La Cultura Argárica de Almería influyó en el cambio genético del hombre en la península
Historia
El ADN de 136 esqueletos prehistóricos (la mayoría de el Argar) revela transformaciones genómicas y sociales durante la transición de la Edad del Cobre a la Edad del Bronce en el suroeste de Europa
El tercer milenio antes de nuestra era (ANE) es un periodo muy dinámico en la prehistoria de Europa y Asia occidental, caracterizado por cambios sociales y políticos a gran escala. En la península ibérica, la Edad del Cobre estaba en pleno apogeo en torno al 2500 ANE, con un importante crecimiento demográfico, atestiguado por una gran diversidad de asentamientos y fortificaciones, estructuras funerarias monumentales, así como macro-aldeas de más de 100 hectáreas. Por razones que aún no están claras, la segunda mitad del milenio experimentó un despoblamiento y el abandono de los grandes asentamientos, fortificaciones y necrópolis.
En el sureste de la península ibérica surgió, en torno al 2200 ANE, una de las entidades arqueológicas más destacadas de la Edad del Bronce europea: la cultura de “El Argar”, una de las primeras sociedades de nivel estatal del continente europeo. Esta sociedad se identifica por sus grandes asentamientos centrales en cerros, una cerámica diferenciada, armas especializadas y artefactos de bronce, plata y oro, junto con un rito funerario intramuros, con enterramientos y hábitats integrados en un mismo espacio.
En Almería, El Argar es un yacimiento arqueológico situado en el municipio de Antas. Se encuentra sobre una meseta con abruptas pendientes en su lado occidental, 35 m sobre el río Antas y laderas más suaves en el resto, extendiéndose por parte de estas últimas también. Forma parte de la zona arqueológica de El Argar y La Gerundia, constituyendo un poblado prehistórico de la Edad del Bronce del sudeste ibérico que da nombre a la cultura argárica.
Un nuevo estudio dirigido por un equipo de investigación de la Universidad Autónoma de Barcelona (UAB) y de los Institutos Max Planck para la Ciencia de la Historia de la Humanidad (Jena) y de Antropología Evolutiva (Leipzig) y publicado en Science Advances ha explorado la relación entre los cambios demográficos a gran escala y los principales cambios sociales y políticos del tercer y segundo milenio ANE, mediante el análisis de los genomas de 136 individuos ibéricos que vivieron entre el 3000 y el 1500 ANE (96 de la Edad de Bronce de El Argar y otras sociedades contemporáneas, 34 de la Edad de Cobre y 6 del Bronce Tardío).
Incluyendo los genomas publicados de la península ibérica, el nuevo estudio abarca datos de casi 300 individuos prehistóricos y se centra específicamente en la transición de la Edad del Cobre a la del Bronce, en torno al 2200 ANE.
“Aunque sabíamos que la llamada ascendencia esteparia, que se había extendido por Europa durante el tercer milenio ANE, acabó llegando al norte de la península ibérica en torno al 2400 ANE, nos ha sorprendido ver que todos los individuos prehistóricos del periodo de El Argar portaban una parte de esta ascendencia, mientras que en los individuos de la Edad del Cobre está ausente”, afirma el investigador del Max Planck Wolfgang Haak, autor principal e investigador del estudio.
Los datos genómicos revelan algunos de los procesos que subyacen tras este cambio genético. Mientras que el grueso del genoma muestra que los individuos de la Edad del Bronce son una mezcla de ascendencia de población local de la Edad del Cobre y una parte menor de ascendencia entrante del continente europeo, los linajes del cromosoma Y heredados por vía paterna muestran un cambio completo, vinculado al movimiento de ascendencia esteparia que también es visible en otras partes de Europa. ”Las causas de esta desaparición de la diversidad previa del cromosoma Y siguen siendo muy difíciles de explicar”, comenta Cristina Rihuete Herrada, coautora principal del estudio e investigadora de la UAB.
Los nuevos y sustanciosos datos de los yacimientos de El Argar muestran también que estos dos componentes no explican totalmente la composición genética de las sociedades de la primera Edad del Bronce. “Hallamos señales también de ascendencia que rastreamos hasta el Mediterráneo central y oriental y Asia occidental. No podemos decir con exactitud si estas influencias llegaron al mismo tiempo que la ancestría esteparia, pero sí que formaban parte de las nacientes sociedades de El Argar, lo que evidencia que hubo contactos continuos con estas regiones”, añade Vanessa Villalba-Mouco, investigadora postdoctoral en el Instituto Max Planck y el Instituto de Biología Evolutiva (IBE, CSIC-UPF) y coautora principal del estudio.
Los investigadores de la UAB ya apuntaron posibles conexiones mediterráneas cuando descubrieron en 2013 la monumental fortificación del asentamiento argárico de La Bastida, en Murcia, para explicar la originalidad de algunos elementos arquitectónicos. “El estudio genético argumenta a favor de esta esta hipótesis: los datos muestran que esta conexión inédita mediterránea se habría mantenido de forma sostenida en el tiempo hasta el final del periodo de
El Argar, hacia el 1500 antes de nuestra era”, destaca Rafael Micó, investigador de la UAB y también coautor principal del estudio.
Es considerado un asentamiento de nueva fundación, sin antecedentes calcolíticos? Con una superficie de 16 000 m² y una población estimada de unos 500 habitantes, es uno de los poblados conocidos más grandes pertenecientes al grupo epónimo. En el interior de las propias viviendas se han encontrado más de mil sepulturas.
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