Puerta del Sol (y VII): Bodega 'El 1 y el 2'
Crónicas desde la ciudad
De entre los muchos comercios y oficinas de la Administración de Lachambre-Marqués de Heredia, pervive en la memoria el oratorio del Cristo de la Misericordia, la parada de taxis y "El 1 y el 2"

EL terremoto que asoló a Almería en septiembre de 1522 inutilizó la primitiva muralla musulmana de la hoy Obispo Orberá. Las autoridades castellanas optaron por un nuevo trazado que Paseo abajo enlazara con el baluarte de la Stma. Trinidad, en el Parque. Retranqueada la cerca, por la Puerta llamada ahora "del Sol" en lugar de La Vega, se accedía a las huertas y a uno de los cinco fielatos municipales. Al perder su condición de Plaza de Guerra, todo el perímetro murado fue derribado en 1885, aunque antes (1835) la ermita existente en su interior dedicada al Divino Rostro corrió pareja suerte. Estaba sufragada económicamente por la Memoria que fundase Francisco Cabezas, alférez de la Compañía del Socorro de Castilla, de guarnición en Níjar.
A comienzos del siglo siguiente, José Benítez Blanes instaló un oratorio en la casa propiedad de su esposa en c/. Lachambre y jardín a Marqués de Heredia. Aún recordamos el habitáculo presidido por una estampa del Cristo de la Misericordia -"mariposas" y velas alumbraban el altar- en el que devotos depositaban monedas. Al morir el apodado "Niño de Oro" y demolerse el edificio en los años 70 (en una decisión municipal arbitraria que obligó a los inquilinos a desalojarlo y acentuó la debacle en el patrimonio arquitectónico), tengo entendido que el cuadro pasó a poder de dos sobrinas suyas.
MARQUÉS DE HEREDIA
Si hubiese sido Juan Ramón refiriéndose a Platero, vale. Pero no, en Almería somos más pedestres y menos poetas. Lo de plaza de los Burros, ofensivo se mire por donde se mire, debió ocurrírsele a cualquier cipote anónimo y, a mayor inri, es repetido en los "papeles" por algunos/as graciosos. Si incluso antes de dedicársela a Narciso Heredia Begines de los Ríos lo que aquí existía era una parada de coches de caballos (además de estacionamiento del servicio de postas de Correos), me pregunto a qué coño viene, dicho por lo basto, lo del semoviente asnal. Debe ser que el pollinaje goza de muchos adeptos. Y ustedes perdonen el desahogo.
En la persona a quien el Ayuntamiento le dedicó en enero de 1901 la calle Teatro (por el de Campos o Principal) y del Correo concurría a un tiempo el marquesado de Heredia (herencia paterna) y el condado de Ofalia, ostentado por su segunda esposa. Al catedrático, jurista y ministro de Estado, Gracia y Justicia, ligado a Almería por afectividad y parentesco familiar (su hermana residía en Gádor; donde vino desterrado en 1824 por los realistas de Fernando VII) se debe, siendo titular de Fomento y en comandita con Javier de Burgos (otro ignorado), la división administrativa y capitalidad de nuestra provincia. ¿No es más justo y elegante llamarla por su nombre en lugar de "los Burros"?, pregunto.
En Conde Ofalia, espaldas al Paseo, edificaron sus viviendas personajes principales, comercios y entidades; caso del Colegio de Jesús -impunemente desaparecido-, ocupado sucesivamente por Diputación y Correos y Telégrafos. En Marqués de Heredia, por poner otros ejemplos, el convento-claustro de los Dominicos se destinó a Colegio de Humanidades e Instituto de Enseñanza Media (actual Escuela de Artes); Hotel Continental, competidor en confort y lujo con el Simón; el célebre Mesón del Mojo, referente hostelero por surtido y precios, y en la esquina con Antonio Ledesma (o del Aire), La Milagrosa, acreditada tienda de ultramarinos y coloniales de Luis Morales. En el inmueble, totalmente reformado, Juan Sánchez inauguró en 1988 el Café-parrilla Colón .
LACHAMBRE
El primitivo carril de la Vega se dividió en dos tramos: Rueda López (dedicado al fundador del periódico La Crónica Meridional) y Lachambre, en honor del general malagueño José Lachambre Domínguez, héroe de la guerra de Cuba, si es que en aquella sangrienta e injustificable contienda hubo héroes, salvo el personal de tropa. Por tal razón se la concedió el Consistorio y no por ser hermano del Administrador principal de Correos en la provincia, como ironizó gratuitamente Francisco Jover, cronista de la Ciudad.
Vecino al Estanco regentado por dos hermanas a cuya familia pertenecía el vetusto caserón, Droguería Toro es el último mohicano de la zona que se resiste a cerrar, aunque al parecer tiene los días contados. Abierto en la posguerra por Manuel Soler Asensio, el próximo año cumple siete décadas ininterrumpidas de despachar al menor y mayor colonias, artículos de aseo personal y limpieza doméstica. De pinturas a brillantina, y de jabón Lagarto a cuchillas de afeitar Iberia. Al jubilarse la heredó su hija única, María Soler Lozano, y el marido de esta, Marcos González, antiguo taxista en la parada existente en la propia calle; con la licencia nº 1 que le compró a otro veterano, El Gamuza.
BOCOYES ENSOLERADOS
En la muy citada Lachambre nº 2, abría sus 5 puertas (a dos vertientes) "El 1 y el 2", una de las más tradicionales y genuinas bodegas almerienses, en línea con Tonda, En la esquinita te espero, Puesto Redondo o Casa Cuco, todas desparecidas salvo la más moderna Montenegro, en plaza Granero. Popular y concurrida, se ganó el respeto día a día, a pulso. Su secreto estaba en la calidad del material expendido y la atención a la heterogénea clientela que frecuentaba su mostrador y mesas de la habitación contigua: del más humilde veguero al encopetado profesional. Francisco Sánchez Giménez fue su primer propietario conocido.
Corría mayo de 1875 cuando Cristóbal Puertas Pérez, el mediano de los tres hijos habidos en el matrimonio de José y Francisca, vino al mundo en La Cañada de San Urbano. Falleció "bárbaramente asesinado" en la Huerta de Azcona la noche del 11 de julio de 1934, aunque aquí obviaremos el alevoso crimen. Estaba casado con Josefa Abad Salinas y dejó una única hija, Dolores; quien a su vez contrajo nupcias con José Almécija Blanco. Por testimonio de su hermano Juan (bodeguero igualmente) a la prensa sabemos que comenzó a trabajar el bar con Juan Manzano a temprana edad, hasta que 1933 se hizo con el negocio en sociedad con Ignacio Núñez con quien siguió hasta el fin. Lo heredó la viuda, con Antonio Sánchez de encargado. A ésta le sucedió su yerno y, ya de mayores, sus tres hijos, nietos de Cristóbal Puertas: José, Cristóbal y Juan.
El curioso nombre deriva del "chato" especialidad de la casa: mitad y mitad. Detrás del mostrador se elevaba una andanada de toneles, numerado cada uno: el 1 con vino dulce y el 2 de seco, rancio. De ahí, Bodega "El 1 y el 2", así de sencillo. La oferta se ampliaba con una selección a granel de blancos de Manzanares y tintos de Jumilla, traídos de Valencia en barco o en tren desde La Mancha; además de anís, menta, coñac y kola. Ellos a su vez se convirtieron en distribuidores, así como de la cerveza Neblí que representaban y el aguardiente y licores de fabricación propia. La oferta de tapas era en más bien sobria, de subsistencia: aceitunas aliñadas, cacahuetes y garbanzos; fruta troceada (melocotón, pera, melón) y patatas de Almería aliñadas con aceite, sal y ajo o boquerones y anchoas, habas y bacalao… Al menos nos queda el recuerdo. Amén .
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