Jesús Alonso, sexólogo: relaciones abiertas, poliamor y otras no monógamas
Protagonista
Según Alonso, hay que hacer entender a los jóvenes que existen múltiples formas de amar, más allá de la pareja, todas igual de válidas
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Almería/A lo largo de la última década se ha evidenciado un cambio en las formas de emparejamiento en términos de relaciones de pareja. Lo cierto es que las personas siempre han querido vivir en pareja, pero lo han hecho de una forma diferente según la generación a la que han pertenecido. Antes, se le daba prioridad al matrimonio por la independencia y autonomía que éste brindaba, ahora la juventud está orientando su vida hacia lo profesional, pero sin descuidar la importancia de una relación de pareja estable por encima de una relación casual. Parece confirmarse una pérdida del valor de la alianza matrimonial “tradicional”, sobre todo en los más jóvenes y adolescentes. Por el contrario, las relaciones abiertas y el poliamor cada vez tienen más aceptación entre la sociedad. Ha aumentado la sensación de libertad y la comunicación en pareja. Ambos miembros definen el tipo de relación que van a mantener, sus normas de privacidad y las líneas que nunca han de cruzar. De todo ello hablo con Jesús. Jesús Alonso Siles (Gádor, 1991) es un docente y sexólogo especializado en asesoramiento y educación sexual que lleva años impartiendo diferentes formaciones para familias, docentes y educadores. Además, desde hace un tiempo, el almeriense viene realizando jornadas de formación para la población en general, con el fin de abordar distintos aspectos relacionados con la salud sexual, tales como: sexualidad y mujer, sexualidad igualitaria, seducción, sexualidad en pareja, crecimiento sexual, sexualidad y tercera edad, etcétera. Su consulta de asesoramiento sexológico la pasa en la Clínica Berenguel, en el Complejo Residencial de Oliveros número 2. Jesús tiene su propia página web profesional accesible en este enlace: www.sexologojesusalonso.com.
R. G. F.: ¿El ser humano es monógamo o polígamo?
Jesús: Si observamos cientos de estudios sobre esto o incluso echamos un vistazo al atlas etnográfico de Murdock, vemos claramente que no somos monógamos. En dicho atlas se analizaron unas 862 sociedades, de ellas el ochenta por ciento son polígamas.
R. G. F.: La poligamia es ilegal en España, pero los musulmanes la practican aquí, teniendo dos, tres o cuatro esposas a la vez, aunque solo una legal a los ojos del Estado. Estas mujeres y madres invisibles viven en la sombra más absoluta, luchando por sus hijos. Una situación de ilegalidad que pone a las mujeres en un segundo plano. ¿En nuestro país, se lucha por los derechos de estas mujeres vulnerables?
Jesús: En nuestro país se defienden los derechos de todas las mujeres; todo siempre mejorable bajo mi punto de vista. Sin embargo, es cierto que la incidencia de la cultura sobre estas mujeres, imagino que es lo suficientemente fuerte como para que sean desconocedoras, junto a la falta de información, de sus derechos.
R. G. F.: Sin duda, una lamentable situación. Entonces, está claro que no cobrarán la pensión de jubilación o viudedad.
Jesús: Así es, legalmente no. Tan sólo la mujer que esté casada de forma legal.
R. G. F.: Creo plenamente en la monogamia, en la lealtad y en el amor verdadero. Me puedes llamar antiguo, pero a mí las relaciones me gustan sanas sin celos tóxicos. ¿Cómo se puede construir una relación de pareja estable sin perderte en el camino?
Jesús: Muy buena pregunta, la toxicidad es algo de lo que se habla mucho en las relaciones, término, por cierto, que no me gusta utilizar. Para mí, no hay secreto o fórmula mágica. Sin embargo, los expertos en parejas nos hablan de crear vínculos. Debemos entender que cada pareja y personas que componen una relación son únicas e irrepetibles. Los celos, desde luego, no son un buen síntoma, reflejan inseguridad en uno/a mismo/a. Sin embargo, todavía hay gente que piensa que si existen celos es porque le importas a esa persona. Debemos cambiar esta perspectiva y trabajar la personalidad y la autoconfianza en las personas, para después establecer acuerdos sanos y equilibrados en la pareja.
R. G. F.: ¿Para ti que es el amor? ¿Crees en el amor y el matrimonio?
Jesús: El amor mueve el mundo y es lo que da sentido a la vida. Por supuesto, creo en el amor y en el matrimonio como forma de formalizar, si cabe aún más, ese compromiso. Aunque no es algo que considere determinante.
R. G. F.: Define ahora qué es el poliamor.
Jesús: El poliamor es una forma de relacionarse donde no existe exclusividad emocional. Intervienen más de dos personas y hay múltiples variables y formas de acordar las relaciones, siendo todas las personas que conformen esa relación conscientes y conformes.
R. G. F.: ¿Y cuál es la diferencia entre poliamor y una relación abierta?
Jesús: Son términos que nada tienen que ver. Hablar de relación abierta es un término que a mí, personalmente, tampoco me gusta. ¿Qué es una relación abierta?, ¿cuánto se abre una relación?, ¿con qué características, acuerdos, límites...? Me parece un término bastante ambiguo. Cada pareja establece en sus relaciones los acuerdos pertinentes, pero no existe algo estanco y delimitado, debido a que una “relación abierta” parece ser que sólo se acota al ámbito sexual, pero, ¿hasta qué punto también? Por tanto, debemos ir desechando ese término, y si estamos hablando de poder acostarnos con otras personas, igual tenemos que incluir la palabra polisexual, pero no llamarlo relación abierta. Con respecto al poliamor, me parece algo que todavía, a día de hoy, no terminamos de entender y se confunde con la poligamia. Hay muchas variables dentro de la persona poliamorosa o de las comunidades de poliamor, pero no me voy a extender porque el tema daría para más de una entrevista.
R. G. F.: Ya sé que no te gusta ese término, pero haz una excepción. ¿Son complicadas las relaciones abiertas? ¿Cómo se aprende a gestionar este tipo de relaciones afectivas y sexuales entre varias personas?
Jesús: Claro que son complicadas, incluso las relaciones no monógamas acordadas pasan por momentos de alta dificultad. Yo diría que, sobre todo, es por ese miedo a que aparezca algo mejor y nos “quiten lo nuestro” o nos sintamos que no somos suficiente para la otra persona. En definitiva, falta de autoestima y trabajo del autoconcepto. ¿Que cómo se aprende a gestionarlas? Lo tengo claro: hay que hacer entender que lo heteronormativo no es lo único existente, que existen múltiples formas de amar. Aún queda bastante por educar desde edades bien tempranas sobre sexualidad y relaciones afectivas.
R. G. F.: ¿Conoces el porcentaje de parejas en Almería que tienen una relación abierta?
Jesús: No conozco ese dato, pero si se publicó hace poco un estudio donde el cuarenta y nueve por ciento de los sujetos a estudio apostaban por una relación no monógama frente al cincuenta y uno por ciento que prefería una relación monógama y tradicional.
R. G. F.: Algunas investigaciones concluyen que, la Generación Z es cada vez más reacia a las relaciones a largo plazo. ¿Podrías decirme por qué ese interés de escapar de la monogamia?
Jesús: Es cierto, podemos ver como las últimas generaciones presentan un alto porcentaje de relaciones poco duraderas. Yo creo que es algo multifactorial, pero no me gustaría verlo como algo negativo. Las sociedades van cambiando y evolucionando. Igual no es un interés sin sentido y lo que está ocurriendo es que, de alguna forma, el ser humano está empezando a vivir con normalidad otras formas de relacionarse. De ahí, por ejemplo, las situationship, relaciones que consisten en acordar un vínculo informal entre dos personas, una conexión emocional y física que establece una condición: que esa conexión no implique una relación exclusiva y comprometida con el otro. No obstante, también creo que las relaciones son poco duraderas debido a una concepción errónea sobre lo que son o deberían de ser las parejas. La comunicación o la falta de habilidades comunicativas para expresar emociones, deseos, malestares… hace que el nivel de hartazgo se eleve fácil y rápido.
R. G. F.: Las relaciones abiertas, intercambios de parejas o swingers son temas mal vistos ante la sociedad y que moralmente están mal, aunque estos tipos de relaciones cada vez convencen más a los españoles y españolas. ¿Crees que hoy nuestra sociedad está siendo cada vez más tolerante, empática y abierta a la diversidad sexual?
Jesús: Quiero pensar que sí. Entre los más adolescentes es cierto que hay una mayor tolerancia ante la diversidad sexual. No obstante, todavía veo un cierto sector de la sociedad donde encontramos personas jóvenes y no tan jóvenes cuyo respeto y tolerancia hacia las personas en general brilla por su ausencia. Por otro lado, el intercambio de parejas y el estilo de vida swingers son algo que están en auge y que cada vez más y más parejas experimentan; suponen una nueva forma de relaciones que, sin duda, pueden hacer crecer a dicha pareja, generando una mayor confianza y respeto en la misma (aunque a priori parezca todo lo contrario).
R. G. F.. ¿Y cómo se gestiona que tu pareja sienta deseo por otra persona?
Jesús: Eso es algo muy normal. No podemos pretender gustar siempre y atraer con la misma intensidad. No está en nuestra idiosincrasia como ser humano. Influyen muchos factores: fisiológicos, psicológicos, culturales, etc. Ahora bien, como he dicho antes, el deseo en pareja es algo que se trabaja.
R. G. F.: ¿Qué pasaría si uno de los dos comenzara a sentir algo más que atracción sexual por otras personas?
Jesús: En este caso, lo lógico sería ponerlo en valor y hablar con responsabilidad afectiva para decidir el rumbo de esa pareja.
R. G. F.: ¿Es un swinger una persona que no siente celos?
Jesús: Para nada, una persona que practica el estilo swinger es aquella que ve la sexualidad de una forma diferente, con muchísimo respeto y cuya ambición no es otra que vivir una sexualidad plena, placentera, saludable y activa. Dicho esto, claro que pueden sentir celos en determinados momentos, pues los celos forman parte del ser humano, pero generalmente no suele ser por el estilo de vida swinger, más bien por aspectos que no se han acordado, se infrinjan normas o simplemente porque ese día estén un poquito más frágiles emocionalmente.
R. G. F.: La idea del amor y del sexo libre, ¿es compatible con la felicidad?
Jesús: Totalmente. Dependerá de la persona. Aunque, ¿qué es la felicidad? Por ahí decían que la felicidad es lo que hacemos con el tiempo que nos ha tocado vivir. Sexo libre y amor no es que sean compatibles; es que, si no son así, ni es amor ni es sexo. Los acuerdos y límites en pareja son otra cosa. Pero, siempre amor y siempre sexo libre, ya sea en parejas monógamas o no monógamas.
R. G. F.: ¿Y, cómo pueden lidiar las parejas monógamas con libidos y deseos sexuales diferentes?
Jesús: El deseo es algo que se debe trabajar pese a lo que nos cuentan. No es algo que aparezca o desaparezca por ciencia infusa. Es algo que debemos de trabajar de forma constante para tener una vida sexual sana y placentera. En pareja, se debe trabajar más aún.
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