El Pantano de Isabel II, una ambiciosa e ineficaz obra

Esta construcción se inauguró en 1850 y se cerró por su escasa utilidad Forma parte de la Ruta del Agua

El Pantano de Isabel II, una ambiciosa e ineficaz obra
Fran Murcia

10 de enero 2016 - 05:01

Hay obras que fueron un fracaso, pero que aún perdura su construcción y se ha convertido en un referente de lo que fue una época. El Pantano de Isabel II es uno de los elementos que forman parte de la Ruta del Agua y es un espacio con un encanto especial.

Tras varios intentos fue en 1842 cuando se constituyó con un capital de 10 millones de reales la Compañía del Pantano de Níjar, a instancias principalmente de Diego María Madolell, formada por unos 1.000 accionistas. Se inician las obras según el proyecto del arquitecto Jerónimo Ros. En embalse fue inaugurado en mayo de 1850.

El muro de la presa se construyó aprovechando la cerrada de los Tristanes, cierre natural de la rambla del Carrizalejo, un emplazamiento seguro y estable que queda estratégicamente situado sobre los extensos llanos situados al norte de Campohermoso, terrenos incultos, de buena tierra y soleados, que se pretendían poner en producción con la venta del agua acumulada en el embalse.

Se trata de una construcción de 44 metros de longitud y 35 metros de altura, que en forma de talud arqueado desciende hacia el exterior, primero en tres anchos escalonados y luego en otros tres de escaso grosor.

Finalizada la construcción del muro, tuvieron que afrontarse otras obras que garantizasen la conducción de aguas desde el embalse hasta los nuevos regadíos, así como la dotación de aguas fijas y continuas que lo alimentasen cuando los aluviones de la rambla del Carrizal escaseasen por efecto de la sequía.

Todo esfuerzo resultaría insuficiente, puesto que el fracaso comenzó a manifestarse desde el preciso momento en que las rambladas iban a acumular en el vaso los abundantes lodos de sus arrastres.

Para el año 1861, el embalse se hallaba parcialmente colmatado y una década más tarde cegado casi en su totalidad.

Para llegar al embalse se puede hacer desde La Villa de Níjar, a unos 5 kilómetros por la carretera Al-103 que comunica con Lucainena de las Torres; desviándose por un camino de tierra, se llega al lecho del pantano.

Se conserva semiderruido el edificio que sirviera de vivienda y oficinas durante su construcción. La presa dispone de un doble aliviadero de aguas por su extremo este y un canal de riego de unos 2,5 km para el Campo de Níjar y la servidumbre de Los Tristanes.

No hay comentarios

Ver los Comentarios

También te puede interesar

Lo último