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El Albergue Juvenil de la empresa pública Inturjoven, perteneciente a la Consejería de Empleo, Formación y Trabajo Autónomo, tiene los días contados, al menos como alojamiento turístico juvenil y residencia para estudiantes universitarios. La Junta ha retomado el plan que frenó en septiembre del pasado año, tras hacerlo público este periódico, para la cesión del uso temporal a la Consejería de Salud y Familias para la atención sociosanitaria a personas y colectivos vulnerables o en grave riesgo, especialmente para la prevención y contención del virus y, en su caso, asistencia de rebrotes de la COVID-19.
El proyecto que se anuló entonces, después incluso de anular las reservas de los estudiantes que se alojan durante el curso académico y de grupos de turistas, pretendía medicalizar las instalaciones y convertirlas, en colaboración con Cruz Roja, en un centro de acogida temporal para inmigrantes llegados en el aluvión estival de pateras a la provincia en el que puedan esperar a la realización de las pruebas de coronavirus y permanecer alojados durante la cuarentena los que confirmen el positivo o el contacto con un contagiado.
La dirección y trabajadores del Albergue Juvenil ya han sido informados de que esta vez sí tiene fecha el desmantelamiento provisional de su actividad y esta vez no hay marcha atrás.
Este jueves 22 de abril pasará a ser un nuevo recurso asistencial para hacer frente a la pandemia, como ya ocurriera durante el pasado año en el primer estado de alarma cuando fue cedido al Ayuntamiento de Almería por la administración andaluza como una extensión provisional del Albergue Municipal como segundo centro de acogida para colectivos vulnerables a raíz de la necesidad de atender a todas las personas sin hogar en la crisis sanitaria de la COVID-19. Fueron más de 200 los usuarios en rotación, provenientes de toda la provincia, los que recibieron atención individualizada, cubriéndose sus necesidades básicas de alojamiento, manutención e higiene.
A finales de junio retomó su actividad anterior y regresaron los huéspedes y los trabajadores de Inturjoven, siendo un verano con datos favorables hasta que fueron sorprendidos en septiembre por el anuncio, posteriormente revocado, de que cerrarían sus puertas. En aquel momento se notificó a una veintena de jóvenes estudiantes que tenían contratada la estancia para el curso académico actual que se buscaran otro alojamiento y días más tarde cuando la Junta dio marcha atrás se les volvió a comunicar que mantenían la actividad hotelera.
La mitad no volvieron y ahora tendrán que volver a dejar sin cama a los ocho residentes a los que habían garantizado su estancia hasta finales de junio. Ocurrirá igual con otros cuatro clientes permanentes que tienen reserva desde antes de Navidad y se le notificará la cancelación a varios grupos que ya habían reservado para el verano. El Albergue Juvenil ya no oferta plazas para mayo en Booking, la plataforma con la que normalmente comercializa sus habitaciones.
La decisión de ceder las instalaciones a la Consejería de Salud y Familias ha generado una profunda preocupación y malestar entre la quincena de trabajadores que cumplen hoy 28 años desde su llegada al Albergue. Con una media de edad por encima de los cincuenta, temen el desplazamiento forzoso a instalaciones de Inturjoven en otras provincias, por lo que han convocado para la semana que viene movilizaciones a través de CSIF con las que pedirán frenar esta decisión que atenta gravemente contra los derechos laborales de la plantilla, fundamentalmente en materia de conciliación familiar, al verse obligados a abandonar sus puestos de trabajo y ser trasladados.
El escrito de la Consejería de Empleo, Formación y Trabajo Autónomo al que ha tenido acceso este periódico evidencia la voluntad de Inturjoven de buscar soluciones que se ajusten a la situación de cada trabajador, si bien este presumible incumplimiento del convenio laboral no será el único obstáculo al que se enfrenten. Esta decisión deja a los emprendedores del CADE sin oficinas. Ya se trasladaron en abril desde el Puerto de Almería y se instalaron una quincena de proyectos empresariales y cinco técnicos de asesoramiento en los 411 metros cuadrados habilitados para su uso en el Albergue y un año después se vuelven a encontrar pendientes de la mudanza. De hecho, han recibido ya la comunicación en las que se les indica que "por circunstancias ajenas a nuestra voluntad, el CADE de Almería vuelve a cambiar sus instalaciones, por lo que nos encontramos en fase de búsqueda de local".
Y el tercer y último frente que se le abre a la Junta es el de la oposición vecinal que nada más conocer los planes de septiembre anunció que se sumarían a las movilizaciones de los sindicatos de trabajadores porque no quieren en su barrio y cerca de los centros educativos unas dependencias para la contención del coronavirus asociada a los grupos de personas en grave riesgo de exclusión. De hecho, horas más tarde de que se conociera el plan aparecieron los primeros carteles en los comercios y plazas de El Zapillo. “Desde la Junta de Andalucía deberían buscar soluciones para atender este tipo de necesidades sin que esto suponga un ataque a las condiciones laborales de los trabajadores y también de los usuarios que están pernoctando en estas instalaciones”, ha explicado hoy, María del Mar Gómez de Mercado, responsable autonómica del Sector de Empresa Privada de CSIF que anuncia acciones de protesta a partir del lunes.
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