Indumentaria tradicional en la Feria de Almería
Almería
Es importante reivindicar y poner en valor la importancia cultural de la vestimenta tradicional de la provincia. En los años treinta se celebró un “concurso de trajes típicos” en las fiestas de Cuevas

Almería/La indumentaria ha sido desde los albores de los tiempos uno de los elementos que han identificado a la humanidad como cultura y civilización, a lo largo de los siglos ha sido un identificador cultural, por el que se podía distinguir una civilización, pueblo o cultura de otras.
Con solo una visión a sus ropajes podemos diferenciar a un romano de un íbero, un indio americano de uno hindú, un chino de un europeo. Y esto gracias a que la indumentaria es la piel cultural de la humanidad, aquella riqueza que atesoran los pueblos a través de la cual, manifiestan entre otras cosas el sentido moral, espiritual, estético, artístico, creativo, social, colectivo y de grupo. En la actualidad, nuestra sociedad es la de la globalización y pasaremos a la historia por haber perdido aquella capacidad creativa local sustituyéndola por una universalidad en la que individuos repartidos por todo el planeta usan los mismos elementos para arroparse. Pero, a la vez que se produce esta corriente globalizadora, diferentes pueblos son conscientes del valor que suponen las creaciones de sus antepasados que debemos considerar un patrimonio cultural universal de carácter excepcional y hacen esfuerzos y luchan porque no desaparezca de la memoria colectiva del planeta, para ello se hacen diferentes actuaciones, siendo una de ellas el uso de los mismos en determinados eventos sociales cargados con un fuerte carácter simbólico, buscando un punto de encuentro con sus ancestros, dándoles el protagonismo y la dignidad merecida. Recordemos como ejemplo, al valiente y comprometido Gabriel García Márquez, vestido para recoger el premio Nobel de literatura con el tradicional “liqui-liqui” usado por los hombres de las llanuras de Colombia y Venezuela, rompiendo con la solemnidad del protocolo de la ceremonia, alegando que a pesar de que el traje obligatorio era el frac, se aceptaba que los hindúes y otros pueblos acudieran con su traje nacional, y él, tenía el mismo derecho a acudir ataviado así, con indumentaria tradicional de su tierra.
En Almería, también tuvimos unos habitantes con un sentido colectivo de pueblo que reflejaron en la indumentaria su marcada personalidad singular, hecho que alcanzó su máximo esplendor entre los siglos XVIII al XIX. Con esta indumentaria se representaban los almerienses y, se daban a conocer al mundo como enseña de su identidad colectiva. A finales del siglo XIX, comenzó la globalización y, poco a poco esta indumentaria se fue perdiendo en Almería y en el resto del mundo, pero se mantuvo de forma simbólica en determinados actos sociales, bajo la denominación de trajes típicos. Se fomentaba su uso y su recuerdo, llegando incluso a celebrarse “concursos de trajes típicos”, como el ocurrido en las fiestas de Cuevas de 1930, como nos informa el periódico El Censor. La crisis económica que arrastraba la provincia de Almería, debió de influir para que este tipo de concursos desaparecieran, porque en los siguientes años no tenemos noticias de nuevas ediciones, hasta que en 1934, se convoca un concurso muy curioso para la Feria de Almería, llamado “Vestido a cuatro pesetas”, por el cual, se invitaban a las participantes a que se hicieran por el módico precio de 4 pesetas, el vestido más elegante que pudieran confeccionar, inspirándose muchas de estas creaciones en el estilo de las actrices de Hollywood, que en aquellos tiempos marcaban la tendencia de la moda, con vestidos de colas llamados batas. El concurso, lo inicio la revista Estampa en Madrid dos años antes, alcanzando gran difusión por toda España. Se repitió al año siguiente y, con la llegada de la Guerra Civil desaparece.
Será a partir de 1940, cuando la institución de Sección Femenina, comienza de nuevo a investigar, recuperar y difundir tradiciones poniéndolas en valor social, pero en lo que respecta a Almería introduce elementos nuevos hasta ese momento prácticamente desconocidos, indumentaria, música y baile, que hasta entonces solo se habían dado en el Valle del Guadalquivir y sus zonas de influencia, comenzando a difundirlos como propios de Almería, aunque distinguiéndolos de lo almeriense con la etiqueta de “trajes y bailes andaluces”. Esta ropa, procedía de una moda, que comenzaron las damas y señoras de Sevilla en 1876, que se propusieron acudir a la feria de aquel año «vistiendo el clásico y sandunguero traje andaluz», tal y como se utilizaba más de cincuenta años atrás por sus mayores, hecho del que informó el periódico “El Español” de Sevilla.
En Almería se da la paradoja que en vez de recuperar la ropa que habían usado los antepasados, la S.F. comenzó a impulsar el uso de estos “trajes andaluces” (vestidos de gitana) en determinados actos sociales como fueron fiestas y ferias, introducidos como una moda “esnob” a imitación de lo que se hacía en la Feria de Sevilla desde el 1876. Al principio, participaban de esta moda una minoría formada por élites sociales muy pudientes y cercanas a la institución. Con la llegada de la Comunidad Autónoma de Andalucía, se produjo un nuevo impulso a este tipo de indumentaria, apoyada por las instituciones públicas que solo difundían este modelo de trajes por lo que fue adquiriendo mayor difusión y la autóctona se fue perdiendo.
En la actualidad, en Almería, existen determinados colectivos culturales que trabajan por poner en valor este patrimonio cultural de nuestra tierra, difundiendo su investigación, y compartiendo a la sociedad los resultados, lo que ha originado una mayor presencia de trajes almerienses en la calle, año tras año, con el apoyo de una población cada día más comprometida y numerosa. El Ayuntamiento de Almería, valorando el esfuerzo y el alto valor cultural de este patrimonio etnográfico, como muestra de su compromiso con las tradiciones durante la feria de la ciudad, ha facilitado un espacio público en el que se han producido en los últimos años, siete “encuentros de indumentaria tradicional”, ampliado este año, con muestra de música y baile de toda la provincia, que ha sido un éxito de participación y de público, en donde tuvimos la ocasión de volvernos a encontrar con los ritmos musicales de nuestros ancestros y con una explosión de colorido de sus indumentarias. Además, este año, en el compromiso por recuperar tradiciones, la corporación municipal dio un paso adelante y con la ayuda material de la Agrupación Folclórica Alcazaba, se vistió al estilo tradicional almeriense, participando en un acto tan simbólico como es la ofrenda floral a la patrona de Almería, la Virgen del Mar, ataviados por primera vez, como lo hubieran hecho nuestros antepasados. Fue un acto valiente, rompedor, un momento histórico y conmovedor, que de bien seguro a nuestros ancestros le hubieran arrancado más de una furtiva lágrima de emoción y por el que hay que felicitar a toda la corporación. Deseamos que se sigan vistiendo en nuevas ediciones, ampliando a otros actos simbólicos, como la inauguración de la feria, para que nuestro patrimonio vaya recuperando poco a poco el lugar de dignidad que se merece y que nunca debió de perder.
También te puede interesar
Lo último
Contenido ofrecido por Caja Rural Granada