Opinión
Las uvas de Isabel y Pedro
Almería
Una considerable inversión de 3,5 millones de euros y unas obras de corta duración, 18 meses, obrarán el milagro en San Cristóbal, rehaciendo este cerro, tan cercano a la Puerta Purchena como escasamente visitado por la ciudadanía, como “puerta a la ciudad”. Así ha descrito el alcalde de Almería, Ramón Fernández-Pacheco, el nuevo proyecto estelar del Ayuntamiento para el casco histórico cuya misión de regeneración urbana y paisajista se extenderá sobre una superficie de 2,5 hectáreas que, a través de nuevos caminos accesibles, infraestructuras, vegetación e iluminación ornamental, se convertirán por derecho propio en una de las "zonas más visitadas de Almería".
Este es el objetivo de la intervención presentada por el regidor junto al arquitecto del proyecto, Jesús Basterra, el de convertir el Cerro de San Cristóbal “en un entorno de referencia cultural, paisajística y turística en Andalucía y en el resto de España”. Para ello, las actuación proyectada acabará con la peligrosa escalinata existente, de paso cerrado por una barandilla. Será sustituida por una nueva que, emplazada en el eje principal del monumento, se desarrolla en seis tramos zigzagueantes y con puntos de descanso para hacer más llevadero este ascenso, rodeado también de nueva vegetación.
Al monumento del Sagrado Corazón de Jesús se podrá acceder también a través de un nuevo viario que viene a recuperar el trazado del barrio demolido, reconvirtiendo lo que fueron infraviviendas en jardines escalonados (abancalados). Lo que en su día fueron las calles Miralsol, San Cristóbal, Gritos o Goya se recuperarán como caminos peatonales en su misma ubicación y con el mismo nombre, pero adaptando la rasante del pavimento a las actuales necesidades de accesibilidad.
Senderos peatonales, una nueva escalinata con punto de descanso y dos aparcamientos
El nuevo viario peatonal tiene dos puntos de conexión a través de la calle Pósito. El primero se sitúa en el parte sur, frente a las escaleras que suben desde la Plaza Vieja, junto al Centro de Interpretación Patrimonial. El otro se situará al norte del edificio de la Gerencia Municipal de Urbanismo, frente a las calles Luzán y Covadonga.
El segundo acceso se mantiene a través del viario asfaltado actual, desde Camino de San Cristóbal, pero matizando su uso. Con un ancho de apenas cinco metros, ésta da actualmente servicio a tres áreas concretas: el entramado de viviendas compuesta por 27 casas, más adelante a las viviendas de calle Loma de San Cristóbal (la zona del arco), y finalmente al monumento, llegando a la plaza semicircular. La propuesta de intervención conserva la calzada de cinco metros, ampliándola con aceras a ambos lados. Y hasta los diez metros hasta la calle Loma de San Cristóbal al objeto de permitir el cambio de sentido y la colocación de contenedores de basura.
Como parte además de las necesidades funcionales que recoge este proyecto es también la disposición, accediendo a través de este vial, de una zona de aparcamiento con 27 plazas, dos de ellas dimensionadas para vehículos de personas con discapacidad. Este espacio se ve completado con el aparcamiento que se construirá entre las calles Pósito, Antonio Vico y Camino de San Cristóbal, con capacidad para unas 50 plazas.
La actuación paisajística de este proyecto vendrá a realzar el contenido de la intervención urbanística sobre la zona con 70 árboles que pretenden “una integración paisajística que venga a corregir la distorsión sobre la zona que provocan la presencia de las viviendas”, ha explicado el arquitecto, completando la plantación en la totalidad de los espacios mediante el uso de planta arbustiva y tapizante adaptados al suelo y clima del lugar. Se proponen, en este sentido, tipuanas, los poco habituales cipreses de Cartagena, granados, higueras, olivos, alcaparrera, genista o romero, entre otras especies.
La intervención se completará con la dotación de iluminación integrada “que realce el monumento y reoriente los recorridos a través de los caminos peatonales que se establecer en toda la zona”, teniendo presente el carácter antivandálico que deben tener todos los componentes que se incluirán en el desarrollo del proyecto en una zona considerada sensible y que, según incidió el alcalde, se pretende atajar precisamente con la reapropiación social de este espacio desde hace muchos años degradado. Entre sus atractivos, tres miradores. Uno de ellos, el propio desde la cima del Cerro con vistas de impacto de la ciudad, al que las obras sumarán otros dos de nueva creación hacia el parque de La Hoya. Para la ejecución de este proyecto, que contempla también un depósito de agua para el riego situado tras el monumento, se necesita renovar el convenio con el Obispado.
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