Muere Juan del Águila, el almeriense fundador de Cajamar

El abogado almeriense era en la actualidad presidente emérito del grupo cooperativo

Muere Juan del Águila, el almeriense fundador de Cajamar
Muere Juan del Águila, el almeriense fundador de Cajamar
Redacción

01 de diciembre 2018 - 00:58

Juan del Águila, el almeriense fundador de Cajamar, ha fallecido a la edad de 87 años. El maestro, abogado y cooperativista forjó con éxito una de las entidades más importantes del entramado bancario nacional.

Cajamar, en un comunicado muestra su profundo dolor ante esta importante pérdida: "Unidos al dolor de su familia, Cajamar lamenta comunicar el fallecimiento de D. Juan del Águila Molina, abogado, cooperativista y fundador de Cajamar. Considerado por muchos como el almeriense que más ha influido en el crecimiento y desarrollo del nuevo modelo económico almeriense durante la segunda mitad del siglo XX".

Obituario de Manuel Gutiérrez Navas

Abogado y cooperativista almeriense, fallecido a los 88 años, fue un hombre adelantado a su tiempo. Fomentó la creación de numerosas cooperativas y empresas agrícolas y en 1963 promovió la constitución de la Caja Rural Provincial de Almería, que dirigió hasta 1992 y de la que fue presidente hasta 2006, año en que decidió apartarse de la función ejecutiva tras haberla convertido en la primera caja rural y en la primera cooperativa de crédito española. Los últimos años de su vida los dedicó a la Fundación Cajamar, donde ha dejado el legado de sus ideas emprendedoras y su firme defensa de un modelo agrícola innovador y competitivo, ajeno a las subvenciones y orientado al mercado y al cliente.

Lo que Juan del Águila ha representado en el mundo del cooperativismo agrícola y de crédito durante una larga y fructífera etapa que abarca más de 50 años de dedicación al trabajo, es ampliamente conocido. Desde sus inicios como secretario y gerente de la Unión Territorial de Cooperativas del Campo (UTECO) en Almería y como impulsor, director y presidente de la Caja Rural de Almería (Cajamar, desde el año 2000), hasta su retirada en 2012 como presidente de la Fundación Cajamar, su trayectoria profesional estuvo guiada por lo que, al igual que otros grandes emprendedores de su generación, sería su lema vital: esfuerzo y anticipación.

En una época marcada por el inexorable éxodo del campo a la ciudad que se produjo en la España de las difíciles décadas de los 50 y 60 del siglo XX, Juan del Águila supo tener la visión de promover en Almería la constitución de cooperativas como pilares sobre los que basar la consecución de un futuro mejor, en una provincia caracterizada hasta entonces por el atraso de su estructura productiva y su carencia de medios. Apoyó decididamente a la generación de agricultores y empresarios agrícolas que transformaron el campo almeriense de los tradicionales cultivos de secano a las modernas explotaciones de primor bajo plástico, que a mediados de los años 70 protagonizaron el llamado “modelo de transformación almeriense” con el acceso paulatino a los mercados europeos, y que a partir de los años 80 dieron origen al actual cluster agroindustrial existente en esta provincia.

En el ámbito de las cooperativas de crédito, fue un firme partidario de la modernización, crecimiento y consolidación de las cajas rurales en el sistema financiero español, y en 1989 lideró la creación del Banco Cooperativo Español, del que fue presidente de 1995 a 2000. En un sector atomizado por un alto número de entidades de pequeño tamaño, se mostró partidario de acometer procesos de concentración, con el fin de aumentar su dimensión y mejorar su competitividad. En el año 2000 propició la fusión de las cajas rurales de Almería y de Málaga, de la que surgió Cajamar y a la que años más tarde se fusionaron también la Caja Rural del Duero, la Caja Rural de Baleares, las valencianas Caja Campo, Ruralcaja, Caja Rural Castellón, Crèdit Valencia, CR Casinos y Caixa Albalat, así como la Caja Rural de Canarias.

En sus últimos años de trayectoria profesional disfrutó, desde la presidencia de la Fundación Cajamar, de abrir nuevos espacios para la reflexión, la innovación y la transferencia de conocimiento. Entre sus grandes inquietudes estuvo siempre la educación y la formación de las nuevas generaciones de almerienses. Solía decir que con mayor conocimiento y una mejor tecnología, la juventud, con su trabajo, superará las coyunturas negativas que han de venir y dará un nuevo impulso a la generación de riqueza: “De igual modo que hemos conseguido hacer de Cajamar un referente dentro del sistema financiero español, nuestra juventud hará de las técnicas de la agricultura almeriense un ejemplo a seguir a nivel mundial, un elemento de prestigio para nuestra tierra en la sociedad. Pero no olvidemos que nuestra actuación ha de marcarla el mercado y nuestra guía ha de ser el cliente. Todo lo demás, para mí, resta en vez de sumar”.

Aunque no fue un hombre dado a los reconocimientos, se enorgullecía de las distinciones y condecoraciones de las que fue objeto, especialmente de la Medalla de Oro de Almería. Y no por vanidad, que nunca la tuvo, sino como reflejo del afecto y admiración que siempre sintió por su tierra natal. Quienes trabajaron con él o estuvieron cerca suya en alguna de sus actividades, destacan especialmente su compromiso con el mundo rural y el movimiento cooperativo, su capacidad de trabajo, cultura, humanidad, sabiduría y compromiso.

Fue pionero en lo que hoy se llama “responsabilidad social”, especialmente en el plano de la economía social y del desarrollo local sostenible, primero en el seno de la entidad financiera y más tarde desde la Fundación Cajamar, dispuesto siempre a apoyar y desarrollar iniciativas de investigación, experimentación y transferencia de conocimiento, a las que dedicaba toda su atención personal.

Así, en 1975 promovió la creación de una estación experimental dedicada a la investigación agronómica, imprescindible para la agricultura moderna; en 1998 un instituto de estudios socioeconómicos como herramienta de análisis y de difusión del conocimiento y de la cultura, como elementos imprescindibles para el bienestar de las sociedades; en 2006 un centro de investigación medioambiental, para ayudar a recuperar los daños colaterales ocasionados por la acción humano y propiciar un modelo de sostenibilidad, y en 2009 un centro sociocultural a través del cual canalizar y difundir iniciativas sociales y culturales en la provincia de Almería.

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