Félix Rodríguez de la Fuente introdujo una técnica de evitar accidentes aéreos
Los choques con pájaros son principalmente peligrosos en los despegues de los aviones

El sistema de utilización de halcones fue instaurado en el año 1969 por parte de Félix Rodríguez de la Fuente, que fue el primero en darse cuenta de las posibilidades que tiene la utilización de la cetrería en el ámbito de la vida civil. Lejos de su uso para la caza, el primer sistema de seguridad a través de aves se puso en marcha a petición de la base aérea norteamericana de Torrejón de Ardoz.
Con todo, fue el aeropuerto de Barajas en Madrid el primero que adoptó este sistema como el más eficaz para controlar la seguridad en las operaciones aéreas. Pocos años después llegaba por primera vez a Andalucía a través de un sistema similar en el aeropuerto de Granada.
Aunque hasta el año 1991 apenas eran cuatro los aeródromos que contaban con este servicio, en la actualidad sirven en cerca de una treintena de bases aéreas en todo el país y abarca el 95% de las operaciones nacionales de despegue y aterrizaje.
Difícil es aún establecer las cifras de actuaciones en el aeropuerto de la capital cuando aún no llevan actuando ni un año, pero los responsables del servicio sí resaltan los peligros que se evitan a través de estos vuelos, en su mayoría preventivos.
"Un choque no significa necesariamente un accidente, pero para los despegues se necesita toda la potencia de las turbinas, que además absorben cualquier objeto", señala José Vilches. Por ello es necesario que haya cuantos menos obstáculos posibles, puesto que la entrada de un pájaro en el sistema de turbinas podría desde aminorar el funcionamiento del motor en un 30% hasta romperlo, "y la potencia de los motores es totalmente necesaria para los despegues".
El objetivo de la cetrería es la de alejar el peligro lo más posible de las instalaciones en las que anualmente pasan millones de pasajeros. Ello se consigue con el "miedo" que tienen las pequeñas aves a las águilas y sobre todo, los halcones. De hecho, el radio de actuación de estas especies es muy amplio y cuanto más alto vuelen mayor será el espacio libre, incluso fuera del territorio del aeropuerto, como franja de seguridad para los aviones.
El trabajo que tienen los ejemplares lo marca la propia naturaleza, que en estos meses da un poco descanso a las aves, puesto que no han llegado las migraciones y pueden dedicarse un poco más a la cría de polluelos.
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