Mantillas, el ritual para un buen 'outfit'
Algunas de las claves que el bordador Juan Rueda López da a las mujeres para lucir según el protocolo es optar por un "vestido negro sin brillos, recto, con el largo que tape la rodilla, cuello a la caja y medias sin adornos"

No hay una norma fijada, pero sí hay unas pautas marcadas por el protocolo social y la tradición en cuanto al buen vestir de una mantilla en Semana Santa. Un protocolo que a veces se respeta, y otras no tanto. Así lo indicó a Diario de Almería Juan Rueda López, bordador y vestidor de vírgenes en toda la provincia, quien destacó el cambio "sustancial" que han experimentado las hermandades y cofradías de Almería en los últimos años a la hora de corregir de ciertas costumbres que se estaban adoptando en los outfit de las mantillas y que no eran correctas o protocolarios. "Hace unos años se veían auténticas barbaridades en las procesiones; y se ha notado que las hermandades han intervenido para imponer una serie de normas y no atentar contra el protocolo básico".
Para empezar, como indica Rueda López, el vestido debe ser negro liso, de una pieza y sin brillos. Un modelo básico recto, pero sin que se ciña en exceso al cuerpo, sin volantes ni vuelos. Tejidos hay para elegir: crepé, lana fría, seda o terciopelo... dependiendo de la climatología que acompañe a la Semana Santa. Y el largo, una de las cuestiones más importantes, debe ser como mínimo tapando la rodilla, "tanto para las mujeres más jóvenes como las de más edad, el largo es el mismo, nunca por encima de las rodillas", recalca el vestidor. La manga siempre larga o francesa (más abajo del codo), y el cuello a la caja. Nada de escotes de pico o demasiados pronunciados.
Aunque hay hermandades y cofradías que imponen su criterio, las medias deben ser negras pero no tupidas o del color de la piel, sin costuras y sin adornos. Se excluyen también las de rejilla. Y los zapatos, los correctos son los de salón, sin plataforma y con tacón medio. Para Juan Rueda López, "los tacones de aguja no son correctos, porque la ocasión no es una fiesta y además deben ser cómodos para poder realizar todo el trayecto". Y es que a veces llevar un zapato demasiado alto influye en la manera de andar y puede estropear todo el conjunto.
Para evitar cualquier salida de tono, hay cofradías como por ejemplo Pasión, de Almería capital (iglesia de Santa Teresa), donde se ofrece a las mujeres que se van a vestir de mantilla los patrones para la confección de un vestido que sea igual para todas. "Este hecho supone que las mantillas de la hermandad de Pasión lleven una cierta uniformidad en la estética", asegura el vestidor, al tiempo que incide en que una de las cuestiones más importantes a tener en cuenta también es cómo colocar la mantilla. "Debe sujetarse en la parte trasera con un broche discreto, que cubra hasta el nacimiento del pelo en la parte delantera, y que tenga el mismo largo que el vestido, nunca por encima. Únicamente se admitiría el que los picos de la mantilla sobrepasen el vestido si la mujer es de talla pequeña", como explicó. Sobre la mantilla, explicó Juan Rueda López, existen dos tipos, las de blonda española, que se suelen bordar en Granada, o las de chantilly, ambas completamente válidas para la ocasión, pero siempre de color negro.
Y sobre los complementos, precisamente uno de los puntos en donde más se falla, explica que "la mujer de mantilla debe ir discreta, sin caer en el error de ponerse joyas demasiado llamativas. Un collar de perlas, una cadena con una cruz, la medalla de la hermandad si se tiene y unos pendientes sobrios, con un broche discreto son las claves para ir correcta". En este sentido, destaca una curiosa tradición que aún sigue viva en el municipio de Cuevas del Almanzora, donde los padres o novios suelen regalar a las mujeres un juego completo de pendientes y broche cuando deciden salir de mantilla.
El pelo, siempre con un recogido bajo o a media altura para poder sujetar mejor la peina, y además para guardar la rectitud de una estética tradicional y elegante.
El outfit debe completarse con un maquillaje, como el resto del conjunto, lo más natural posible. Igual que la manicura.
Para Juan Rueda López, con una indiscutible trayectoria en el vestido de las vírgenes de la provincia, y en su profesión como bordador, a la hora de elegir cómo vestirse de mantilla hay que tener en cuenta el dicho de menos es más, por lo que aconseja "seguir el consejo de las juntas directivas de las hermandades, pero también el protocolo de sobriedad que marca la Semana Santa. Para vestirse de mantilla hay que tener muy en cuenta el momento y adecuarse a él".
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