vida de muchos almerienses que, de niños y adolescentes, recorrían dicho paraíso secreto todos los días, convirtiéndose en escenas muy cotidianas que han sido fotografiadas infinidad de veces y que plasmaban verdaderas escenas de postal.

Antiguamente, en la Festividad del Patrono, se celebraban solemnes cultos que terminaban sacando al santo acompañado de su reliquia. Dicha imagen, también acompañaba a la Virgen del Mar en la procesión de sus fiestas patronales, que ahora de nuevo se ha recuperado.

Altar al patrón / D.A.

Antes de la Guerra Civil, en la capilla de San Ildefonso, que se construyó entre 1641 y 1645, había un retablo barroco que contenía las imágenes de San Indalecio y San Agustín, y en dicho retablo había un cuadro pintado al óleo que representaba la entrega de la casulla de la Stma. Virgen a San Ildefonso. La imagen de San Indalecio estaba con báculo, con un libro abierto y las propias vestiduras de un Obispo, esta imagen que era sacada en procesión, se quemó en la Guerra Civil, al igual que todo lo que contenía la capilla, salvándose solo el cuadro de la entrega de la Virgen de la Casulla a San Ildefonso.

En una de las capillas de la Girola, se encuentra la capilla de San Indalecio, y en ella, antes de la Guerra Civil, se situaba en su centro un retablo que ejecutó el arquitecto y tallista Francisco Testa en 1782 que albergaba en su hornacina central la imagen que tallara el imaginero murciano en 1781 Francisco Salzillo, donde aparecía el santo ya envejecido y revestido de capa pluvial, entre dos ángeles que portaban la mitra y el báculo, con rostro sosegado y los brazos extendidos y ojos al cielo, en actitud contemplativa. En la Guerra se destruye la capilla y la imagen, siendo el insigne artista Jesús de Perceval quién realizó una réplica de la misma. ¡Démosle Protagonismo a nuestro Patrón, como se merece, en su festividad!

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