Los Charros en Almería, hasta siempre

Cerraba sus puertas este verano, pero ha sido ahora cuando, a golpe de pala, el popular bar Los Charros desaparece del paisaje costero almeriense, dejando para la memoria culinaria sus especialidades de carnes a las brasa y esas salsas que han alimentado a la clientela de los hermanos Herrada Rodríguez, Luis e Isabella, durante 22 años. Un tradicional en las citas junto al mar del paseo marítimo de la capital, que ha sido engullido por el inevitable crecimiento de la ciudad hacia el levante.

La zona de expansión de la Vega, programada en el Plan General de Ordenación Urbana de 1998, tenía pendiente de desarrollo varios sectores que conforman una lengua que viene a besar el Mediterráneo. Desde este verano, la preparación de los terrenos, sobre los que se acomodarán 900 viviendas, está en marcha con la urbanización de parcelas por parte de las empresas privadas propietarias de esta superficie en la que está incluida Los Charros.

La finca, con esa casita marinera con terraza, es el inicio –o el final–, de una gran avenida que comunicará El Zapillo y la avenida del Mediterráneo, jalonada por las citadas viviendas –exactamente, 204 chalés y 687 plurifamiliares), zonas verdes y espacios deportivos.

Ley de vida, o urbanística, que se ha traducido en la entrada de maquinaria para proceder a la demolición del bar que para muchos almerienses ha sido cita obligada en las noches de verano, desde que los hermanos Herrada sintieran ese flechazo de reabrir aquel negocio de antaño conocido por su pulpo como brasería en la que chuparse los dedos con las costillas con las que habían ganado popularidad en la Rambla de Alfareros.

Una vez concluidas las tareas de demolición y retirados sus escombros, los que añoren este lugar pueden volver a contemplarlo en el largometraje Narcos, del director almeriense Paco Barrilado, porque su sabor realmente no se apaga. Luis e Isabella encenderán de nuevo las brasas con la apertura de un nuevo negocio.