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Almería/La Fiscalía ha elevado este lunes a definitivas sus conclusiones tras la vista oral contra el hombre que intentó acabar con la vida de su expareja a la que presuntamente encerró en una chabola y le prendió fuego, tras agredirla previamente con un cuchillo, si bien ha rebajado su petición de penas de 21 años de prisión a un total de 10 años de cárcel.
La fiscal ha modificado parcialmente su escrito de acusación y ha señalado que el delito de lesiones que imputa al acusado tuvo lugar en el "domicilio común", en lugar de en el de la víctima, y ha eliminado la agravante de parentesco.
De esta forma, ha mantenido su petición de un año de cárcel por un delito continuado de quebrantamiento de medida cautelar; otro año de cárcel el delito de lesiones en el ámbito de la violencia sobre la mujer, y ha rebajado de 19 a 8 años de prisión, su petición por un delito de incendio en concurso ideal con un delito de homicidio en grado de tentativa.
La fiscal señala que el acusado mantuvo una relación de pareja "análoga a la conyugal" con la víctima entre 2017 y junio de 2020, de forma que convivía con ella en una chabola ubicada en el Camino de la Goleta de Almería. Apunta que en abril de 2020 se le impuso una orden de alejamiento respecto a la mujer por una denuncia de lesiones en el ámbito de la violencia de género, que ignoró porque se presentó tres semanas más tarde en esta chabola.
Ya sobre la medianoche del 10 de junio de 2020 regresó a esta infravivienda y mantuvo una discusión con la víctima, a la que presuntamente agredió con un cuchillo en distintas partes del cuerpo mientras le decía: "Te voy a matar".
Tras ello habría salido de la chabola para marcharse del lugar en su bicicleta, si bien la fiscal sostiene que pasado un tiempo volvió para encerrar a su expareja dentro de la infravivienda con un candado y una cadena.
"Con el propósito de acabar con su vida" habría prendido fuego a este domicilio, que había sido construido con palés de madera que hacían las veces de paredes, así como con tela para el techo. El incendio se propagó "inmediatamente" y la casa quedó totalmente calcinada, si bien la víctima logró escapar por una ventana sin sufrir heridas a causa del fuego.
Aunque la fiscal reconoce que, de acuerdo a la pericial practicada por la Policía Científica, no se puede determinar el "foco" o la "autoría" del fuego, considera que "dadas las circunstancias que rodean el caso", la agresión y pelea previa entre ambos y al relación de "enemistad" que existía entre la víctima y el acusado, estas pruebas o indicios de referencia darían por acreditada su participación.
La Policía Científica ha apuntado que la chabola quedó "totalmente calcinada" y que el fuego se pudo producir por la aplicación de un mechero o cerilla, ya que estaba construida con cartones, madera y papeles, "todos materiales combustibles", sin necesidad de elementos externos como gasolina. Han añadido que aunque fue provocado por una llama directa, no pueden concretar si lo fue intencionadamente, así como que no encontraron la cadena o el candado aludidos por la víctima.
El propio acusado ha negado que la relación sentimental entre ambos durase tanto tiempo, y ha sostenido que sólo residió con él en la chabola durante unos meses, aunque sí tenía allí parte sus pertenencias y "a veces iba a dormir". A esto ha apostillado que la noche en la que se produjo el incendio se despertó porque ella le propinó un puñetazo en la cara y que lo golpeó con una piedra, por lo que -asevera- se fue del lugar en su bicicleta.
Ha afirmado que la víctima vivía con una amiga en Roquetas de Mar y que esa noche ni la agredió con un cuchillo, ni prendió fuego a la chabola, sino que podría haber sido ésta -tal y como luego ha expuesto también su abogado- la que podría haberla quemado por las disputas que tenían por la propiedad de la infravivienda.
La propia víctima ha abundado en la versión de los hechos expuesta por la fiscal, y ha apuntado que sólo iba a la casa de su amiga en Roquetas de Mar a cuidar unos gatos, así como que se encontró al acusado en la chabola cuando regresó de esta tarea, tras lo que habría ocurrido todo lo que expone la Fiscalía.
Su amiga de Roquetas de Mar ha corroborado que la Policía la llevó a su casa con moratones y cortes en una mano, si bien ha declarado que vivía a medias entre la chabola y su piso, ya que cada dos o tres días iba a ver "cómo estaba un gatito" y a cambiar la ropa.
También han declarado agentes de la Policía Local y de la Policía Nacional, que han explicado cómo encontraron a la víctima esa noche, una amiga y un amigo del acusado que han ofrecido versiones que apoyarían el relato de éste, y los forenses que atendieron a la víctima, que consideran que las heridas de una de sus manos pueden ser compatibles con un cuchillo, aunque eran "superficiales".
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