Inicios del Festival de Flamenco
Crónicas desde la Ciudad
Con cinco décadas de antigüedad, el Festival Flamenco de Almería es el acontecimiento musical más consolidado del Programa oficial de Feria. Hoy, desafortunadamente, adolece de un escenario acorde con su categoría.

HACEe ya muchos años que un grupo de aficionados, congregados alrededor de la entonces nonata y hoy decana peña El Taranto, plantearon al Ayuntamiento la celebración de un festival flamenco durante la Feria a imagen y semejanza de los que comenzaban a desarrollarse en Andalucía. Corría 1967 cuando tanto el alcalde, Guillermo Verdejo, como el teniente de alcalde de Festejos y el de Cultura, Ángel Gómez Fuentes (quien luego sería presidente del Taranto) y Antonio González Vizcaíno aceptaron de buen grado la idea. La novedosa experiencia fue incluida en la programación festiva de ese mes de agosto.
FESTIVALES EN ANDALUCÍA
Lo que surgió de forma casi anecdótica, aislada y con ánimo de obtener recursos para una Cofradía, ha llegado a nuestros días con el general beneplácito de propios y ajenos. Y esto pese a los avatares sufridos en el tiempo: los primeros en sufrir recortes presupuestarios (la Cultura, ya se sabe, es la hermana pobre y tonta del Erario municipal; o en las carencias económicas se amparan para justificar la falta de ideas e ilusión). Además, añado, de soportar los cambiantes gustos personales del concejal de turno. El nuevo espectáculo cohabitó varias temporadas con la llamada Ópera Flamenca -injustamente tratada por ignorancia o mala fe-, a la que vino a sustituir, aunque conservando determinados rasgos: espacios al aire libre, duración excesiva y elencos artísticos kilométricos. Estos son los doce primeros, por orden cronológico:
· Potaje Flamenco de Utrera (1957)
· Festival de Arcos de la Frontera (Cádiz, 1961)
· Mairena del Alcor (Sevilla, 1962)
· Gran Festival de Cante Grande de Écija (Sevilla, 1962)
· Gazpacho Andaluz de Morón de la Frontera (1963)
· Caracolá de Lebrija (Sevilla, 1966)
Al llegar 1967 se produjo la primera gran proliferación festivalera -de julio a septiembre- coincidente con sus fiestas patronales:
Marchena, Puente Genil, Jerez de la Frontera, La Puebla de Cazalla, Almería y… Adra, la sistemática olvidada.
ADRA Y ALMERÍA
A la espera de que el año próximo vea la luz editorial un extenso ensayo en el que muestro la trayectoria vital del Flamenco (y de la Copla) a partir del primer cuarto del pasado siglo XX hasta su finalización, valga en esta rentrée posvacacional un breve adelanto de los dos más longevos de cuantos anualmente se celebran en nuestra provincia: el de la capital y el de la milenaria villa abderitana.
Con el patrocinio de su Ayuntamiento -Fiestas de la Virgen del Mar y San Nicolás Tolentino-, la comarca entera fue convocada a la Terraza Casablanca la noche del 5 de septiembre del citado 1967. El cartel prometía calidad y el resultado final lo corroboró. La conferencia y presentación ("El Cante y su verdad") de Antonio Mata Gómez, más las voces cantaoras de Manolo Ávila, Diego el Perote y Antonio de Canillas dieron paso al recital de Antonio Fernández "Fosforito", con la guitarra de Juan Carmona "Habichuela", y el baile de María Guarda "Mariquilla" con su ballet de arte sacromontano, arropados por las hermanas Montoya y Manolo Limón. Unos años de no celebración en sus inicios confunden la antigüedad real.
Almería, al igual que el resto de la España autárquica, intenta "sacar" la cabeza del marasmo moral y físico al que condujo la dictadura del general Franco. Los Planes de Desarrollo vislumbraban ciertos "brotes verdes" mientras la provincia vivía con ilusión las vísperas inaugurales del moderno aeropuerto del El Alquián que nos pusiese (sufridores seculares de carreteras infames y ferrocarril decimonónico) en comunicación con el resto del país.
En fechas previas (del 9 al 16) a los diez días feriados tuvo lugar el XVII Festivales de España, auspiciado por el Municipio y subvencionado, en parte, por el Ministerio de Información y Turismo. Por estar La Alcazaba en obras de mejora de su jardinería se trasladó a la Plaza Vieja, sucediéndose en ella los Ballets de Arte Andaluz de Lucero Tena, María Rosa y Luisa Ortega con Arturo Pavón; las madrileñas compañías titulares del Teatro de la Zarzuela y del María Guerrero (en homenaje a Valle Inclán) y el Ballet de la Ópera de Montecarlo. Una oferta de exquisita factura, de auténtico lujo por estas latitudes.
Y al anochecer del lunes 21 de agosto, a las 10,30, el tan esperado "1º Festival de Cante Hondo". El legendario listado de quienes lo hicieron posible (la mitad de ellos ya desaparecidos) merece que perdure indeleble en el recuerdo de la actual y futuras generaciones de aficionados al noble Arte. Al Cante: Antonio Fernández Díaz "Fosforito", José Menese Scott, Antonio Núñez "Chocolate", Luis Caballero y Antonio Ranchal y Álvarez de Sotomayor. Guitarras: Juan Carmona "Habichuela" y Pedro Peña (sustituto de Ricardo Miño). Al Baile: Trini España y Farruco (Curro Fernández era el cantaor que acompañaba el baile). Hizo el pregón y presentación del evento el radiofonista Rafael Gómez Montero, subdirector de La Voz de Granada, ante una Plaza Vieja ocupada de público (los precios oscilaron de 50 a 140 pesetas), entre los que se encontraban miembros de las peñas La Platería (Granada), Juan Breva (Granada) y la anfitriona El Taranto. "El Festival fue retransmitido en directo por Radio Juventud de Málaga a través de la emisora almeriense de la Cadena Azul".
Independiente del de Cante, al día siguiente se celebró también el 1º Festival de Baile: Mariquilla y Fosforito y el Cuadro Flamenco de Sevilla (no citan a Juan Habichuela, aunque fue de la partida). Con dos breves gacetillas preñadas de tópicos y errores despachó el diario del Movimiento la efeméride. Igual de raquítico tratamiento informativo (doce líneas) mereció al año siguiente el 2º Festival de Cante (debutaron Antonio Mairena y José Sorroche, primero de los almerienses en incorporarse, ganador en mayo de uno de los grupos del Concurso Nacional de Córdoba) y el 1º de Guitarra (lamentablemente abortado prácticamente en su nacimiento) con tres figuras señeras de la sonanta: Manuel Cano, Víctor Monje "Serranito" (sustituyendo a Sabicas) y Paco de Lucía.
COLEGIO LA SALLE
Escribía durante el 44º Festival (¡qué recital del granadino Enrique Morente!) lo inapropiado e inhóspito de su actual sede (inhospitalario, incómodo, poco grato), pero como el que oye llover. Después de mucho bregar por el cambio de recinto, tiro la toalla ante la manifiesta insensibilidad y apatía del área de Cultura. Su responsable se autocomplace con la presencia de jóvenes, algo que todos aplaudimos, pero ella sabe, como yo, que el Festival languidece y que aficionados y ciudadanos finalmente terminaremos por darle la espalda si no se reconduce. Basta viajar o leer para comprobar lo que se hace en otros lugares: enclaves monumentales y atractivos (mientras tanto La Alcazaba se muere de risa), una tarima moderna y decente que permita programar Baile, encargos coreográficos específicos, publicaciones y material audiovisual, promoción seria en España y en el exterior, etcétera, etcétera. Y reconsiderar las fechas: en el propio mes de agosto, pero fuera de la actividad de Feria. Así se evitaría la coincidencia horaria con otros espectáculos.
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