El viejo Katiuska será el ‘faro cultural’ del casco histórico de Almería
Almería
Su rehabilitación, permitirá recobrar el edificio como centro audiovisual. Lo harán posible una inversión de 1,4 millones y 9 meses de trabajos
Nueve meses de obras permitirán que el antiguo cine Katiuska proyecte su luz desde una cúpula- claraboya, a modo de faro cultural. Será la señal de que Almería capital habrá recuperado este edificio singular, diseñado por el arquitecto Trinidad Cuartara, como centro audiovisual y uno de los tres nodos del plan Camina, en el que se celebrarán actividades culturales y asociativas, junto al Mesón Gitano y el Museo Doña Pakyta.
La alcaldesa de Almería, María Vázquez, acompañada de la concejal de Urbanismo, Ana Martínez Labella, ha presentado el proyecto de rehabilitación del Katiuska, aprobado en la última Junta de Gobierno Local, y que, en cuestión de días, saldrá a licitación con un presupuesto de 1,4 millones de euros.
Esta inversión posibilitará recuperar este inmueble, de 1904, como “referente cultural”, mediante una actuación “absolutamente respetuosa, que mantiene y potencia la imagen del diseño original de Cuartara, respeta todo lo existente y recupera algunos de los elementos perdidos a lo largo de los años transcurridos desde su construcción”, explica la alcaldesa, quien ha destacado la recuperación que, además, se hace del interior para hacer del Katiuska “un espacio amplio, moderno, funcional y versátil”.
María Vázquez, alcaldesa de Almería
"Recuperamos este edificio como referente cultural mediante una actuación respetuosa”
Concebido originalmente como almacén de uva y, poco antes de la Guerra Civil, reformado como sala de cine, para después ser almacén de esparto y, finalmente, de hierro, este edificio de dos plantas verá reconstruidos “los revestimientos de la fachada, elementos de piedra, molduras de ventana y cornisas, incluyendo además la reparación estructural de los muros de carga”. Lo explicaba el técnico municipal Jorge Nofuentes, quien ha ofrecido los detalles del proyecto redactado por el arquitecto Francisco García Ruiz, de la empresa Eptisa, Servicios de Ingeniería.
La intervención eliminará elementos añadidos en la fachada (huecos), mientras que su interior, de 604,86 metros cuadrados, será reformado y adaptado para sus nuevos usos, introduciendo elementos de atracción, como la mencionada proyección de luz hacia el exterior o una escalara escultórica en la parte central, que, arquitectónicamente, sirve para la distribución y conexión de las dos plantas.
El edificio tendrá un acceso principal, al primer nivel, desde la calle General Luque y un segundo acceso, desde la calle Hernández, que comunicará con la entreplanta. En el interior se proyecta la ejecución de dos núcleos verticales, cercanos a las fachadas cortas respectivamente, que introduzcan iluminación natural en el edificio. Al fondo, adyacente a la fachada norte, se proyecta un patio ajardinado, en torno al que se dispondrán los espacios más fragmentados correspondientes de aseos y áreas de talleres y exposiciones.
Próximo a la entrada principal, en la fachada sur, se dispone un hito (vidrio u-glass) que contendrá el ascensor y la recepción, y que busca la entrada de luz difusa desde la cubierta a esta parte del edificio y que ejercerá de “faro-guía” como parte del edificio, según ha explicado Nofuentes.
También respecto al interior, se conforma una entreplanta que ocupa todo el ancho del edificio en sus extremos, en torno a los núcleos verticales de iluminación, y que se unen mediante una zona de “palcos”, abierta sobre el “patio de butacas” del edificio. La idea es crear un espacio versátil y multifuncional que permita su adaptación a la actividad a celebrar, abierta a asociaciones culturales, patrimoniales y vecinales.
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