Luis Fernández Revuelta: ahora un viajecito al cielo, Luis

Obituario

Hace unos días fallecía uno de los mayores promotores de la costa de Almería.

Luis Fernández Revuelta / D.A.

Almería/Después de 88 años de vida plena, nos dejaba el martes pasado ese “almeriense sonriente” que ha sido nuestro amigo Luis Fernández Revuelta con quien tanto hemos aprendido y disfrutado quienes tuvimos el privilegio de frecuentar su amistad, que justamente somos legión, dado su talante alegre y su enorme talento proactivo para ingeniar proyectos empresariales, viajeros o de ocio.

Su currículo vital, es inabarcable en un obituario y exigiría todo un libro, tal vez muy útil como referente de nuevas generaciones, como ejemplo de quien, desde la sencillez, sin dobleces ni estrafalarios alardes ha consumado una vida de éxito familiar, social y personal. Y lo hizo sin más capital inicial que su intuición inquieta, su empatía personal y un gran ánimo emprendedor. Para quien no lo conociera, apunto solo algunos hitos significantes de su complicidad y trayectoria en el tejido socioeconómico local: se inventó, pero de la nada porque nadie operaba aun en esa actividad, una agencia de viajes allá por 1966, cuando en este país el viajar aún no era un placer -como diría luego Miliki- sino algo extravagante y el turismo pasivo un suceso incipiente y exótico que sin embargo, consolidó Luis través de su empresa, que fue la primera gran ofertante de servicios y operadora turística de Almería. Y aunque sea imposible hacer un compendio mediático a la altura de sus méritos, no me resisto a dejar de consignar algunas otras pinceladas personales ni me excuso de dar fe, además de su sencillez y cercanía, de su clarividencia sobre el potencial atractivo, presente y futuro, de esta tierra y su entrega cariñosa a los muchos proyectos que puso en marcha y culminó sin estridencias pero con máxima eficacia. Es una evidencia histórica acreditada que entre los años 1966 y 1976 el número de turistas en Almería, se triplicó mientras Viajes Alysol operaba, junto a otros agentes, como líder en el sector, disputando comercialmente sin arredrarse con un coloso vitaminado por el régimen franquista, como era la marca Costa del Sol -marca creada en Almería pero monopolizada luego por el turismo malagueño-. Así que puso en acción una nueva divisa, Costa de Almería, que hoy es distintivo de prestigio frente a otras ofertas masificadas de la costa mediterránea. Y es que Luis no se limitó a expedir boletos de viaje, sino que se implicó en la consolidación de una cultura empresarial propia, y para ello lo mismo participó en la fundación de Asempal y de la Cámara de Comercio, que luego intervino en la creación del poblado del Oeste Mini Hollywood, en Tabernas, hoy Oasys Mini Hollywood, fue Presidente de la Junta del Puerto, y patrocinó la Mancomunidad Turística de la Costa de Almería, que luego germinó en el Patronato de Turismo. Dudo que haya existido en esta provincia algún proyecto o iniciativa turística exitosa en las últimas seis o siete décadas, en la que no concurriera el aliento y la imaginación de Luis, a quien miles de almerienses, debemos su asesoramiento sobre los mejores destinos que merecía la pena visitar y disfrutar, ahora sí, viajando.

Una actividad incesante, consustancial a su carácter que tuvo otra dimensión más personal, en aquellos otros años, décadas hace ya, en que le dio por llevarnos a un buen grupo de amigos, y en muchos casos nos acompañó personalmente junto con su esposa, Brigit, a deambular por los cinco continentes, mostrándonos las maravillas del mundo, la gastronomía y la cultura de todos los pueblos que merece la pena visitar. Deben entender, tal como apuntaba antes, que ahora es cada día más fácil y más seguro viajar, pero que cuando ese pionero que ha sido Luis Fernández Revuelta se embarcó en el sector cada viaje era poco menos que una proeza viajera, plena de anécdotas y retos que, en su compañía, siempre convertíamos en puro y gozoso divertimento. Un lujo, no solo por sus magníficas programaciones sino, ante todo y, sobre todo, por su ingenio al seleccionar lo atractivo de cada rincón registrado. O por encontrar paraísos caribeños donde alguna vez planeamos perdernos, para convivir entre farras, si algún día nos escapábamos de Almería, ¿verdad Luis? Pero ¡ca! Ni tú estabas hecho para dejar esta tierra, ni en ningún otro sitio, ni tú ni yo íbamos a estar mejor acompañados que con nuestras familias, nietos y amigos de esta tierra querida. Bueno quizá ahora tú, sí, en el cielo seguro, donde, me duele escribirlo para que te voy a engañar, parece que te hayas organizado un viajecito porque, precisamente tú, bien ganado que lo tenías. Solo la gratitud por todo lo que nos diste, nos consuela ante tu partida, amigo. Gracias, por regalarnos la aventura de acceder a los destinos más bellos del planeta y hacernos testigos de cómo se gana uno la gloria en vida.

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