Pablo Iglesias González. Sus últimas fechas

Los Coloraos

Plaza de la Cebada.
Plaza de la Cebada.
Martín García Valverde

10 de febrero 2019 - 05:05

Pablo Iglesias y Antonio Santos habían sido apresados en Cúllar Baza y trasladados a Baza para ser interrogados, entre sus interrogadores se encontraba Dionisio Puga, gallego, escribano real que intentaba escalar en la administración y se encontraba con destino en la Cancillería de Granada, anteriormente estuvo en Madrid, donde en el Trienio Revolucionario Pablo Iglesias fue Regidor, por lo que Iglesias es reconocido por Puga, aunque Iglesias mantiene que su nombre es Luciano González, su compañero Antonio Santos no soporta la dureza de los interrogatorios y termina realizando declaraciones en las que narra hechos de la expedición sobre Almería, delata a Iglesias, afirma que el preso Luciano González era Pablo Iglesias, Jefe y General de la expedición liberal que atacó Almería – probablemente sus interrogadores, entre ellos Puga, le prometiesen el perdón y su salvación si confesaba ampliamente-.

Al exponer Iglesias que la expedición sobre Almería pretendía establecer una República similar a la de Nueva España, Méjico, la manera federal que tendría, se entendía que el Rey y la familia real deberían ser eliminadas, Benigno Morales en su correspondencia con Iglesias y otros, viviendo en Tánger y en fechas inmediatamente anteriores a los hechos del ataque a Almería, manifestó la necesidad de terminar con el Rey y su familia; también Francisco Javier Joaquín Bustamante (A. M. Justicia, legajo 7972, Madrid) declaró que los republicanos deseaban dar muerte al Rey Fernando VII y eliminar a sus familiares; el cónsul de España en Gibraltar, Juan González Rivas, envía carta al Secretario de Estado, Cea Bermúdez, en fecha 28 de octubre de 1824, anunciando que se planificaba el asesinato del Rey Fernando, que sus agentes no sabían quiénes serían sus ejecutores, pero ya había dicho Iglesias, Jefe de la Expedición contra Almería, que un primo suyo ajusticiado en Almería (A. H. Nacional, legajo Estado 5625), estaba comprometido en cometer tal regicidio… de hecho hubo diferentes González que fueron fusilados en la ciudad de Almería –recordemos que los apellidos del Jefe liberal eran Iglesias González-, aunque realmente puedo asegurar que repasados los legajos 7972 y 7973 del A. M. de Justicia madrileño, además del legajo de Estado 6090 del A. H. Nacional de Madrid, no encuentro tal confesión de Iglesias, como tampoco aparece tal manifestación de Iglesias en los detallados estudios de Emilio García Campra, “Los Coloraos”, 1998, como en el completo estudio de Antonio Guillén Gómez “La expedición revolucionaria de agosto de 1824 contra las costas de Almería”, 2009.

Mas llevaba razón el cónsul Rivas, cuando afirmaba que otros podrían estar comprometidos en asesinar al Rey, ya que hubo intentos de asesinato y complot contra Fernando VII en diferentes fechas durante su reinado, sabemos que los masones eran partidarios de establecer una Constitución, la de 1812 era la única precedente, pero Iglesias había afirmado que tenían órdenes de no entonar Vivas a la Constitución… la expedición sobre Almería estaba organizada por los Comuneros, eran más radicales que los Masones, los documentos que se encuentran depositados en el Ministerio de Justicia sobre la confesión de Pablo Iglesias vienen siendo estudiados por unos pocos estudiosos del desembarco de los Coloraos en estos últimos 20 años, pudiera haberse perdido en estos más de 170 años precedentes… no existe duda que se intentó atentar contra el Rey en su época, cuestión en las que anteriormente estuvieron comprometidos miembros del Gobierno revolucionario del General liberal y Supremo Dictador, Mina.

Las intenciones en el desembarco de los Coloraos era terminar con la Monarquía y establecer una República… suponía terminar con el Rey y la familia Real. Iglesias afirmaba que el ataque se pensaba sobre Almería o Málaga, nos inclinamos a pensar que intentaba confundir a sus interrogadores, creo que los preparativos estaban encaminados a realizar la acción contra Almería, contactos con personas como el miliar Llug que desde la Sierra de Gádor reclutaba hombres para apoyar a los expedicionarios en la costa almeriense, armas acumuladas en la Atarazana almeriense para entregarlas a los liberales, la preparación de cantidades en mineral de plomo para pagar los gastos del bergantín Federico, las algaradas y desafíos de militares liberales indefinidos, de revolucionarios, ante las murallas almerienses en fechas de principios de Agosto 1824, nos dicen que los contrarios al realismo preparaban el levantamiento en Almería.

Joaquín Bustamante declaró que los republicanos querían dar muerte a Fernando VII

El hecho de que el Conde de Ofalia fuese comprometido por Iglesias y Santos en las conspiraciones revolucionarias, muy posiblemente se debía a una estrategia del escribano Puga, persona vengativa que en Madrid estuvo vetado para un alto cargo por el entonces Ministro Conde de Ofalia, por lo que convenció a los reos Santos e Iglesias para mezclarlo en los hechos, decía Iglesias que traía orden de capturar en Almería al Conde de Ofalia para apartarlo, pues no era republicano, el partido que deseaban que gobernase y por lo tanto podría molestar a los planes revolucionarios (don Narciso Heredia, nieto del Conde de Ofalia, escribe en fechas finales del siglo XIX, en Bilbao, una interesante biografía sobre el Conde de Ofalia, se encuentra en la Biblioteca Nacional de Madrid), así Iglesias manifestaba que intentaban con el Rompimiento en Almería establecer la República, no era simplemente establecer la Constitución de 1812, era terminar con la realeza en España. Fracasó el intento de la toma de Almería, pero en Almería encuentra la muerte una vecina, María Forte; también varios revolucionarios mueren ante las murallas, fueron sangrientos los hechos.

Iglesias en sus declaraciones aportaba pocos datos, como afirmar que había vistos escritos en el libro de Registro del Ministerio de la Gobernación en Gibraltar, los nombre simbólicos de importantes conjurados liberales, respondían a Espaminondas, Cayo, Cesar, Emilio, Robespierre, Napoleón, Catón, Bruto y otros. Que el Ministro Núñez se conocía por Catilina y Múñoz, ministro de Hacienda era Rómulo. Que se repartían proclamas revolucionarias por los puertos españoles, entre los navegantes revolucionarios destacó el valenciano Borrasca.

Iglesias intentaba confundir a sus interrogadores al referirse a Málaga

Manifestó como revolucionarios en Almería a Mariano Gómez a Felipe Vílchez –con intención equivocaba sus nombres -, además de Lluc y Morcillo, sabía al declarar que Lluc fue fusilado en Almería y Morcillo se encontraba preso, decía que éstos habían sido directores de círculos en Almería. Nada narraba de los que formaban la dirección Central en Madrid, tampoco daba a conocer nombres de los revolucionarios de la Junta de Gades en Cádiz.

No aportaba nombres de revolucionarios en los Círculos, ni de masones, ni comuneros, tampoco de enemigos del Rey en la Real servidumbre, en los Ministerios, en el Consejo de Castilla. Manifestó que Mina se comunicaba desde Londres con Bancos, también con Madrid mediante Vicente Sancho, destacado liberal. Envíos económicos de la Hacienda revolucionaria con Madrid, mediante la Casa Viuda de Caballero (A.M. justicia, legajo 7972).

Santos e Iglesias son trasladados a Madrid en Enero de 1825. Se consideraron escasas sus aportaciones al Rey, no mereciendo el perdón Real, aunque la madre de Iglesias suplicó su indulto al Rey Fernando. El 25 de Agosto de 1825 fueron ahorcados en la Plaza de la Cebada de Madrid, muere Iglesias dentro de la fe católica, sus últimas palabras son : ¡Libertad o Muerte!.

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