Cosentino sigue con su apuesta por poner en valor los residuos
La empresa presenta una planta para la gestión de sus residuos industriales en la que ha invertido más de dos millones
El objetivo, convertirlos en materias primas
Grupo Cosentino volvió a dar ayer una lección de buen hacer. Su apuesta por la innovación, que ha llevado a la multinacional almeriense a convertirse en líder en producción y distribución de superficies para la arquitectura y el diseño, va más allá de ser una filosofía empresarial pensada para obtener rendimiento económico. Su idilio con la innovación lo ha elevado a la excelencia en materia de gestión empresarial, pues ya no se trata de hacerlo en el plano industrial, sino que la apuesta es integral, en todos los ámbitos de la compañía: en logística, en gestión de recursos humanos o en el plano medioambiental.
Prueba de ello es la Planta de Gestión de Residuos (PGR) que la firma mostró ayer al consejero de Medio Ambiente y Ordenación del Territorio, José Fiscal, en el transcurso de una visita a la sede de la empresa, en Cantoria. El proyecto, ubicado junto al Parque Industrial de Cosentino, cuenta con una superficie que supera las 65 hectáreas y ha supuesto una inversión de más de dos millones de euros.
El objetivo de esta planta pasa por llevar a cabo una óptima gestión de los residuos procedentes del proceso industrial para su valorización como materias primas en sus futuros desarrollos productivos.
Con esta iniciativa, la multinacional que preside Francisco Martínez-Cosentino, que fue el encargado de guiar la visita, da un salto cuantitativo y cualitativo en su compromiso con el medio ambiente, a través de la economía circular, tal y como describió el responsable de Medio Ambiente de Cosentino, Antonio Urdiales: "Estamos muy orgullosos de este proyecto realmente avanzado dentro de nuestra industria". A su juicio, la creación de la división de Soluciones Ambientales COMA y la puesta en marcha de la planta de residuos supone un salto cualitativo muy importante en la estrategia de valorización, "centrándonos en el reciclaje closed-loop o de circuito cerrado como un eje fundamental de nuestra actividad empresarial".
Urdiales hizo hincapié en que gracias a las líneas de investigación que se están desarrollando, el residuo tendrá la posibilidad de convertirse en un recurso, fomentando a gran escala, y de forma integral para toda la cadena de valor, la valorización. "De hecho, aspiramos a contribuir a crear un nuevo mercado de materias primas secundarias".
En este sentido se pronunció también Francisco Martínez-Cosentino, que señaló que el objetivo consiste en producir la menor cantidad de residuos posible, además de poner en valor los que se están generando. Además, destacó que ya se ha conseguido un ahorro del 15% en las materias primas que se utilizan para la elaboración del Silestone, gracias al I+D que ha desarrollado la empresa.
El presidente de Grupo Cosentino también indicó que antes de contar con esta planta, la empresa tenía que realizar un gasto de 300.000 euros al mes para cumplir con la normativa medioambiental de gestión de residuos, ya que tenía que enviarlos a distancias aproximadas de entre 80 y 100 kilómetros de distancia, a Vícar y Lorca (Murcia), provocando, además, un impacto ambiental en huella de carbono considerable. Un modus operandi que se ha llevado a cabo desde 2014, lo que ha supuesto, calculadora en mano, un coste para la compañía cercano a los 16 millones de euros.
Estos envíos se venían realizando debido a la carencia de infraestructuras para la gestión de residuos industriales en la provincia de Almería, de ahí que se tuviera que recurrir al transporte de camiones por carretera, por lo que se contribuye a reducir la emisión de 2.540 toneladas de dióxido de carbono.
La planta, que ha comenzado a funcionar hace un mes, en concreto, el pasado 13 de junio, dispone de dos vasos para la recepción y tratamiento de residuos tanto inertes como no peligrosos, según lo establecido en la Autorización Ambiental AAI/AL/116 de 7 de julio de 2017 que regula su funcionamiento. Estos depósitos, que ocupan ahora cerca de 30 hectáreas sobre la extensión total del terreno de la planta, podrán gestionar unas 200.000 toneladas de residuos al año, y el proyecto contempla nuevas fases de ampliación para los próximos años. Más concretamente, el depósito dedicado a residuos inertes en esta primera fase tiene una superficie de 29.738 metros cuadrados, con una capacidad de depósito de unos 300.000 metros cúbicos. Por su parte, el vaso de residuos no peligrosos presenta una superficie de 25.951 metros cuadrados, con una capacidad de unos 350.000 metros cúbicos.
Según las estimaciones de la compañía, el valle donde está enclavada la planta dispone de unas características idóneas para llevar a cabo este tratamiento, tanto físicas como geológicas, lo que supondrá, al menos, una vida útil de tres décadas y un volumen total de tres millones de metros cúbicos almacenados. Estas previsiones indican que el vaso de residuos inertes se ampliará hasta tener capacidad para un millón de metros cúbicos en una segunda fase, mientras que el de residuos no peligrosos alcanzará los 500.000 metros cúbicos, alrededor de tres campos de fútbol, lo que supone más de seis años de producción industrial.
Este proyecto, pionero en el ámbito de la reutilización de materiales, busca optimizar la valorización de los residuos procedentes de todos los procesos productivos de Cosentino. El objetivo es convertirlos en materias primas de calidad con las condiciones técnicas, económicas, de salud y seguridad que permitan reintroducirlas en el ciclo de producción propio, o en otras actividades de diversos sectores. En este sentido, la compañía ya ha utilizado por ejemplo tejos de sus superficies como material drenante en el depósito de inertes de su nuevo complejo, y está estudiando futuros usos de los residuos como componentes para asfaltados o como síntesis para tecnosuelos.
Dentro de su industria, Cosentino vuelve a ser de esta forma una empresa de referencia con la sostenibilidad y la búsqueda del compromiso "cero residuos". Y lo hace integrando en su propia Planta la gestión de estériles o lodos deshidratados, lo que no es una práctica en nuestro país.
Tras el recorrido por la planta de residuos, que estuvo precedido de una visita a una línea de producción de Dekton, se desarrolló un encuentro informativo organizado por la agencia Europa Press sobre economía circular. Bajo el título 'Oportunidades de la Economía Circular en Andalucía: La Economía de lo Evitable', el acto contó con la participación de Bruno Sauer, presidente de Green Building Council España; Juan José Amate, director gerente de Sostenibilidad a Medida; y Álvaro de la Haza, vicepresidente ejecutivo de Grupo Cosentino, que desgranaron los retos, oportunidades y la futura coyuntura que las políticas medioambientales marcarán al tejido empresarial e industrial, tanto a nivel regional como nacional.
El encuentro fue clausurado por el consejero de Medio Ambiente, José Fiscal, quien en su discurso apostó por "una región que tiene también un fuerte compromiso con el reciclaje y la valorización, como demuestra el Plan Integral de Gestión de Residuos y, en definitiva, por promover en Andalucía, al igual que hace Cosentino en el terreno de la empresa privada, una verdadera economía circular y un mayor respeto por el medio ambiente".
De la Haza destacó en su intervención el proyecto que maneja Cosentino en materia energética, un apartado en el que la firma se ha propuesto ser autosuficiente, para lo que espera poner en marcha a lo largo de la nueva década una planta de energía fotovoltaica para autoconsumo de 30 megavatios, aprovechando los techos de las instalaciones, lo que supondrá una inversión de 18 millones de euros y permitirá obtener el 30% de los recursos energéticos que necesita en el parque industrial.
Fiscal aboga por este modelo para "cerrar el ciclo"
El consejero hizo un llamamiento a las empresas para que Andalucía avance hacia este modelo económico que cierra "el ciclo de los residuos incorporándolos de nuevo al mercado como un nuevo recurso, dándoles una segunda vida y avanzando hacia el desarrollo sostenible". Fiscal señaló que la gestión de los residuos en Andalucía ha mejorado en los últimos años, gracias a la aplicación de la normativa, el incremento de las infraestructuras de tratamiento, la mayor concienciación de las administraciones, los ciudadanos y los sectores afectados, y la consolidación de un sector especializado en la gestión de residuos. Y puso el foco en las políticas para fomentar la prevención de la generación de residuos, su reutilización y, cuando eso no sea posible, su reciclado y valorización, "siempre con la más estricta vigilancia para una mayor protección del medio ambiente y la salud humana", apostilló.
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