Investigan en Torrecárdenas con probióticos para bebés prematuros

El estudio persigue reducir las infecciones intestinales en estos pequeños

Uno de los profesionales de la UCI Pediátrica atiende los cuidados de un bebé prematuro.
Mar París

07 de marzo 2016 - 01:00

Un equipo de profesionales de distintas especialidades médicas, dirigido por el jefe de la Unidad de Gestión Clínica de Pediatría del Hospital Torrecárdenas, Antonio Bonillo, lleva a cabo un estudio basado en la administración de probióticos a bebés prematuros, que podría lograr reducir de forma considerable las infecciones intestinales en estos niños. Tal y como ha detallado Bonillo, "la acción positiva de los probióticos surge de la competencia que estos microorganismos realizan contra otros dañinos. Cuando los probióticos logran ocupar ciertos espacios en el organismo, las bacterias nocivas no pueden proliferar y tienden a desaparecer".

Hoy sabemos otro beneficio de estos microorganismos vivos que actúan sobre la flora bacteriana intestinal podrían servir para el tratamiento de una enfermedad grave, la enterocolitis necrotizante, que suele desarrollarse en los bebés prematuros. Los bebés llegados al mundo antes de término, nacen con una inmadurez y falta de defensas en su mucosa intestinal, lo cual sumado a otros factores puede provocar una inflamación exagerada del intestino. Para intentar curar este trastorno, el equipo de investigación dirigido por la Unidad de Gestión Clínica de Pediatría de Torrecárdenas lleva a cabo este estudio. Sin embargo, los beneficios de los probióticos deben estudiarse en cada especie, es decir, los beneficios que ofrece un determinado tipo de probiótico no pueden extrapolarse a otros. Incluso dentro del mismo género y especie, las cepas pueden tener distinta capacidad probiótica y diversas funciones.

En general, los estudios apuntan que los beneficios se centran en una mejora de la salud intestinal y de la función inmunitaria. Pueden ser útiles para combatir las diarreas en niños y adultos, además de otros trastornos como enfermedades inflamatorias intestinales o el síndrome del intestino irritable. A pesar de que todavía son necesarios más estudios para poder determinar, tanto sus efectos concretos, como los mecanismos por los que se producen, se ha observado que varios tipos de probióticos son útiles en la reducción de la severidad y duración de la diarrea infecciosa aguda en los niños. De igual manera, existen estudios que muestran la eficacia en la prevención de la diarrea asociada a antibióticos. Respecto a sus beneficios sobre la respuesta inmune, los estudios revelan que favorecen la actividad de los mecanismos inmunitarios de la mucosa intestinal, además de no permitir que los microorganismos potencialmente patógenos crezcan y se desarrollen. Se ha observado, además, que consumir probióticos, como las leches fermentadas, mejora la intolerancia a la lactosa en los afectados por este trastorno. Entre sus posibilidades terapéuticas, podría estar incluso la prevención del cáncer de colon.

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