La otra cara del PINGURUCHO

Patrimonio

Allanada la salida del monumento de la Plaza Vieja, aún queda que Cultura autorice su acomodo en el parque BIC

Este es uno de los montajes que circulan por el Ayuntamiento de Almería.
Este es uno de los montajes que circulan por el Ayuntamiento de Almería.

Entre la calle Reina Regente y Arapiles. Es el tramo escogido por el equipo de gobierno del Ayuntamiento de Almería para reubicar el monumento a Los Mártires de la Libertad (Los Coloraos o Pingurucho), en el parque Nicolás Salmerón. Mientras que el desmontaje del cenotafio ha quedado resuelto desde el punto de vista urbanístico y administrativo mediante la modificación del Plan General de Ordenación Urbana, aún su nuevo emplazamiento está sin atar. Ahora mismo sería inviable recolocar el Pingurucho en el lugar elegido.

El Consistorio ha abordado una larga tramitación para poder sacar al Pingurucho de la Plaza Vieja, una decisión polémica sustentada en criterios de escala, espacio y proporcionalidad, así como en la conveniencia de despejar la fachada histórica de la Casa Consistorial. Una vez que sea publicado en el Boletín Oficial el último acuerdo plenario para la modificación de la ficha de la Plaza Vieja, el Ayuntamiento obtendrá vía libre para levantar el cenotafio de su actual ubicación. Un paso sobre el que aquellos que recelan albergan la sospecha de que se hará de forma inminente e incluso con nocturnidad, aprovechando la pandemia del coronavirus. Pero no solo la desescalada hace añicos ese plan de “llevarse el monumento a hurtadillas”, porque el Pingurucho podría irse ya..., eso sí, sin aterrizar en el parque Nicolás Salmerón.

El corazón verde por excelencia de la ciudad es, al igual que el entorno de la Plaza Vieja, Bien de Interés Cultural, en la categoría de Jardín Histórico, por decisión de la Junta de Andalucía en enero de 2018. Nada puede cambiar en el parque sin el conforme pues andaluz, a través de la Comisión de Patrimonio de Delegación Territorial de Cultura, desde donde un año después se rechazaría la inscripción patrimonial del monumento en el Catálogo General de Patrimonio Histórico por carecer de valor suficiente al tratarse de la reconstrucción del cenotafio, esculpida en 1988.

Al Ayuntamiento le queda tramitación por delante. Ahora mismo, la Mesa de Contratación ha de resolver el concurso para la adjudicación de la redacción del proyecto de desmontaje de Los Coloraos y de reubicación en el parque entre las once ofertas presentadas. Escogido el proyecto, será el que Urbanismo dirija a la Comisión de Patrimonio, que ha de dictaminar si está dispuesta a cambiar la fisonomía actual del Jardín Histórico con la colocación de esta columna de 17,30 metros de altura y 179.000 kilos de mármol blanco, que conllevará, además, la adecuación del entorno vegetal y de elementos. Entre ellos, la Puerta de Coral, cuyo desmontaje y traslado a otro lugar (sin concretar), también están incluidos en este proyecto de reubicación de la columna conmemorativa.

Si bien implica cambios notables, también es cierto que el tramo escogido coincide con el que se conoce como ‘parque nuevo’, la último fase del paseo del malecón (1842) en construirse, desde Reina Regente, que data de 1944.

¿El lugar adecuado?

El Colegio Oficial de Arquitectos ha hecho observaciones a la nueva ubicación en el parque Nicolás Salmerón

Es obvio que el Ayuntamiento no va a realizar esta mudanza sin previamente haber realizado consultas a Cultura. Es habitual. Lo ha hecho en anteriores ocasiones como con el Mesón Gitano, San Cristóbal y otros proyectos del entorno de la Alcazaba, y el Consistorio se respalda de criterios, de nuevo, escala y proporciones, entendiendo los técnicos municipales que, en el parque, el Pingurucho alcanza la “verdadera cualidad arquitectónica de la Columna Conmemorativa”, que puede apreciarse en su totalidad desde la lejanía y “sin entrar en competencia con el entorno del parque”. Refuerzan los argumentos técnicos con los históricos del profesor Tonda Manzano.

El Colegio de Arquitectos, que en su momento expresó su desacuerdo con los criterios del traslado del Pingurucho y ha criticado el plazo de cinco días dado para la redacción del proyecto por “exiguo”, considera que el emplazamiento propuesto “no debe situarse al borde de un viario sin mantener la columna un entorno de espacio a su alrededor que dignifique su instauración espacial, en el lugar sin colisionar con otros hitos próximos, referencias o trasiegos transversales lo que, sin duda, visual y espacialmente, le restan representatividad y reconocimiento a la columna”.

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