Ignacio López Román: “El Corpus es la gran celebración cristiana del Misterio Eucarístico”
Almería y sus personajes
El vicario general de la diócesis nació en María (1977) e ingresó en el Seminario con 14 años
Ordenado sacerdote el 18 de mayo de 2002, fue párroco en El Ejido y Almería
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A pesar de haberse dejado la bar-ba para disimularlo, tiene cara de jovencito. Pero cuando miras la jerarquía eclesiástica de Almería, compruebas que es el segundo de a bordo tras el Obispo. Abierto, agradable, cercano, hoy es el día adecuado para sacar la entrevista por la procesión del Corpus.
–Tres jueves hay en el año...
–Ya se pasó al domingo pero la fiesta es la misma: la gran celebración cristiana del Misterio Eucarístico: Dios con nosotros en la humildad de un trozo de pan. La celebración la instaura la Iglesia tras el resurgir de la fe a la Eucaristía en la Edad Media cuando en algunos lugares de Europa se predicaba contra de la presencia de real de Cristo en la Eucaristía. En nuestros días celebramos con fe e intensidad la fiesta.
–Es la procesión preferida por los niños de Comunión...
–Es lo más llamativo: la alegría de los niños que han hecho la Primera Comunión y van con sus trajes, los religiosos y sacerdotes de la ciudad junto con el Cabildo Catedral; y el Obispo, que la preside. Tras la Misa Pontifical a las 18 h. da comienzo la procesión que hace Estación en Puerta Purchena, reza una oración y hace la Adoración del Santísimo.
–Eres Vicario General; hay gente que eso le suena importante pero no sabe bien qué es...
–¡Ja, ja, ja! El 30 de mayo de 2023 el Obispo me nombró Vicario General. Mi tarea es ayudar le en el gobierno de la Diócesis y tratar de que los diversos organismos de la Curia funcionen y estén coordinados. También sustituyo al Obispo cuando no puede ir a alguna celebración; y lo represento en las tareas y gestiones que prescribe el Derecho Canónico.
–Pues tienes tarea...
–Es una labor delicada y compleja, pues de mí dependen muchas cosas y hay que intentar cometer pocos errores; ayudar a los compañeros sacerdotes en las dificultades que encuentran y a las parroquias. Agradezco a D. Antonio la encomienda que ha hecho en mí y la confianza depositada. Es un honor trabajar al lado de un Obispo de tan gran categoría humana y cristiana.
–Vamos a rebobinar. Casi te falta provincia para nacer...
–¡Ja, ja, ja! Yo nací en la Cañada de Cañepla, una pedanía de María, adonde se fueron mis padres cuando tenía 8 años. Los niños estábamos siempre en las calles por las que apenas pasaban coches. Recuerdo a dos maestras, DªAntonia y DªJosefina, auténticas ma-estras vocacionales. entregadas totalmente a su labor.
–Pero con 14 años, tu vida cambia radicalmente.
–Sí, ingresé en el Seminario quizá influido por el cura D. Manuel Prado, sin duda, un buen pastor. Mis padres nunca se opusieron aunque soy hijo único y se quedaban solos. Eso sí, me decían: ‘Si vas a a ser cura, sé un buen cura’. El primer año no les hice mucho caso y anduve algo despistado. Pero un día me cogió el Rector del Seminario, D. Ginés, actual Obispo, y me leyó la cartilla. A partir de entonces cambié.
–Los seminaristas estudiabais en la Compañía de Mª...
–Sí, allí hice el Bachillerato. Recuerdo a la hora de salir, estábamos todos en la puerta y se ponía en medio la madre Clara: “¡Hasta que no toque el timbre de aquí no sale nadie!” Con lo minúscula que era, qué carácter tenía...
–18 de mayo de 2002...
–Es la fecha en que me ordené sacerdote, los últimos de D. Rosendo. Me destinaron 6 años a El Ejido donde aprendí a ser cura. Luego vine a Jesús Redentor, una parroquia jovencísima, recién construida; y de allí al Espíritu Santo y a la vez fui delegado episcopal de Enseñanza. Llevo también 13 años impartiendo Mensaje Cristiano en la Universidad.
–¡Oye que no queda espacio para hablar de tus aficiones...!
–Mi gran afición es la montaña; echo de menos los campamentos con mis scouts; tiene un poder sanador para el alma. Jesús se retiraba en ocasiones a la montaña a rezar y estar a solas con el Padre. También me gusta el cine y leer.
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