'Chi Kung', la paz interior a la orilla del mar

Ángela Riela ha recalado en el Levante almeriense tras mucho tiempo residiendo en Castilla · Es maestra de este arte y conoce una filosofía de vida con una antigüedad de más de 3.000 años

El 'Chi Kung' es una forma diferente de ver la vida.
El 'Chi Kung' es una forma diferente de ver la vida.
Ricardo Alba / Garrucha

14 de septiembre 2008 - 01:00

Chi significa aire, Kung significa trabajo o técnica. Chi Kung, por tanto, se puede traducir como el "trabajo de la respiración" o el arte de hacer circular los hálitos de la forma más adecuada a la finalidad con la que se practica.

Ángela Riera recaló en el Levante almeriense tras muchos años en la inclemente Castilla. Toda su vida la ha dedicado al conocimiento del ser humano, de su espíritu. Viajes, cursos, maestros, en un puro afán de superación, de obtener conocimiento. Ángela es maestra de Chi Kung, conoce los secretos de una filosofía de vida con más de tres mil años de antigüedad, "nosotros somos puro movimiento y somos pura energía. Se trata de mover esa energía para que nos sintamos mejor. A través del Chi Kung nos centramos y nos situamos en el lugar que estamos, en el aquí y ahora, sin pensar en el mañana ni en el ayer, simplemente haciendo lo que estamos haciendo".

Buscar el equilibrio interior, estar relajados, practicar la meditación a través del movimiento. Ángela Riera utiliza ideogramas que centran la mente en cada trazo del ideograma, es como una especie de meditación de modo que la mente se concentra en cada trazo y cada trazo tiene un significado.

"El que más utilizo con mis alumnos es el ideograma del Centro, para estar centrados y para vivir lo que estas viviendo en cada momento. Tiene cuatro trazos: el primero es la vida, el nacimiento; el segundo es el desarrollo de nuestra vida desde el nacimiento; el tercer trazo es la muerte o el final de ese ciclo. Hay un cuarto trazo en el Centro que es unir el cielo con la tierra y nosotros estamos en el centro. Es el soplo. Se llama el soplo que es lo que nos mantiene, entretiene y sostiene".

Tal y como Ángela lo explica, se entiende a la perfección que el Chi Kung es una filosofía, es una forma diferente de ver la vida y es un aprendizaje continuo. Según esa filosofía, después de la vida la luz. "Somos luz y energía y vamos a la luz. Estamos para aprender y cuando hemos terminado el curso nos vamos y cada vez que volvemos hemos subido un curso y mientras no aprendamos todas las asignaturas que tenemos repetiremos curso y cuando las hayamos superado el curso será superior y cada vez seremos mejores, cada vez estaremos más felices y la vida será mejor".

Cuando de noche miramos al cielo es posible concluir lo minúsculo del ser humano frente al infinito del universo. Por eso es importante, dice Ángela, conocer otro de los trazos del Chi Kung, el REM: "el hombre desde el nacimiento está unido al cielo y la tierra, nunca podemos salir de ahí, siempre estamos entre el cielo y la tierra, estamos en el planeta, no podemos salir del planeta y aunque salgamos del planeta seguimos estando en medio, en medio del universo que es infinito y perteneciendo al universo. Formamos parte de un puzzle y nunca se puede completar un puzzle si falta una pieza. Cada uno de nosotros somos una pieza importante y debemos tener eso en cuenta para nuestra autoestima siempre arriba, cada uno tenemos una misión que hacer y siempre somos importantes, nunca debemos pensar que lo que yo hago no tiene importancia porque el puzzle nunca estaría completo".

¿Lo que pienso, lo que siento, lo que hago, es lo mismo? Para Riera, sí: "si estoy pensando una cosa, estoy haciendo otra diferente y sintiendo lo contrario, nuestro cuerpo y nuestra mente están desorientados y así vivimos, nunca estamos en lo que estamos haciendo, puesto que nunca hacemos ni lo que pensamos ni lo que sentimos. Este ideograma se llama el Emperador puesto que es lo que el corazón te dice, que es el que manda y el que nunca te engaña y es el que debemos dejar que siempre gobierne porque el corazón nunca engaña, siempre te lleva al lugar donde te deja".

A primera hora de la mañana, Ángela se encamina a la única playa que tiene Garrucha para dar sus clases de Chi Kung: "ahora, el Chi Kung lo estoy practicando en la playa y en colaboración con el Ayuntamiento. Se puede practicar en cualquier lugar, pero siempre girando y moviendo permanentemente el cuerpo en sentido contrario a las agujas del reloj, como gira el planeta. Vamos a girar como el planeta, siempre en redondo, nuestro cuerpo es redondo no tenemos ninguna esquina; si nos miramos los brazos, las manos las piernas, todos nosotros somos redondos, y así giramos en círculo, siempre en círculo y en el sentido contrario a las agujas del reloj, moviendo brazos, piernas y cuerpo entero".

Moviendo el cuerpo entero, claro que habrá personas que no puedan moverlo. Ángela parece adivinar el pensamiento porque añade que "se puede hacer estático, hay personas mayores o impedidas que están sentadas y también se puede hacer. Mueven los brazos y el torso del cuerpo. Cuando lo practico con personas de la tercera edad o tienen algún impedimento, lo hacen sentadas. También se puede hacer y les funciona mucho y bien, porque yo les digo practicar, practicar, cada vez que os sintáis mal, que os sintáis incómodos o que estéis tristes o que penséis que hago aquí, practica sobre todo el Centro y después de haberlo practicado tres, cuatro o cinco veces y respirar profundamente, verás como tu visión de las cosas han cambiado".

Riera y sus alumnos giran en sentido contrario a las agujas del reloj. Allí, a la orilla del mar, buscan la tranquilidad interior. El suave poniente trae un dicho que dicen dijo Confucio: "Primero debes estar tranquilo; luego, tu mente podrá estar serena. Una vez que tu mente esté serena, estarás en paz. Sólo cuando estés en paz, serás capaz de pensar y progresar finalmente".

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