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Almería/La Audiencia Provincial de Almería ha impuesto penas que suman 23 años y medio de prisión al hombre acusado por agredir sexualmente e intentar matar a una guardia civil tras acceder de madrugada a la vivienda en la que ésta dormía en el municipio almeriense de Roquetas de Mar.
La sentencia declara probado que el acusado H.B. se dirigió al domicilio de la agente sobre las 02:00 horas del 1 de marzo de 2020, cuando ésta se encontraba “sola y durmiendo”, señalando que conocía a la víctima “superficialmente” por haberla acechado el día previo.
Una vez allí accedió a la vivienda usando un bloque de hormigón y se dirigió a la habitación de la mujer portando un cuchillo. Al acceder a dicho cuarto, la víctima se despertó y se identificó como agente de la Benemérita.
Sin embargo, el hombre ignoró “dicha condición”, se abalanzó sobre ella y le propinó un fuerte empujón, colocándole el cuchillo entre los ojos mientras le decía: “Cállate o te mato”. Tras esto, la cogió por el pelo y le golpeó la cabeza contra la pared, mientras la víctima insistía en manifestarle que era miembro del instituto armado y le ordenaba que se marchase.
El hombre le respondió que le importaba “una mierda” y que iba a tener relaciones sexuales con ella, tras lo que con “ánimo libidinoso” y con la “intención de acabar con la vida” de ésta, la empujó contra la cama, la desvistió y a pesar de su resistencia comenzó a realizar tocamientos en los genitales de la mujer, a la que continuó golpeando mientras le decía que la mataría si no se callaba.
Acto seguido, le oprimió el cuello con las manos hasta dejarla sin respiración. Minutos después, se levantó de la cama y la víctima aprovechó para huir, si bien fue alcanzada por el agresor, quien en el exterior del domicilio la arrastró a la playa y la llevó hasta unos matorrales, dónde le mostró una navaja y le insistió en que iba a mantener relaciones con ella y que sólo tenía cinco minutos hasta que llegase la Guardia Civil.
Así las cosas, metió arena en la boca y la nariz de la mujer para que no respirase y volvió a realizarle tocamientos en los genitales hasta que dos guardias civiles lo sorprendieron y le dieron el alto.
“Lejos de deponer su actitud, con total desprecio a los agentes de la autoridad y con ánimo de acometerles, reaccionó de manera violenta”, forcejeando y tirando piedras a uno de ellos para poder escapar y cuando le dieron alcance, golpeó en el codo al otro guardia hasta que pudieron reducirlo.
La mujer sufrió diversas heridas que precisaron de 270 días para su curación.
Por estos hechos, ha sido condenado a 22 años de prisión por un delito de allanamiento de morada agravado, en concurso medial con un delito de agresión sexual con penetración agravada por el uso de arma y otro de homicidio en grado de tentativa, por el que también se le impone una orden de alejamiento de 500 metros respecto a la víctima durante 20 años.
Asimismo, le ha sido impuesto un año y medio de cárcel por un delito de atentado a agentes de la autoridad, y el pago de una indemnización de 52.129,18 a la guardia agredida y de 150 euros a uno de los agentes que acudió en su rescate.
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