Pablo Iglesias González. Acciones, huida y prisión
Los Coloraos
Después de 3 horas de ataque a la ciudad, en horas de madrugada, abandonaron los voluntarios liberales de la Provincia, además de retirarse los contrabandistas que les acompañaban
Declaraba Pablo Iglesias, ya prisionero, que el 29 de abril de 1823, hubo de salir de Madrid con el último batallón de la compañía de Cazadores Nacionales, de la cual era Capitán, van a Sevilla y después a Cádiz, en retaguardia de la Escolta de Fernando VII (seguimos legajo 6090, Estado, del A. H. Nacional de Madrid, contiene la causa de Iglesias y Santos).
Solicitó permiso para organizar en Aragón un Cuerpo Franco para combatir por el liberalismo.
En unión de Merconchini, importante líder revolucionario, embarcaron en el “Villa de León” y marchan a Tarifa, de allí pasaron a Algeciras, después van a Málaga, solicitando permiso al Gobernador para unirse al General José María Torrijos que resistía a los franceses en Cartagena, permanece en esta plaza fuerte hasta su rendición el 4 noviembre de 1823. Iglesias marcharía hacia el exilio, llegaría a Gibraltar el 22 de noviembre de 1823.
Posteriormente, el 6 de agosto de 1824, desde Gibraltar con 50 hombres embarcaron en un bergantín con bandera inglesa – para Iglesias era el “”Federico”, mientras que el cónsul de España en Gibraltar le llama el “Fortuna”, sin duda en numerosos aspectos en sus declaraciones Iglesias intenta desorientar a sus carceleros-, tomaron la ruta hacia Almería, desembarcando cerca de Almería el 14 de agosto de 1824. Venía nombrado General de la 2ª división del Levante, para proclamar en Almería la independencia y libertad, unidas sus fuerzas a los 60 hombres que tenía Santos –existe equivocación en lo manifestado por Iglesias, ya que Santos acompañó a Iglesias en el viaje de Gibraltar a Almería, los hombres que recibieron a Iglesias en la boca del Andarax los aportaron los oficiales liberales Morcillo y Llug y eran fundamentalmente descontentos liberales perseguidos y ocultados en la Minas de Gádor-, estas fuerzas, expedicionarios y liberales reclutados en Almería, rompieron fuego contra Almería. Aconsejado por algunos oficiales, entre ellos el General francés Montarlof, decide la retirada.
Oficia a los Alcaldes de los pueblos almerienses para reunirse y que le procurasen las gentes posibles de los Nacionales y Legales armados, reuniendo en Huecija el 15 de agosto unos 250 hombres de caballería y unos 40 de a caballo – su historiador Eusebio Martínez de Velasco, en su obra “Pablo Iglesias”, Madrid 1862, cita que reunió 450 hombres-. Pretendían llegar ante Almería, que las gentes de la ciudad se sublevasen y les abriesen las puertas de la ciudad. Pidieron al administrador de Rentas del Noveno 20.000 reales, consiguieron una letra de igual cantidad -en la causa aparecen de 22.000 y pico reales en valor en aceite- del Prior de San Agustín.
Ante sus interrogadores describía Iglesias su ataque a Almería la madrugada del 16 de agosto de 1824, la disposición de las fuerzas la relata, la Holla o la Joya sería atacada por Delgado, aconsejado por un guía del país, se refería al práctico Moreno. La Puerta del Sol se encargó al militar Carlos Hoyos. El ataque a la marina -se refería a la zona de la playa, puerto, que tenía por entrada a la ciudad la Puerta del Mar, al final de la Calle Real-, sería dirigido por el oficial Morcillo, que se había incorporado en Almería a los atacantes.
En la Puerta de Purchena se encontraba Iglesias, en la Rambla de los Hileros –actualmente Rambla o Avenida Obispo Orberá- los oficiales Rute y Santos le apoyaban con numerosa fuerza – estos hombres eran fundamentalmente contrabandistas, que dudosamente obedecerían órdenes y serían fieles a los liberales en caso de complicaciones-. No coincide lo manifestado por Iglesias sobre el ataque a Almería con lo relatado por su historiador Eusebio Martínez de Velasco en su libro sobre Pablo Iglesias en 1862, en Madrid, ya que éste expone tres puntos de ataque e ignora el de la Marina, zona del Puerto; Iglesias presentaba cuatro lugares de ataque sobre Almería.
Considero que esos escritos de Pablo Iglesias en la cárcel y en sus últimos días, entregados por la viuda de Iglesias a Martínez Velasco, no existieron (realmente considero imposible que un reo que estaba siendo interrogado para que declarase crímenes de estado pudiese ocultar tinta, pluma, pliegos y no ser descubierto por sus carceleros absolutistas y entregase sus memorias a sus familiares)… lo que debería ser fuente de conocimientos era el memorial de los hechos que guardaba la familia y allegados, además de los documentos de la causa contra Iglesias, puesto que desde 1833, con la muerte de Fernando VII, existen numerosos Gobiernos Liberales en España, en 1862, fecha de edición del libro sobre Pablo Iglesias, Gobierna en España el General O’Donell con la Unión Liberal.
Después de tres horas de ataque a la ciudad, en horas de madrugada, abandonaron los voluntarios liberales de la Provincia, además de retirarse los contrabandistas que les acompañaban cuando observaban que la ciudad resistía, los ataques de los liberales habían fracasado, no consiguieron que les abriesen la Puerta de Purchena, tampoco la Puerta del Sol, además de sufrir tres muertos y ocho heridos en el ataque a las deterioradas murallas de la Joya. Iglesias, quedando solo con 45 expedicionarios, tiene que ordenar la retirada hacia el interior, buscaron el pueblo de Benadux, pero fueron duramente atacados por numerosas partidas realistas de los pueblos cercanos, Gádor, Rioja, Benhadux y Pechina, prosiguen su avance hacia Alhama, desde allí deseaba dirigirse hacia Cabo de Gata y reembarcar en el navío “Federico”, pero en las cercanías de Alhama se encuentra totalmente cercados en una loma rodeado por fuerzas realistas superiores.
Se veían obligados abandonar las posiciones por la superioridad del enemigo, solamente le quedaban seis de sus hombres, Llug herido en un muslo, que le cedió su caballo para que intentase la huida, Hoyos, Delgado Manterlot, Morales y Navarrete, tuvo Iglesias que ordenar la dispersión, para facilitar la huida, consigue junto a Delgado burlar las líneas de los realistas y en su camino encuentran al oficial Santos y a Jiménez, También a Antonio Cros –que había sido administrador en Liria, Valencia, con los liberales-, se cobijan en una cueva, descansando y tomando algún alimento (Emilio García Campra en su libro “Los Coloraos”, 1998, recoge el libro de Eusebio Martínez de Velasco ”Don Pablo Iglesias”, Madrid, 1862), las partidas realistas les imposibilitaban llegar a Cabo de Gata y deciden dirigirse hacia la Sierra de los Filabres, llegaron a Velefique, siendo ayudados por el cura del pueblo, contactan con vecinos y les alquilan dos mulas, además con ropas viejas visten de aldeanos y deciden dirigirse a Cullar Baza, donde residía el posadero Pedro Martínez Segovia, persona que fue compañero de armas de Santos durante la Guerra de la Independencia, los huidos habitaban en un Cortijo en Cullar (seguimos legajo nº7972 A. M. Justicia). Delgado y Jiménez decidieron partir hacia Aguilas, con la intención de alcanzar Cartagena para embarcar –de hecho Delgado, Cros y Jiménez alcanzarían Tánger-.
Para conseguir pasaportes para que viajasen Santos e Iglesias, Martínez visita al Alcalde de Cullar Baza, éste envía la ronda y aprisionan a Santos e Iglesias el 22 de Agosto de 1824, encontrarían la muerte en Madrid un año más tarde. Martínez entró en prisión.
También te puede interesar
Lo último