El colegio Lope de Vega, diseñado por Guillermo Langle, celebra en casa su 70 aniversario

Situado en el barrio de Ciudad Jardín, el colegio público Lope de Vega mantiene, como el resto de los centros de enseñanza, sus puertas cerradas, pero su 70 aniversario no ha caído en el olvido pese a la gravedad de la pandemia por COVID-19. Alumnos, también de las muchas promociones que por su patio han correteado, y por supuesto el profesorado celebran desde casa esta efemérides con la edición de un vídeo que recorre la historia de los muros de este edificio, diseñado por el arquitecto almeriense Guillermo Langle.

El arquitecto se enfrentaba a la construcción de un barrio en plena posguerra. Un conjunto residencial de casitas encaladas y persianas de madera, en su mayoría pintadas en verde, de las que hoy pocas permanecen con su aspecto original, propio de la arquitectura racionalista que Langle repartió por la capital almeriense. En la calle Chile, situó el colegio, sobre una gran manzana ubicada en un punto estratégico del barrio. Junto a la Iglesia de San Antonio, la Casa de Socorro y la conocida por los vecinos del barrio como ‘la Plazilla’. El epicentro de las compras en Ciudad Jardín, donde desde sus puestos abrían las persianas los últimos tenderos como el zapatero o el ‘vecino’, el encargado de canjear los cromos, suministrar las chuches y las tortas de hojaldre que los niños llevarían al colegio o al cercano Fátima.

Entonces no era el CEIP Lope de Vega, sino Romualdo de Toledo, nombre del director general de Enseñanza Primaria en 1950 y el encargado de instaurar la presencia de los crucifijos en las aulas españolas, en las que los niños y las niñas se dividían por módulos y a la hora del recreo tocaba entonar el Caro al Sol y después tomar la leche en polvo.

Vino personalmente a la inauguración del colegio de Ciudad Jardín y desde entonces en este edificio de volúmenes limpios y sencillos, ha llovido mucho con reformas, tanto de obras como educativas. El diseño funcional de Langle se ha conservado, manteniendo ese característico cuerpo curvado de su entrada principal y los ventanales redondos a modo de ojo de buey. Este edificio, en otros momentos de color terriza y ocre, es en la actualidad un centro bilingüe, cuyos cimientos educacionales están basados en la diversidad e igualdad, así como en el respeto al medio ambiente con iniciativas como el huerto ecológico. Una de las actividades que el vídeo, realizado por Rocío Avellaneda, recoge.