Convento de Las Puras (I): Fundación

Crónicas desde la ciudad

En junio de 2015 las monjas Concepcionistas Franciscanas conmemoraron 500 años de estancia ininterrumpida en Almería. Es el primer y más longevo convento femenino de la ciudad

Convento de Las Puras (I): Fundación
Antonio Sevillano - Historiador

06 de diciembre 2020 - 05:00

Almería/Mi respeto por las 'inquilinas' del Monasterio de la Purísima es común al de una parte nada desdeñable de los almerienses que saben de su existencia. De quienes independiente de credos y posicionamiento ideológico lo consideramos parte indivisible de la ciudad: cinco veces centenario e integrado en su traza urbana y en el imaginario colectivo de sucesivas generaciones. Un respeto no exento de admiración tras ser consciente de su firme actitud y recto proceder frente a atentatorias iniciativas hacia la Comunidad por parte de la jerarquía diocesana en 1999, siendo obispo Rosen do Álvarez. Año de triste recuerdo para estas mujeres vestidas de blanco y manto azul.

Desde entonces me precio de su recíproca amistad.Mi respeto por las 'inquilinas' del Monasterio de la Purísima es común al de una parte nada desdeñable de los almerienses que saben de su existencia. De quienes independiente de credos y posicionamiento ideológico lo consideramos parte indivisible de la ciudad: cinco veces centenario e integrado en su traza urbana y en el imaginario colectivo de sucesivas generaciones. Un respeto no exento de admiración tras ser consciente de su firme actitud y recto proceder frente a atentatorias iniciativas hacia la Comunidad por parte de la jerarquía diocesana en 1999, siendo obispo Rosen do Álvarez. Año de triste recuerdo para estas mujeres vestidas de blanco y manto azul. Desde entonces me precio de su recíproca amistad.

En octubre de 2013 escribía en Diario de Almería el artículo ahora actualizado, pórtico introductorio a una serie de 25 reportajes dedicados a su intensa trayectoria ciudadana. Transcurrida casi una década me dispongo, con la aquiescencia del director del Diario, a editarla de nuevo en atención a amigos que me lo han solicitado y coincidente con la onomástica de su icónica advocación mariana el martes día 8. Fechas, además, que la 'envejecida' Comunidad ha disminuido en cuanto al número de vocaciones, aunque firmes en las convicciones que las llevaron a profesar. E ilusionadas ante la novedosa etapa diferente que se les avecina, más permeable a la sociedad en forma de museo permanente y abierto de sus dependencias, enseres y catálogo de obras pictóricas y escultóricas, un auténtico joyel artístico e histórico.

Las religiosas ocuparon hace cinco siglos las casas de unos antiguos hacendados moriscos

Un espacio conventual donde en su silencioso, austero y pulcro locutorio he experimentado -valga la confidencia- serenidad y equilibrio emocional durante mis puntuales visitas. Avanzaba entonces que, si todo discurría con normalidad y administraciones públicas y entidades privadas prestaban a la efeméride la merecida atención, entre las actividades del V Centenario cabía destacar la publicación de un libro compilatorio dedicado a su dilatada trayectoria, a cargo de Rosario Torres, estudiosa del patrimonio religioso provincial. Imponderables que no viene al caso lo impidieron; al igual que la no declaración de Hijas Predilectas de Andalucía. En cambio, gracias al empeño de la AA.VV. Casco Histórico sí que se llevó a efecto un atractivo programa de actividades coincidentes con el 500ª aniversario de su asentamiento en el arrabal de la Musalla: trilogía de conferencias impartidas en la propia iglesia conventual, a expensas de la referida Rosario Torres, del arquitecto Eduardo Blanes y de quien esto firma; visita guiada, descubrimiento de un “mármol” en la calle Cervantes (entrada al compás del monasterio) y recepción de las monjas. Asimismo, Diario de Almería las distinguió -en su tercera edición- con uno de los galardones que anualmente concede, entregado virtualmente en una gala celebrada en el “Maestro Padilla”, amén de la edición de los dichos 25 artículos divulgativos.

Censo actual

Antes de proseguir, debemos consignar los nombres que dan vida actualmente al “falansterio”. Ocho en total, originarias de la capital y provincia, salvo una granadina. De la juventud de una de ellas a la senectud y enfermedad de otras varias:

Dos hermanas, Carmen López Montes y Corazón de Jesús Rubio Fernández, han fallecido recientemente. Con María del Mar Reche de abadesa, la epidemia de Covid-19 está demorando las elecciones a nueva rectora y consejeras en aplicación de las normas por las que se rigen y en comunión con la Federación Franciscana en Andalucía, con sede en el Alajarafe sevillano.

Beatriz Gómez de Silva

Los biógrafos de Beatriz Gómez de Silva y Meneses barajan los años 1424 y 1426 como los de su nacimiento. Asimismo, hay quien apunta que la proclamada beata (1926), santa (1976) y fundadora de la Orden Concepcionista, vino al mundo en Ceuta, cuando esta pertenecía a Portugal y en la que su padre -de alto rango militar- prestaba servicio a la Corona lusa. Sin embargo, el Vaticano establece que ocurrió en el pueblo portugués de Monte Maior. Su madre, Isabel Meneses, perteneciente a la nobleza del país vecino, tuvo otros diez hijos, entre ellos al beato fray Amadeo de Silva, creador de los denominados “amadeistas”.

En calidad de dama de honor, con apenas 20 años acompañó a la reina Isabel de Portugal a Tordesillas (Valladolid), lugar de las Cortes castellanas, donde en 1447 contrajo nupcias con Juan II y dio a luz a Isabel de Castilla, casada con Fernando de Aragón. Su belleza singular llegó a suscitar recelos a su paisana y disputas entre la nobleza por conquistar el amor de “la muy graciosa doncella portuguesa que excedía a todas las demás de su tiempo en hermosura y gentileza”. Hasta el punto de “que tanta fue su hermosura y graciosidad, que la reina su señora tuvo celos de ella y por esto, con desenfrenada pasión, la hizo encerrar en un cofre, estando en la villa de Tordesillas, donde la tuvieron tres días sin darle ninguna cosa de comer ni beber… “. Gracias a la influencia de su tío logró ser liberada, marchando seguidamente a Toledo acompañada de dos doncellas, donde, en el monasterio de Santo Domingo el Viejo (de monjas cistersianas) se recluyó y pudo satisfacer su fuerte vocación mariana, retirada de la vida palaciega y dedicada a la oración y obras de caridad.

La comunidad conserva un pequeño óleo de la fundadora Beatriz de Silva, obra de Antonio Bedmar

Cuentan sus hagiógrafos que “la Virgen María se le apareció con hábito blanco y manto azul y el Niño en brazos. Y luego de haberla confortado con cariño maternal la intimó a que fundara en su nombre la Orden de la Purísima Concepción… Ante tan señalada merced de su Reina y Señora, Beatriz se ofreció por su esclava y le consagró, rebosante de gratitud, el voto de su virginidad y le rogó confiadamente le librara de aquella prisión (el cofre). La Reina Celestial accede sonriente y desaparece”. Decidida a crear la nueva Orden interesó en su proyecto a la reina Isabel (recién ascendida al trono), quien le cedió el palacio y capilla de Galiana, en Toledo, donde se instaló con doce compañeras del antiguo convento. Para ello, el Papa Inocencio VIII promulgó la Bula “Inter Universa” en abril de 1489. Falleció el 16 de agosto de 1491, en fechas previas a la solemne función fundadora presidida por el obispo de Guadíx. A su muerte, fray Juan de Tolosa impidió la extinción de la nueva congregación al evitar que las Concepcionistas fueran fusionadas por las Dominicas. Las reliquias de Beatriz de Silva fueron trasladadas al convento franciscano de la Santa Fe.

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