Pablo Iglesias González. Su vida
Los Coloraos
Tenemos noticias de que pertenecía a una honrada familia de tiradores de oro, habitaban en Madrid, ciudad donde nació tal día como el 8 de enero de 1792
Durante la Guerra de la Independencia combatió con la Guerrilla, haciendo frente al ejército de Napoleón que invadía el territorio patrio español entonando los marciales sones de la Marsellesa. Pronto conocería la desgracia familiar al fallecer su padre y tener que ayudar a su familia, como notable artesano tirador de oro, negocio en el que participaron también su madre y su hermana; estuvo casado con Dª Leonor López, era padre de una hija.
En su artesanal negocio pudo conseguir crédito y ganancias, que le permitieron realizar adornos en su guerrera militar, también en las de los oficiales que le acompañaron desde Gibraltar en la desafortunada acción sobre Almería, en Gibraltar el General Iglesias tenía por sobrenombre “El Galonero”, así le denominaban otros militares liberales recelosos de su rápido ascenso dentro de los cuadros revolucionarios, entre estos destacó el Coronel Francisco Valdés, persona que se negó a servir en un ejército liberal unificado bajo las órdenes de Iglesias, ya que se consideraba Valdés de mayor experiencia y méritos en el ejército que el madrileño (Carmen Fernández-Daza Álvarez, del Centro Universitario de Almendralejo, en sus estudios sobre Francisco Fernández Golfín y su época, 2013; sigue legajos del Archivo Histórico Nacional, con correspondencia de cónsules españoles en Tánger y Gibraltar).
En su oficio se abre camino, vivía en la madrileña calle Mayor frente a la casa del Conde de Oñate, en el número 24. También interviene en política, siendo elegido Regidor en Madrid en 1822, sus ideas liberales le hacen entrar en la Milicia Nacional, de la que fue Capitán, defendiendo con decisión, junto a otros militares, la Plaza Mayor de Madrid ante el levantamiento absolutista de la Guardia Real, deseaban terminar con el sistema Constitucional, pero la resistencia de milicianos liberales puso en fuga a los absolutistas en la jornada del 7 de julio de 1822… los liberales contaron con un mártir, el oficial Mamerto Landámburu –éste fue asesinado por sus soldados, ganados al absolutismo- y precisamente en la Tertulia Patriótica Landamburiana, unos meses después, Pablo Iglesias conoce a Benigno Morales y Félix Mejía.
Tras la intervención de los franceses, los Cien Mil Hijos de San Luis, que invaden España para restablecer el absolutismo, siguiendo el pensamiento de la Santa Alianza, vencedora de Napoleón; en marzo de 1823 el Capitán Pablo Iglesias forma parte, mandando un batallón de la Milicia Nacional, de la escolta que traslada a Fernando VII, Gobierno y Cortes de Madrid a Sevilla, retrocediendo ante los franceses del Duque de Angulema, posteriormente deben los liberales marchar a Cádiz.
Vencidos los liberales por la toma del Trocadero en Cádiz, Pablo Iglesias consigue escapar hacia Málaga, donde conoce al liberal francés Cugnet de Montarlot, trasladándose Iglesias a Cartagena, plaza en la que resistía el General Torrijos, en noviembre de 1823 ha de rendirse esta ciudad y Pablo Iglesias consigue escapar a Gibraltar, lugar en el cual se introduce entre la Jerarquía del liberalismo, entra profundamente en las ideas de los rompimientos liberales contra las costas españolas –conseguir mediante un desembarco una ciudad o plaza costera española y desde allí extender la sublevación liberal contra Fernando VII-.
En Gibraltar sería nombrado Secretario del Ministerio de la Península, posteriormente Secretario del Ministerio liberal de Guerra. Sin duda esta privilegiada situación dentro de la planificación política del liberalismo español, entonces mandado desde Londres por el General Espoz y Mina, le otorgaba poder, hasta el punto de ser nombrado General de la expedición que marcharía desembarcando en Almería, con la oposición de otros Jefes militares de mayor experiencia tanto en la Guerra de Independencia, como en el conflicto en América, aunque su entusiasmo liberal, decisión y optimismo sobre la misión arriesgada de tomar Almería, estaba lejos de la realidad, lo deducimos de las declaraciones de Francisco Javier Joaquín Bustamante, ya que Iglesias, con su entusiasmo y presentarle garantías de éxito, le convenció para enrolarse en tal aventurera misión (antiguo legajo 66 en A. M. Justicia, Madrid), que supondría la muerte de gran parte de los expedicionarios.
Pablo Iglesias en Gibraltar entra dentro de la asociación de los Comuneros, partidarios de medidas más radicalizadas que los masones, miembros de la asociación secreta comunera eran partidarios de terminar con la vida del Rey y su familia, estableciendo una República al estilo de Méjico, mientras que los masones, menos extremistas, deseaban ganar liberales reformas estableciendo una Constitución y conseguir limitar el poder Real. Se establece una Sociedad llamada Santa Hermandad en Gibraltar, decidiendo realizar una expedición liberal sobre las costas de Levante, para desembarcar en las costas de Almería –las ganancias para el pago de la expedición ya se habían planificado que fuesen en Almería, no hubo intención de desembarcar en Málaga, Pablo Iglesias era un hombre de profundas ideas liberales, no un militar con experiencia y experto planificador, lo demuestra cuando destituyó a Francisco Javier Joaquín Bustamante como Jefe de Estado Mayor de la expedición, ya que en la mar, y cerca de Almería, le aconsejó que no desembarcase para tomar la ciudad, ya que la ciudad estaba avisada… efectivamente Husson de Tour, destacado militar liberal francés, había informado al fernandino General O’Donell los planes de los revolucionarios sobre Almería.
Tampoco fueron prudentes los liberales en las cercanías de la ciudad, ya que en la Alameda de Campos –lo que sería el Paseo de Almería actualmente-, imprudentemente ante las misma Puerta del Sol de Almería, organizaron algaradas y amenazaron de ataques a los absolutistas en fechas de principios de Agosto de 1824. Pablo Iglesias posteriormente, en sus declaraciones en prisión (recogidas en el antiguo legajo 66 de A. M. Justicia), reconocía que Francisco Javier Joaquín Bustamante era un caballero, sin duda, tras ser vencido, reconocería los sabios y prudentes consejos del Comandante Bustamante…
Iglesias era un político, de rápida y ascendente carrera dentro del liberalismo, pero no un militar de carrera y experimentado, el mismo capitán indefinido Mariano Morcillo –que tuvo mando con los liberales en el ataque a las muralla de Almería-, ya en prisión, declaraba sobre los pocos conocimientos militares del General Iglesias (en legajo 66 en A. M. Justicia).
Iglesias contó con la amistad de Ministros liberales en Gibraltar, destacando la que mantuvo con el Ministro Núñez, consiguiendo que fuese nombrado General en Jefe de la Segunda División del Ejército de la Libertad, pero al llegar el 14 de Agosto a las costas cercanas al río Andarax, observó Iglesias, que la ciudad almeriense estaba ganada por la causa realista, no era posible, como pensaba, que le abriesen las puertas de la plaza desde el interior de la ciudad.
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