Fiebre, malestar, náuseas: docentes y policías de Almería describen las primeras horas con la vacuna de AstraZeneca
Coronavirus en Almería
La vacuna británica que se administra a menores de 55 años suele provocar molestias en los primeros días

El pinchazo dura apenas dos segundos. Un simple gesto que permite ver un poco de luz al final del oscuro túnel que ha sido el último año. Miles de docentes y otros tantos policías de la provincia de Almería han recibido ya la primera dosis de la vacuna de AstraZeneca y han emprendido el viaje hacia la inmunidad que alcanzarán en unas semanas con el segundo pinchazo. ¿Pero cómo son las primeras horas con el suero creado por la Universidad de Oxford y la farmacéutica británica?
En cada dosis, a través de un pinchazo intramuscular en el brazo, se inocula en el organismo 0,5 ml de la vacuna. Para completar la inmunización deberán recibir una segunda dosis, entre 4 y 12 semanas después de la primera inyección, según el prospecto de la vacuna. "Me pusieron la primera en el puente del Día de Andalucía y ya tengo fecha para la segunda: el 23 de mayo", cuenta una profesora de secundaria de Almería capital que prefiere permanecer en el anonimato. Ella, como muchos otros, tuvo varios de los efectos adversos más comunes tras recibir la vacuna.
Para esta profesora de inglés los efectos empezaron a las 12 horas de haber recibido la inyección. "Comencé con malestar corporal, me dolía el brazo donde recibí la vacuna y tenía mucho sueño", explica. Lo compara con la sensación de tener gripe. "Si en vez de en el puente nos hubieran puesto la vacuna entre semana, al día siguiente se habría quedado el instituto casi vacío de profesores", cuenta. Y es que el día después de recibir la vacuna de AstraZeneca es el peor: "ya a las 24 horas me encontraba mejor, pero con dolor en el brazo".
En su centro, casi todos los que recibieron la primera dosis a la misma vez tuvieron diferentes síntomas. Su compañero de inglés pasó las primeras horas con total normalidad: "ni me enteré del pinchazo y pasé todo el día normal", asegura. Pero a la mañana siguiente ya tenía fiebre y "estuve todo el día con cansancio, malestar general y dolor muscular. Cuando conseguí que me bajara la fiebre, la sensación era de estar padeciendo la peor resaca de mi vida", cuenta.
"El dolor en la zona del pinchazo era llevadero, como si fuera un moratón que me dolía solo si lo apoyaba al dormir, por ejemplo. Durante el resto del día la fiebre subía y bajaba, acompañado de escalofríos que me dejaban el cuerpo helado. Cuando me levantaba a comer también me crujían las articulaciones del cuerpo. Al final del día, por la noche, me volvió a subir la fiebre otra vez y tener escalofríos y pasé toda la noche sudando. Pero afortunadamente ya al día siguiente me levanté bastante espabilado y pude ir al instituto a trabajar", relata.
Otro de los profesores de este instituto, el de Educación Física ("mejor no des nombres y detalles, que son muy estrictos y no les gusta que hablemos con la prensa", piden), explica que tuvo "mucho cansancio y dolor muscular, dolor de cabeza y picos de fiebre aunque en mi caso poca, pero sobre todo cansancio".
"Es como si King Kong te aplastase"
La explicación más descriptiva de cómo son las primeras horas con la vacuna de AstraZeneca en el organismo la hace Roberto Calle, profesor de Lengua en el IES El Palmeral de Vera. “En las primeras horas no noté nada, pero la noche fue malísima. A eso de las 3 o las 4 de la madrugada me empezaron a dar retortijones y escalofríos y sentía como que me vaciaban la energía. Por la mañana aún tenía 38º de fiebre”, recuerda. Y eso que él, siguiendo las recomendaciones, tomó paracetamol el día anterior.
Como cinéfilo y coordinador del Aula de Cine en su instituto, cuenta que la sensación es “como si fuera la rubia de King Kong y me estuviera aplastando en su mano; te vacías de fuerza”.
Javier Gª Berenguel, profesor del Colegio Concertado Nuestra Señora de Gádor de Berja, recibió la vacuna de AstraZeneca el lunes 1 de marzo en el recinto ferial de El Ejido. “Tuve todos los síntomas más comunes: molestias en el sitio del pinchazo, malestar general, cansancio, fiebre la primera noche...”, cuenta. En su centro educativo no es el único con esta sintomatología: “parece que nos ha afectado más a los menores de 40 años”.
En el colegio de Palomares da clase Ana Celia Guerrero, otra de las docentes que han recibido la vacuna estos días. De madrugada tuvo malestar general, frío y algunas décimas de fiebre. “Lo peor fue el dolor del brazo, que poco a poco iba a más”.
Síntomas también entre la Policía
Los policías tampoco se libran de los efectos de la vacuna, a pesar de su mayor preparación física. Antonio Balastegui, agente en Turre, recuerda que la mañana después del pinchazo tenía dolor de espalda y, sobre todo, en el brazo. “Pensé que quizás había dormido apoyado encima, pero no”, cuenta.
En la plantilla de la Policía Local de Vera también ha habido al menos “cinco o seis agentes que tuvieron escalofríos, dolor de cabeza y dolores musculares”, cuenta el oficial Andrés Magaña.
Pero a pesar de pasarlo mal durante unas horas, máximo un par de días, la vacuna es la gran esperanza para que en unos meses se pueda volver a la normalidad. O a algo al menos parecido.
Jesús Aguirre: "La vacuna afecta más a los jóvenes"
El consejero de Salud y Familias de la Junta de Andalucía, Jesús Aguirre, explicó este martes en rueda de prensa que “los efectos adversos son más comunes entre los jóvenes porque tienen mayor capacidad de reacción ante un antígenos, por lo que tienen más capacidad de creación de anticuerpos”. Según el responsable andaluz, “quizás no es porque sea la vacuna de AstraZeneca, sino por la edad de quienes la reciben”.
Según el prospecto de la vacuna británica los síntomas “muy frecuentes” son sensibilidad, dolor, calor, picor o moratones en el sitio de la administración de la inyección, sentirse cansado o malestar general, escalofríos o sensación de fiebre, dolor de cabeza, náuseas, y dolor articular o dolor muscular.
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