Entoldado de quita y pon para la Plaza Vieja en vez de la sombra de árboles
El PP quiere una plaza "llena de terrazas" y teme daños por las raíces en restos arqueológicos
Cs respalda la decisión y pide luego pantallas vegetales en edificios públicos
Decisión tomada. La Plaza Vieja de Almería se quedará exenta de arbolado y con su parte central libre del monumento a Los Mártires de la Libertad (el Pingurucho), para convertirse, tras las obras de urbanización proyectadas, en una plaza diáfana, "llena de terrazas" y cubierta, en un 70 por ciento de su superficie, de toldos con tensores. Una idea defendida en Pleno por el Partido Popular que, en opinión de la concejal de Fomento, Ana Martínez Labella, "moderniza la ciudad y le aporta frescura y elegancia", obteniendo el respaldo de los concejales de Ciudadanos que, poco después, pedían en una moción pantallas vegetales en edificios públicos, y también en inmuebles privados, la cual el PP no dudó apoyar.
Con ciertas reticencias a la hora de poder acceder al Salón de Plenos, buena parte de los asientos del público estuvo en la sesión celebrada ayer en el Ayuntamiento de Almería ocupada por vecinos del casco histórico, una imagen que denota la preocupación del barrio por el futuro de la Plaza Vieja, que este año recibirá las obras y para cuya ejecución el equipo de gobierno, con el respaldo de Cs, ha aprobado una modificación del Plan General de Ordenación Urbana de 1998, que le permite eliminar los 20 ficus que sombrean la plazoleta y las cinco palmeras de llamativa altura que acompañan al Pingurucho en su verticalidad. De hecho, lo que ayer quedaba suprimido de la ficha del Catálogo de Edificios y Espacios Protegidos del PGOU es la recomendación de completar el anillo interno de arbolado con ejemplares de especie y porte similar. Pero, según Cs, los tiempos y las modas cambian hacia lo que el portavoz de la formación naranja describió como la "plaza del progreso".
La misma, según detalló la concejal de Fomento, contará con siete nuevas farolas, las cuales servirán de soporte para la instalación de toldos desmontables que puedan ser colocados en los "meses de mayor incidencia de las temperaturas" y retirados cuando "apetece que el sol esté dando en la piel". "Nos encantaría ver la plaza llena de terrazas, es lo que da vida a la ciudad, y no hay que rasgarse las vestiduras por decirlo, nos gusta y nos satisface", añadió Martínez Labella, quien argumentó la supresión del arbolado desde diferentes puntos de vista, más allá del estético. Porque para gustos, colores. Y "yo no voy a llamar cateto a nadie", se encaró la representante del PP con parte de la oposición, e indicó que las 25 propuestas de Plaza Vieja presentadas, "todas", retiraban el anillo vegetal actual.
Como segundo entrante, la edil quiso incidir en que no "son árboles centenarios", datando su plantación en 1989 como medida de seguridad para separar el tráfico rodado (antes se permitía la entrada de vehículos en la Plaza Vieja), del peatonal. Aunque la plaza va a ser entoldada, la responsable municipal defiende que la eliminación de los ficus y palmeras permitirá despejar la visión de la Casa Consistorial y del convento de Las Claras, "devolviéndoles su protagonismo" a estos edificios singulares.
A estos argumentos agregó que las raíces de los ficus "probablemente estén dañando los restos arqueológicos" del subsuelo, motivo por el que se va a proceder a la contratación de un estudio complementario de comprobación, que se sumará a otras catas efectuadas con anterioridad. Este informe será presentado a la Delegación Territorial de Cultura porque, como señaló la oposición, el proyecto de urbanización que atesora Fomento deberá tener el conforme de la Comisión de Patrimonio.
La responsable del área empleó en la defensa de la actuación planificada un último argumento utilizado en anteriores ocasiones por el equipo de gobierno. Hizo referencia al proyecto original del arquitecto Sevillano Ramón Sierra Delgado, ganador del concurso de ideas convocado por la Junta y el Ayuntamiento en 2004, que "pagó" el Gobierno andaluz y "bendijo Patrimonio". El actual proyecto ha sido desarrollado por el estudio Ordaz, que mantiene el traslado del Pingurucho previsto por Sierra Delgado, con tal revuelo en su momento que el Ayuntamiento, gobernado entonces por PSOE e IU, garantizó la inmovilidad del monumento de su actual ubicación, así como la conservación de la escalera principal de la Casa Consistorial, la cual se ha mantenido. En cuanto al arbolado, el proyecto de Sierra Delgado no hacía referencia expresa al mismo.
Estos considerandos, con los que la concejal mantiene la decisión "valiente", pues "no estamos para garantizarnos el sillón", le sirvió a Martínez Labella para concluir que con el traslado de Los Coloraos, a ubicar al principio del parque Nicolás Salmerón -junto a la escultura que emula el coral-, "gana la Plaza Vieja y gana el propio monumento, que tendrá una visibilidad enorme", rematando su discurso con que "entre la Plaza Vieja con árboles o una Plaza Vieja entoldada, diáfana, moderna y llena de vida, nosotros lo tenemos claro".
PSOE e IU, que votaron en contra, también. Estimando que la actividad hostelera y cultural no es incompatible con la presencia del Pingurucho y el arbolado, la "plaza del progreso" se convirtió en "la plaza del retroceso" y la "plaza mayor castellana" dentro de la intervención del portavoz socialista. Juan Carlos Pérez Navas, quien mantuvo que hay arbolado desde al menos 1917. Lamentó el "cambio de los árboles por las sombrillas de la Coca-Cola", sacando a relucir el informe económico, "de vergüenza y que nadie firma", con el que el equipo de gobierno sustenta una repercusión monetizada positiva de la plaza diáfana. Un diseño que estima propio del País Vasco, por lo que no tuvo empacho en reprochar el "catetismo" del PP a la par que ironizaba sobre el reparto de abanicos de la Feria a la solana.
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