Empieza la berrea del ciervo en Los Filabres en el año de la regeneración de la especie

Medio Ambiente decide no realizar monterías y batidas esta temporada para recuperar reses de caza mayor como ciervo y jabalí

La modalidad del rececho no está afectada

Un ejemplar de ciervo sale al atardecer cuando empiezan a escucharse los primeros ecos de la berrea en la sierra de Los Filabres.
Un ejemplar de ciervo sale al atardecer cuando empiezan a escucharse los primeros ecos de la berrea en la sierra de Los Filabres. / D. A.
María José Uroz

09 de septiembre 2018 - 02:31

La Sierra de Los Filabres empieza ya a ser testigo de los primeros ecos de la berrea del ciervo. Al atardecer, los machos empiezan a salir en busca de las mejores hembras y este espectáculo que cada año brinda la naturaleza en esta zona de la provincia de Almería es una de las opciones cada vez más populares entre los amantes de la cinegética y de la montaña. No es extraño ver ya aparcados a la orilla de la carretera vehículos de particulares que, solos o en familia, acuden al bosque para escuchar el berrido de los venados o divisar las espectaculares peleas de machos y sus majestuosas cornamentas.

Todo esto transcurre mientras la Sierra de Los Filabres se encuentra en plena fase de regeneración de la especie. Es el año en el que por primera vez la Junta de Andalucía ha decidido no llevar a cabo ninguna montería, dada la preocupante situación que atraviesa tanto en número de ejemplares como en la calidad de los mismos. La sequía ha hecho mella no solo en la vegetación del pinar, sino también en la fauna y esto es una evidencia.

La Sierra de Los Filabres no vive su mejor momento. Los que la conocen bien, cazadores, agricultores, guardas forestales, técnicos y personal de Infoca, entre otros, aseguran que en los últimos 50 años no recuerdan una imagen como la que ahora se puede percibir con sólo pasar por la carretera que va desde Gérgal hasta Serón o hacia Bacares. Pinos caídos, cantidad de madera acumulada en el suelo entre la masa forestal, una plaga de procesionaria que lleva años proliferando sin freno, y una merma importante de las poblaciones de animales salvajes como ciervo y jabalí, que han empujado a la Consejería de Medio Ambiente de la Junta de Andalucía a tener que adoptar medidas de choque para intentar recuperar el esplendor que un día tuvo la zona (considerada como el pulmón verde de la provincia) y especialmente las reses de caza mayor, tanto por abundancia como por calidad.

En condiciones normales quedaría exactamente un mes para el inicio de la temporada de caza mayor. La que muchos aficionados a la cinegética esperan ansiosos año tras año. Pero en esta ocasión, la Delegación de Medio Ambiente ha declarado que Los Filabres debe estar en barbecho de monterías y batidas al menos una temporada. El objetivo es regenerar especies que un día fueron introducidas en estos montes, que tanta riqueza generan a las poblaciones rurales de forma directa o indirecta, y que en los últimos años, principalmente debido a las extremas condiciones climatológicas, están en declive. El objetivo de este parón es asegurar una población de ciervo y jabalí óptima para el futuro, como aseguró en su día a este periódico el delegado de Medio Ambiente de la Junta de Andalucía, Raúl Enríquez, quien explicó que "el parón en monterías y batidas es una medidas habitual en cualquier zona de actividad cinegética para el control de las poblaciones". El personal de Medio Ambiente, consciente de que en los últimos años las poblaciones de ciervo y jabalí han ido en descenso, algo que se palpa, entre otras cosas, en los resultados de las monterías y batidas más recientes, han sido los impulsores de la medida enfocada a la regeneración y que conlleva dejar en blanco la oferta pública al menos una temporada, hasta ver los resultados.

Cabe destacar, no obstante, que la medida únicamente afecta a las modalidades cinegéticas de monterías y batidas, por lo que la modalidad del rececho de macho montés y ciervo seguirá desarrollándose sin verse afectada, así como otras modalidades propias de la caza menor. Tanto es así que actualmente ya se están disfrutando recechos de venado, desde agosto, y en los próximos días comenzarán los de macho montés.

También los expertos ambientales señalan directamente a las "agresivas" condiciones climatológicas como el principal detonante de la merma de población de reses de caza mayor y la calidad de los trofeos, así como también para la proliferación de la procesionaria que es otro de los frentes que mantiene en jaque a una extensa masa de pinar y que se hace difícil de controlar con tratamientos específicos por lo perjudicial que pueden ser para la fauna que habita en la zona.

En este punto es preciso recordar el objetivo del Plan de Gestión Integral de Montes Públicos, para el que la Consejería de Medio Ambiente ha destinado a la provincia de Almería 1,5 millones de euros y que entró en vigor el pasado año, en el que se recogen precisamente medidas para atajar este tipo de problemas, que para el delegado son "prioritarios" en la provincia.

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