Don Nicolás Salmerón, presencia viva
Crónicas desde la Ciudad
El pasado lunes se cumplieron 102 años del fallecimiento de D. Nicolás Salmerón y Alonso. El fatal desenlace ocurrió en la Villa Les Elfes de Billére, pueblo cercano a Pau (Francia), víctima de una grave bronconeumonía

A esa finca alquilada había marchado a reponerse, física y espiritualmente, de una intensa campaña política que había minado aún más su quebradiza salud, pero la muerte le atrapó inmisericorde en la tarde del 20 de septiembre de 1908. El cadáver fue traslado en octubre de 1915 al Cementerio Civil de Madrid y enterrado sin ningún tipo de honores -pese a la insistencia de Antonio Maura, jefe del Gobierno- por expreso deseo de la familia; aunque sí accedieron a que el féretro discurriera delante del Congreso de los Diputados, desde cuya escalinata sus miembros rindieron un postrer homenaje a quien fuera Presidente de las Cortes y de la II República Española. En el mausoleo -flanqueado por los de Pablo Iglesias y Pi y Margall- se inscribe con letras indelebles el epitafio que mejor define su trayectoria humana, filosófica y política:
Por la elevación de su pensamiento
Por la rectitud inflexible
De su espíritu
Por la noble dignidad de su vida
Nicolás Salmerón
Dio honor y gloria a su país
Y a la Humanidad
Clemenceau
Dejó el poder por no firmar
Una sentencia de muerte
Igualmente el lunes, coincidiendo con su luctuosa onomástica, el ayuntamiento de su Alhama natal hacía público la concesión del premio anual que lleva su nombre a la Junta de Andalucía, en la persona de su presidente José Antonio Griñán. Recordarán que el primero recayó en el Congreso de los Diputados, siendo recibido en la propia villa del Andaráx por el presidente José Bono en un solemne acto. Comprenderán ustedes que dada la alta magistratura de ambas Instituciones -nacional y autonómica- las amenazas y descalificaciones sectarias y biliosas del Partido Popular de Alhama -consentidas y no desmentidas por su dirección provincial- sólo me merezcan, como al común de los demócratas, el desprecio más absoluto.
EL ECO DE ALHAMA
En julio de 2008 la revista que dirige Mª Carmen Amate dedicó su nº 25, monográfico y extraordinario, a rendir homenaje al prócer republicano en el Centenario de su muerte. Su directora logró el milagro de reunir a las más prestigiosas plumas del pensamiento salmeroniano, representantes la mayoría de las firmas de las Universidades de Granada, Cantabria, Salamanca, Zaragoza, Pontificia de Salamanca, Almería, Ateneo de Madrid, tres de sus biznietas y un largo etcétera de perfectos conocedores de su vida y obra. Invitado a colaborar lo hice, modestamente, con un artículo que recogía la presencia de don Nicolás en el entramado viario almeriense, Instituto y estatua en plena calzada peatonal. Ahora resumo dos epígrafes, dejando para una ocasión específica el Parque.
Salvo en el largo paréntesis de la dictadura franquista, la ciudad de Almería mostraba y muestra el debido respeto y admiración hacia la persona de Nicolás Salmerón y Alonso, nacido en 1837 en Alhama la Seca. Como primera providencia le dedicó la céntrica plaza aledaña a c/. Las Tiendas, hoy en recuerdo de Manuel Pérez García (Almería 1867-1927), catedrático, republicano y amigo de don Nicolás desde que en Madrid dirigiese el diario La Justicia.
En un razonado y razonable escrito remitido al Ayuntamiento el 2 septiembre de 1902, numerosos vecinos de la calle Las Cruces, en el barrio de Las Huertas, solicitaron al alcalde José Mª Muñoz que reemplazase el primitivo rótulo y que el nuevo luciera en favor del ex presidente de la Iª República Española. Agradecido por la iniciativa, el primer edil les remitió al acuerdo municipal adoptado en la sesión ordinaria del día anterior:
"Seguidamente, y en elocuentes frases, da cuenta el Señor Alcalde a la Corporación de la próxima visita a ésta Capital del eminente hombre público y propone que el Ayuntamiento tome la iniciativa para dar un banquete popular al eximio republicano, costeado particularmente por los comensales (…) El concejal Sr. Granados recuerda un antiguo acuerdo para que se ponga el nombre de tan eminente filósofo a una calle (…) Por unanimidad se acuerda dar el nombre de Nicolás Salmerón a la Plaza que hoy lleva el de Bilbao" (en ella vivió el abnegado médico José Litrán, masón, benefactor d ela humanidad e igualmente republicano).
Fue el primer reconocimiento urbano brindado por la Municipalidad. Finalmente, el banquete ofrecido por el Círculo Literario en su sede del teatro Apolo (domingo, 27 de septiembre) contó con una nutrida presencia de correligionarios. Comensales que entre brindis y discursos de bienvenida degustaron el menú elaborado por el hotel Tortosa, antecesor en el Paseo del hotel Simón.
INSTITUTO DE EDUCACIÓN SECUNDARIA
Que un centro de enseñanza civil y laico le distinguiese, acordando su claustro honrarlo con su nombre y apellidos, fue una decisión que sin duda habría satisfecho íntimamente a don Nicolás. Precisamente en el continuador del Instituto de Bachillerato (hoy Escuela de Artes y Oficios) al que se desplazó desde Alhama para realizar sus primeros estudios en los cursos 1846/1850. Pero hasta la desaparición del general Franco no resultó posible el cambio de titularidad. Una placa, modestísima y deliberadamente aséptica, en la que se omiten méritos, cargos y perfil político, lo perpetúa a la entrada del edificio diseñado por los arquitectos Ubaldo Gómiz y Miguel Esquirol e inaugurado en 1986:
Con fecha 30-XII-1976
el Ministerio de Educación y Ciencia
otorgó a este Instituto la facultad
de titularse con el nombre
de su ilustre alumno
Nicolás Salmerón y Alonso
El anterior espacio educativo, construido en 1966 sobre el solar del actual en Ciudad Jardín, fue demolido por defectos estructurales con apenas 18 años de existencia. Dedicadas sus aulas al alumnado masculino, en el curso 1969/70 se transformó en Instituto Mixto.
PUERTA DE PURCHENA
Ya en mayo de 1902 los obreros de la Junta de Obras del Puerto solicitaron al Ayuntamiento la colocación de una estatua en el parque Alfonso XIII. Ni se dignaron contestarles. En cambio, al día siguiente a su fallecimiento (21/09/1908) encargaron al pintor José Díaz Molina un óleo (por valor de tres mil pesetas) que presidiera el Salón de Plenos, además de aprobar "la erección de una estatua que perpetúe materialmente la figura del eximio almeriense". Buenas intenciones que durmieron el sueño de los justos hasta el comienzo del siguiente milenio. Al iniciarse la presente centuria la Escuela del Mármol de Macael labró su busto y lo donó al Municipio (estuvo expuesto en el interior de la Casa Consistorial). Definitivamente, siendo Pablo Venzal concejal de Cultura, la escultora Lourdes Umérez (Equipo & Taldea; Alfa Arte de Eibar, Guipúzcoa) realizó la sobria y armoniosa figura en movimiento, de dos metros de altura, fundida en bronce satinado, de don Nicolás Salmerón y Alonso. El 24 de junio de 2005 fue "anclada" en la emblemática Puerta de Purchena para orgullo de sus paisanos de Alhama, satisfacción de toda la Provincia y admiración de paseantes propios y foráneos. Rectificados los errores vertidos en la mínima placa identificatoria colocada a sus pies, sólo cabe agradecer la iniciativa a quien la hizo posible.
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