Cruzada policial contra los pateristas: 642 detenidos en la última década en Almería
Frontera Sur
La mayoría se concentra en los últimos cinco años con casi medio millar de arrestos en la provincia
El desembarco de inmigrantes que no cesa en el Poniente
En aguas de Almería, el punto más caliente de la península en la crisis migratoria en los últimos años, se está librando una batalla desigual para frenar el narcotráfico y el tránsito ilegal de personas. El mar de Alborán y la costa almeriense se ha convertido en campo de batalla en el que se enfrentan cada día las mafias del crimen organizado y las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad del Estado. Redes internacionales con estructuras consolidadas en los países de origen y destino y con presupuesto ilimitado para fletar planeadoras de última generación que superan los 60 nudos (110 kilómetros por hora). Pero los agentes de Guardia Civil y Policía Nacional mantienen un estrecho control y seguimiento de todos sus movimientos y, a veces, pese a la supremacía náutica de los grupos que se lucran del triple negocio del transporte de inmigrantes, tráfico de drogas y logística (petaqueo), suena la flauta y acaban sentando en el banquillo de los acusados a los que sacan rédito económico de la desesperación de las personas que sueñan con una vida mejor al otro lado del Estrecho.
La interceptación, ya sea en alta mar o cerca de la orilla, es misión casi imposible con la actual flota del Servicio Marítimo de Guardia Civil, es inviable poder abordar las narcolanchas, algunas con cuatro motores de 300 caballos de vapor, pero en ocasiones sufren averías, se quedan sin combustible o son localizados a posteriori en base a las investigaciones y testimonios de los propios viajeros que pasan a ser testigos protegidos. En los últimos diez años, según un informe remitido en exclusiva a este periódico por el Ministerio del Interior, se ha procedido a la detención e investigación de 642 personas, tanto nacionales como extranjeros, por el tráfico ilegal de inmigrantes en la provincia. Casi medio millar (477) corresponden a las operaciones policiales de los últimos cinco años (2018-2022), a falta de que se consoliden los datos del ejercicio en curso, lo que pone de manifiesto la intensificación de los controles sobre los pateristas y otros colaboradores necesarios de la inmigración clandestina desde el norte de África hacia el litoral de Almería como puerta de Europa.
La estadística se mantiene por encima del centenar de detenidos e investigados en los últimos tres años, por lo que la pandemia del coronavirus no rebajó la presión migratoria ni minimizó el control policial sobre las organizaciones criminales, y evidencia el notable incremento de procesados desde los años posteriores a la crisis de la burbuja inmobiliaria: de los 7 y 13 detenidos de 2013 y 2014 se pasa a 114 y 108 en 2021 y 2022. Almería es un enclave geoestratégico para las mafias que, aún mejorando sus medios y estrategias, no siempre ganan las batallas y en ocasiones acaban siendo desmanteladas por cuerpos policiales con ayuda de la Agencia Europea de la Guardia de Fronteras y Costas (Frontex). En lo que va de año ya se han realizado varias actuaciones de calado como la Operación Perchero hace unos días con 11 detenidos en Almería, Murcia y Alicante acusados de los delitos contra los derechos de los ciudadanos extranjeros, denuncia falsa y pertenencia a organización criminal. Era una de las redes que se dedican a la introducción ilegal de argelinos en España a través de pateras taxi con motores de gran potencia.
En la operación Flixita, en febrero, se arrestó a 19 personas y en los registros intervinieron 17 embarcaciones y dos vehículos. La organización cobraba 5.000 euros por trayecto y aprovechaban los traslados de vuelta, una vez que se descargaban entre 10 y 15 viajeros, para enviar a Argelia teléfonos que habían sido robados en nuestro país y drogas como anfetaminas y cocaína. Rutas rápidas de menos de tres horas con puerto base en Almería desde donde compraban las embarcaciones y contrataban a pateristas profesionales. En abril del pasado año fue detenido un menor, de 17 años, como patrón de una patera taxi que se interceptó con 11 sirios a bordo que pagaron 5.000 euros por el viaje a Almería. En el amplio historial de arrestos también hay españoles. Sebastián R.S., empresario vinculado a un depósito extrajudicial del levante, fue detenido a finales de julio de este año en una operación policial contra el suministro de todo tipo de lanchas para la inmigración clandestina en la ruta argelina.
Homicidio imprudente
Estas organizaciones suelen poner en grave riesgo la vida de aquellos que se embarcan hacia España y, si la patera acaba en naufragio con algún fallecido o mueren durante el trayecto -al menos tres episodios recientes en aguas de Almería-, los tripulantes se enfrentan también al delito de homicidio imprudente como los detenidos de la Patera 81. Tras día y medio a la deriva, casi hundida y sin gobierno, el 18 de abril se rescató una embarcación con tres tripulantes y una veintena de pasajeros a los que cobraron 7.500 euros por la manutención en Argelia y el viaje a España. No iban todos los que partieron. Faltaban dos cuyos cuerpos sin vida fueron arrojados al mar a medio camino. Las mafias de la inmigración han reactivado el flujo de pateras taxi desde Marruecos desde antes del verano con descargas diarias en las playas del Poniente (Adra y El Ejido).
Narcolanchas que entran a plena luz del día ganan terreno a las oleadas que se lanzaban desde Argelia en horario nocturno hacia las remotas calas del levante entre Níjar y Pulpí. El predominio actual de inmigrantes desembarcados es de marroquíes que han dado un vuelco a la estadística de los años anteriores sobre los argelinos. Si en los seis primeros meses del año habían sido 1.700 inmigrantes los que llegaban a la provincia por la vía marítima, del 1 de julio al 20 de agosto la cifra se disparó a 2.500. En la actualidad el cómputo del año ya está muy próximo a las 5.000 personas, cifra muy superior a la registrada en el ejercicio anterior que se cerró con 4.033 en doce meses. Sólo las islas de Tenerife y Las Palmas presentan un mayor volumen de llegadas que Almería durante 2023.
Encapuchados que graban con el móvil
La cadena de delincuentes tiene tres roles bien definidos: los que se encargan de labores de logística y gestión de embarcaciones, los que llevan a efecto las travesías y los que están en un plano superior y son organizadores y cabecillas. En cada trayecto de una planeadora de las que llegan desde Nador viajan entre 40 y 50 inmigrantes de media o se cargan en torno a 3.500 kilos de hachís. Los pilotos, encapuchados porque empiezan a entrar en escena las mafias españolas, llegan a embolsarse hasta 50.000 euros por trayecto, 35.000 por controlar el GPS. Cruzan el mar de Alborán en dos o tres horas, se acercan al litoral y descargan el pasaje en dos minutos, a veces de manera brusca y violenta, para internarse de nuevo en alta mar. Graban con el móvil el desembarco y envían los vídeos a los cabecillas para que se certifique que han entregado el “paquete” en Almería.
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