"Después de liberar París, pensamos que lo haríamos con España"
"Yo no soy de hablar mucho, me acuerdo de algunas cosas, pero estoy harto de contarlas". Es tan reacio a recordar la historia que vivió como a darle la importancia que merece. Cuando hace un par de años recibió a un periodista de Diario de Almería, el roquetero Rafael Gómez Nieto aseguró que "estuve en ese momento, en ese lugar y actué como actúe. No tiene la más mínima importancia". Así de contundente se mostró en aquellos días de mayo de 2012 el protagonista de una hazaña que ha sido reconocida por Francia siete décadas después. Rafael Gómez posee la cruz de guerra francesa, la Presidential Unit Citation estadounidense y desde hace un par de años la Legión de Honor que le impuso un coronel de Colmar. También el Ayuntamiento de París le concedió la gran medalla de Vermeil, su más alta distinción, en aquel momento a los tres supervivientes, entre los que estaba el roquetero, Luis Royo y Manuel Fernández, quien falleció hace ya tres años. Movilizado en Barcelona en 1938, con sólo 17 años de edad, formó parte del cuerpo de carabineros y, tras huir a Francia a consecuencia de la Guerra Civil, pasó cuatro meses en el campo de internamiento de Barcarés, del que consiguió escapar a Orán (Argelia) haciéndose pasar por su padre. Allí se enroló en la 2ª División de Leclerc, formando parte de 'La Nueve' con otros 145 españoles. Eran el regimiento de infantería mecanizada y el roquetero conducía el blindado Guernica con el que entró en París. "Después de aquello, muchos pensábamos que íbamos a liberar España. Está claro que me equivoqué", reconocía a este periódico.
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