Real centenario de la Legión
El Rey Felipe VI preside una formación militar en la base Álvarez de Sotomayor marcada por la pandemia, sin familiares ni allegados en las gradas. Desde este domingo una nueva tribuna en el Patio de Armas honra al monarca que descubre la placa junto al general Marcos Llago tras el desfile
Las imágenes de la conmemoración del centenario de la Legión
El Rey Felipe VI volvió este domingo a la base militar Álvarez de Sotomayor de Viator, diez años después de su última visita entonces como Príncipe de Asturias, para presidir el acto institucional de conmemoración del centenario fundacional de la Legión. El monarca aceptó en agosto del pasado año la presidencia de honor de la Comisión del Centenario de la Legión, al tratarse de la principal efeméride de las Fuerzas Armadas en un 2020 marcado por la crisis sanitaria, y este 20 de septiembre, cien años después de que se alistara el primer legionario, ha querido arropar a una de las unidades más carismáticas siempre a la vanguardia del Ejército de Tierra.
A las doce del mediodía de ayer comenzó un acto militar solemne y reducido, sin público por las restricciones derivadas de la pandemia, con la presidencia del Jefe de Estado y Mando Supremo de los ejércitos que manifestó su “cariño” y “admiración” a las damas y caballeros legionarios. Felipe VI fue acompañado por la ministra de Defensa, Margarita Robles, y por el Jefe del Estado Mayor del Ejército (JEME), el general Francisco Javier Varela Salas, otro de los mandos que ha tenido la fortuna de estar al frente de la Brileg un par de años. También estaban presentes los integrantes del Consejo Superior del Ejército de Tierra a los que saludó uno por uno después de pasar revista a una compañía de honores. A su llegada a la base minutos antes, el Rey fue recibido en el Patio de Armas por las salvas de cañones de obuses tras la formación de la enseña y la interpretación del himno nacional.
Ha sido una conmemoración especial, pero diferente a las de antaño, con una secuencia de actos en el recinto castrense sin el calor de los familiares y allegados de la Legión que sólo pudieron seguirla a través de las redes sociales. Con las gradas vacías en prevención de la propagación del coronavirus, manteniendo la distancia social y portando mascarillas, se sucedieron la lectura de una reseña histórica sobre los cien años de una unidad fundada por real decreto del bisabuelo del actual monarca, de ahí que adoptara posteriormente el nombre de Brigada de la Legión Rey Alfonso XIII, la canción del legionario y el Novio de la Muerte y también se recitaron ante su majestad los espíritus del credo legionario entre los que destacan el honor, el valor, la disciplina y el compañerismo.
Uno de los momentos más emotivos fue el homenaje a los caídos, a los que sirvieron con lealtad y dieron la vida por España, con los tradicionales honores con descarga de fusilería en un desfile con ofrenda a los pies del monumento legionario presidido por el Cristo de la Buena Muerte. El desfile militar de las unidades en formación contó con integrantes del Tercio Don Juan de Austria 3º de la Legión, la bandera del Cuartel General, el grupo logístico, artillería, zapadores, guiones y acompañantes del Tercio 1º y 2ª, así como de la primera y cuarta bandera, sin olvidar a la Bandera de Operaciones Especiales Maderal Oleaga que se desplazó desde Alicante.
Sonaron los acordes de la Banda de Guerra y se completó la parada militar rompiendo filas para dar paso a una representación de los vehículos de las unidades motorizadas de la Legión, entre los que había dos demostradores de nuevos modelos que forman parte de la Brigada Experimental 2035, un proyecto que marcará el futuro del Ejército español y tendrá como laboratorio la base almeriense. A continuación, Felipe VI descubrió una placa de agradecimiento de la Legión a la Corona en una nueva tribuna real a la que da nombre desde ayer el monarca como detalló el general jefe de la Legión, Marcos Llago. Ha sido edificada por una constructora almeriense con la colaboración de voluntarios y materiales que han sido donados altruistamente por las empresas del mármol del Almanzora.
El Rey manifestó su admiración por la familia legionaria que ha cumplido cien años de historia y se marchó del Patio de Armas acompañado por las autoridades militares y civiles. Ha sido, sin duda, el principal hito de un programa de actividades configurado bajo el lema ‘Cien años de valor, el valor de cien años’ con el que la Legión quiere poner en valor sus cien años de servicio a nuestro país. El entonces Tercio de Extranjeros ideado en 1920 por el teniente coronel José Millán-Astray a imagen y semejanza del ejército francés para afrontar las dificultades surgidas en el Protectorado de Marruecos a través de un cuerpo de voluntarios ha dado paso a una Legión a la vanguardia y punta de lanza de las Fuerzas Armadas con una treintena de despliegues en escenarios internacionales de conflicto desde su bautismo de fuego en 1992 en la guerra de los Balcanes.
Este largo caminar de la centenaria unidad que se ha convertido en punta de lanza del Ejército español ha sido jalonado por 9.720 muertos, 7 en operaciones de mantenimiento de paz, 36.205 heridos, 23 laureados, 7 laureadas colectivas, 226 medallas militares individuales, 22 medallas militares colectivas y 22.561 cruces al Mérito Militar con distintivo Rojo. Encuadrada dentro de la Fuerza Terrestre del Ejército de Tierra, el Mando pasó a denominarse Cuartel General de la Brigada en 1995 y se trasladó desde Málaga a la base militar de Viator, comenzando un idilio con la provincia por el que hoy no se entiende la Legión sin Almería ni Almería sin la Legión, como solía repetir el que fuera su responsable anterior, el general Martín Cabrero.
Felipe VI ya intentó participar en el 95 aniversario, pero no fue posible por un cambio de agenda de última hora y hoy acudió por primera vez como monarca a la sede legionaria a la que se desplazó hace una década, en junio de 2010, para presenciar maniobras de los contingentes que se iban a desplegar en Afganistán. También lo hizo en 2006, pero en aquella ocasión las unidades del ejercicio desarrollado en Almería procedían de la Comandancia General de Ceuta. Más allá de su proyección internacional, la Legión ha estado al servicio de la sociedad española siempre que se le ha requerido. Tienen una larga trayectoria de intervención en emergencias y catástrofes naturales como las inundaciones de Málaga de 1989, el desastre del Prestige en 2002, el terremoto de Lorca en 2011, las inundaciones de la gota fría en el Levante almeriense en 2014 o las tareas de desinfección y vigilancia contra el coronavirus en el marco de la Operación Balmis.
“La Legión es el reflejo de la sociedad, hemos ido a su compás”
El general jefe de la Brigada Alfonso XIII de La Legión, Marcos Llago, entiende que esta unidad creada hace un siglo es “reflejo de la sociedad” y cuenta con el “cariño y aprecio” de la ciudadanía por ser vista como “una herramienta útil”. Según Llago, la Legión ha dejado patente su “vocación de servicio” tanto en las misiones de paz en el extranjero como en las acciones que las Fuerzas Armadas han desarrollado durante la pandemia en la operación Balmis. El general destaca el encaje que el antiguo Tercio de Extranjeros, que fue el nombre fundacional, ha tenido en la ciudadanía con el paso de los años. “La percepción que tenemos es que nos sentimos queridos. Siempre hay alguno que no lo siente así, pero en su mayoría, nos quieren, nos aprecian y nos lo demuestran”, ha señalado a EFE. “La Legión es reflejo de la sociedad. Hemos ido a su compás”, ha sostenido Llago. Como ejemplo, ha citado la integración de las mujeres desde que en 1990 se enroló la primera. Las damas legionarias representan hoy entre el 12 y el 14% del total del contingente y, en su opinión, “están perfectamente integradas”. Marcos Llago valora su contribución al “prestigio” de España en las misiones de paz y transcurrido un siglo ha incidido en “la vocación de futuro” de la Legión. Ha subrayado la capacidad de adaptación para responder a otros escenarios, como la respuesta ante la crisis del coronavirus. “La Legión aporta unas singularidades que nos hace ser una herramienta útil para dar respuestas a los desafíos y retos de futuro”, añade y concluye resaltando “ese espíritu de vanguardia”.
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