El Corpus Christi en Almería: la capital rinde adoración a Jesús Sacramentado

La capital almeriense se ha encontrado con un domingo soleado y con la brisa de la mar del Mediterráneo que hizo aminorar la elevada temperatura climática, comenzando con la salida procesional del paso de misterio eucarístico de la Santa Cena, que con unción pastoral y la música sacra de “Anacrusa” fue llevado por los costaleros de la Hermandad Eucarística y hermanos portando cirios blancos, al efímero altar situado en la Puerta de Purchena a la espera, entrado el atardecer, para recibir la custodia con el Santísimo Sacramento e impartir el obispo Monseñor Gómez Cantero a la bendición con Jesús Sacramentado, Pan de Vida, a todos los almerienses y a toda la ciudad.

Los actos comenzaron en la S. y A. I. Catedral de la Encarnación el sábado por la noche, llevándose una vigila organizada comunitariamente por la Adoración Nocturna basada en la oración y adoración al Santísimo Sacramento, a la Eucaristía, que nos vincula a toda la Iglesia. Llegada la mañana, tras asistir a la Misa Gregoriana en el Convento de las Madres Clarisas, se comenzaron con gran aglomeración por las calles, las visitas a los altares efímeros organizados por las cofradías y hermandades integradas en la Agrupación de Cofradías, destacándose los realizados con unción eucarística por la Soledad en la iglesia de Santiago Apóstol, premiado por el Ayuntamiento; la Virgen del Carmen Coronada de las Huertas en la calle de las Tiendas; Concepcionista y Universitaria Cofradía de los Estudiantes en la misma plaza de la Catedral; Cofradía de la Esperanza Macarena junto al Convento de las Siervas de los Pobres en la calle Eduardo Pérez y la Hermandad de la Caridad en las puertas del Convento de las Esclavas del Santísimo Sacramento en la calle san Pedro.

Tal y como se tiene preceptuado por el Cabildo Catedral, a las 11:30 horas comenzó la Santa Misa cantada con el órgano de la catedral y presidida por el Deán del cabildo del canónigos Juan José Martín Campos, asistido del diácono Antonio Asensio, y la presencia de sacerdotes que residen en la Casa Sacerdotal San Juan de Ávila. En el sermón del Deán Marín Campos exhortó a que “Él es el Camino, y la Verdad y el Pan de Vida, por ser la fiesta del Corpus la fiesta en la que los cristianos celebramos el Amor de Dios manifestado en el gran misterio de la Eucaristía”. Finalizada la Santa Misa, se procedió a realizar la procesión claustral con cánticos religiosos, bajo palio llevado por miembros de la Adoración Nocturna, precedida por la bandera de esta corporación, yendo recogido Jesús Sacramento en la Custodia litúrgica y entre las manos santas de deán Martín Campos por el interior del templo catedralicio.

El Santísimo estuvo expuesto en el Tabernáculo hasta las 17:45 horas, siendo trasladado a la Capilla del Sagrario, dando comienzo a la Misa Estacional, ocupando la sagrada cátedra y predicando la Palabra de Dios, el obispo Antonio Gómez Cantero, asistido por el cabildo de canónicos y el clero de las parroquias del arciprestado que habían suspendido las Misas para poder asistir en comunión eclesial a este acto diocesano.

Al mismo, asistieron las autoridades civiles y militares, especialmente la corporación municipal bajo mazas y cuya Policía Local vestida de gran gala dio escolta a la Custodia a su paso por las calles de Almería con las fragancias a romero durante todo el monacal itinerario.

Monseñor Gómez Cantero en el sermón pronunciado nos hizo ver con clarividencia, que esta fiesta del Corpus, los cristianos celebramos el Amor de Dios manifestado en el gran misterio de la Eucaristía, el Sacrificio y el Sacramento del Cuerpo y la Sangre de Cristo, trayéndonos el mensaje de la Caridad, el Amor a los hermanos que deriva de ese amor infinito de nuestro Dios. Este mensaje queda resumido en esta afirmación: El Amor, la única energía que puede transformar el mundo.

Una Puerta Purchena abarrotada

Cuando se había eclipsado el sol en la lejanía de la Sierra de Gádor, el Obispo, Monseñor Antonio Gómez Cantero, desde la Puerta de Purchena, en presencia de Jesús Sacramentado, concurrida como nunca, los feligreses se concentraron este punto neurálgico de la ciudad, abierto a las calles adyacentes y paseo abajo, en que se apiñaba una multitud de personas creyentes incontable, ese pueblo de Almería de fe inquebrantable en el Cristo del Escucha y la Virgen del Mar, respondió a la convocatoria diocesana en el día del Corpus Christi. Presentes en el cortejo procesos con solemnidad las hermandades y cofradías integradas en la Agrupación de Hermandades y Cofradías, la Adoración Nocturna, las Hijas de María, los Terciarios franciscanos, y otras asociaciones pías diocesanas que acompañaron a la Custodia. Emotiva la presencia de cientos de niños pertenecientes a las parroquias de los Arciprestazgos de la capital que han realizado este Año Jubilar la Primera Comunión y de cofrades mujeres vestidas de mantilla negra y blanco roto de la Asociación de Mantillas.

Finalizada la alocución del Obispo en la que nos hizo ver que estamos llamados a practicar el bien, a buscar la dignidad de la persona, la igualdad, un mundo nuevo donde abunde la paz y la caridad; la adoración y la bendición de Jesús Sacramento, se reanudó el cortejo sacramental con la presencia de Dios en las calles de nuestra ciudad, camino de la sede episcopal en la catedral fortaleza con olores a incienso y el lanzamiento de pétalos de rosa, recogiéndose la Custodia en la franja de la hora canónica de completas.

Minutos más tarde, con una Puerta de Purchena y aledaños en los que no cabían ni un alfiler, bajo la dirección espiritual del párroco y canónigo Juan Antonio Moya Sánchez, comenzó el regreso devocional y fervoroso del paso del Misterio de la Santa Cena a su sede canónica, dirigidos sus 44 costaleros, de los 100 que integran el paso, por el capataz general Manuel Flores López, con la interpretación de un adecuado repertorio de marchas procesionales de la Banda de Música Nuestra Señora del Carmen: Este es mi Cuerpo; En Cuerpo y Sangre; In Coena Domini; Santissimum Sacramentum y Cáliz de Fe, y llevando en el pensamiento las palabras que pronunciara el Vicario General Ignacio López Román el pasado día 31 de mayo con motivo de la Exaltación Eucarística: El Corpus Christi es la gran celebración cristiana del Misterio Eucarístico: Dios con nosotros en la humildad de un trozo de pan.