Portomarín hasta Santiago de Compostela, el final
Una ruta con final feliz, alcanzando Santiago de Compostela, la emoción embargó a los participantes todo el trayecto

Buenos días, el gran día final. Parece mentira. Cuando llegas al final de las cosas no te das cuenta de todo lo que has pasado para llegar hasta allí. Ese día ha llegado y nos disponemos a afrontarlo con alegría, sabedores que lo más difícil ha pasado y que nos queda por delante es disfrutar como el que se siente ganador de la Vuelta a España y se da el paseo triunfal por la Castellana.
Ha amanecido fresco, con una niebla espesa, ya que Portomarín precioso enclave en el corazón del río Miño, hace que por las mañana se parezca a la ciudad de Londres, famosa por su Fogg ( niebla).
La salida de Portomarín es durísima, algo que no queríamos pero es necesario salir del enclave del río y tomar algo de altura. Las primeras horas de la mañana son frías por la niebla y te quedas empapado. Vamos pasando a un gran cantidad de peregrinos, muchísimos, ya que como decíamos antes muchos han salido de Sarria, o de Villafranca, los últimos 150 kilómetros. Tenéis que saber que La Compostelana, la credencial que acredita que has hecho el camino, necesitas como mínimo los últimos 100 kilómetros para conseguirla. Así que un rosario de peregrinos andando, de todas las edades, sexos, nacionalidades.
Seguimos nuestra ascensión, con el objetivo esta mañana de llegar hasta Melide, ha 30 kilómetros de la salida, donde vamos a parar a tomar nuestro bocadillo de rigor, pero esta vez, como manda la tradición en el camino, es en forma de plato de pulpo, en el mesón Ezequiel. Sitio venerado por todos los peregrinos que pasan por allí, y sitio donde sin falta hay que plasmar el sello en nuestra credencia.
Antes hay que pasar Ventas de Naron que como su nombre indica es un pequeño alto, pero que se hace grande, muy grande. Al final pasamos y llegamos a Melide. Parada. Continuamos nuestro camino con la idea que tan solo nos separa de nuestro objetivo 50 kilómetros.
Un continuo sube y baja, salpica la geografía para llegar a Santiago, pasamos Arzua, Santa Irene y por fin llegamos al famoso Monte de O Gozo, digo famoso pues el monumento se hizo tras la visita de Juan Pablo II. La llegada a Monte de O Gozo provoca en nosotros las primeras lagrimas, nos fundimos en un fuerte abrazo los cuatro y desplegamos nuestra pancarta. Parece increíble, pero allí estamos. Muchos peregrinos, por no decir una gran mayoría, no sube al Monte, pues hay que desviarse del camino unos dos kilómetros, pero merece la pena hacerlo.
Desde allí a Santiago, 8 kilometros de larga bajada. Entramos en la Ciudad, callejeammos hasta que de repente se abre ante nosotros la Plaza del Obradorio. Majestuosa, son las seis y cuareta minutos. Esfuerzos para vencer, en su primer objetivo Solidario, ha llegado y hemos cumplido, 56 horas y media de pedaleo y cerca de 800 kilómetros, nos acreditan que nuestro esfuerzo puesto al servicio de ARGAR, ha merecido la pena.
Multitud de gente se agolpa en la Plaza, pedimos que nos hagan fotos, desplegamos la pancarta que llevamos, que dice Esfuerzos para vencer, proyecto solidario a favor de padres de niños y niñas con cáncer de Almería. Una multitud de peregrinos y de público que están allí, empiezan a aplaudirnos sin más.
No podéis creer, la cantidad de personas que aplauden, me siento empequeñecer, nos sentimos eufóricos al mismo tiempo, y sabedores de que a merecido la pena lo que hemos hecho.
Desde aquí quisiera trasmitir a todos los que han seguido esta crónica que traten de fundirse con nuestro esfuerzo, que sin lugar a dudas no es nada para con el que diariamente pasan esos niños y niñas, que padecen la terrible enfermedad.
Habéis estado presente en nuestras mentes y cada una de nuestras gotas de sudor.
En los tramos más duros en los que psicológicamente hemos tenido que apretar los dientes, siempre habéis estado presentes y nos habéis dado las fuerzas para terminar.
Patricia, Jorge, Antonio y Miguel, os deseamos lo mejor para siempre. Gracias
Posdata: A todos los que habéis creído en este proyecto, a los que habéis tenido dudas y a los que no habéis creído, gracias, venceremos.
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