Caso Almería. Cuatro décadas de la muerte de tres inocentes
El lunes se cumplen 40 años de la muerte de Juan Mañas, Luis Cobo y Luis Montero
María Morales, vecina de Pechina, de 85 años no hay día que pase que no recuerde la muerte en extrañas circunstancias de su hijo Juan Mañas, junto a sus dos amigos de Santander, Luis Montero y Luis Cobo en lo que se denominó Caso Almería. Lleva 40 años llorando la ausencia de su hijo Juan que fue asesinado cuando solo tenía 24 años. El lunes se cumplen cuatro décadas de aquel hecho que marcó los primeros años de la Democracia.
María durante años encontró en su marido José Mañas un gran apoyo, aunque este falleció hace ya diez años. Desde la muerte de su hijo Juan, la vida de María dio un cambio de rumbo. “Era un ser inocente que junto a sus dos amigos fue maltratado, asesinado y posteriormente fueron quemados en el interior de un vehículo en la carretera de Gérgal”, confiesa esta mujer.
Mientras María Morales viva tiene claro que no quiere oír hablar de la Guardia Civil. En este tiempo ya dejó constancia de ello, afirmando “me han hecho mucho daño, me quitaron a mi hijo cuando estaba empezando a vivir y eso no se puede perdonar ni olvidar. Fue un terrible error que se llevó por delante tres vidas. Esto lo llevo dentro mientras viva” afirma.
En la casa de los Mañas Morales en Pechina se respira dolor e impotencia. En este tiempo ese dolor se ha ido sobrellevando como se ha podido, pero nunca se ha olvidado. El tiempo ha pasado, el jovencísimo Francisco Javier Mañas, que hacía la primera comunión cuando su hermano Juan y sus amigos vinieron a esa celebración, aunque nunca la pudieron disfrutar, tiene grandes recuerdos de su hermano.
Francisco Javier Mañas asegura que “mi hermano era una persona extraordinaria, muy extrovertido, un hombre con un gran corazón. Que pena que lo mataran cuando tenía 24 años. Eso es algo que jamás se puede olvidar”.
Un cúmulo de circunstancias y la obcecación del que fuera entonces teniente coronel de la Guardia Civil en Almería, Carlos Castillo Quero, ya fallecido, hizo que se detuviera a Juan Mañas, Luis Montero y Luis Cobo y fueran confundidos con los etarras que habían atentado unos días antes contra el General Valenzuela en Madrid. El caso es que los tres cuerpos aparecieron calcinaron en el interior de un coche en la carretera de Gérgal.
“Ellos ya iban muertos cuando el coche cayó por el terraplén. Qué me van a contar a mi, yo sé lo que pasó. Mi Juan fue el primero al que maltrataron y mataron y luego a sus dos amigos. Luego los montaron en aquel coche e hicieron aquel montaje. ¿Tres personas esposadas en el interior de un coche donde iban a ir”, apunta María Morales.
Aunque esta madre dolida vive con mucha resignación que se llevaran por delante la vida de su hijo tiene muy claro que “en el cuartel abandonado de Casas Fuertes mataron a mi hijo Juan, porque contestaba a todo, no ocultaba nada, porque no tenía nada que ocultar. El había venido junto a dos amigos a la comunión de su hermano pequeño en Pechina. Y pensar como acabó todo. Todos los días pienso en él”.
María Morales hace diez años mostró a Diario de Almería, un trozo de papel de aluminio donde guardaba celosamente algo que estaba carbonizado. “Es parte del cráneo de mi hijo Juan que recogí de lo que quedó en Gérgal donde pegaron fuego al coche. Esto lo guardo yo mientras viva, igual que guardo la indemnización que nos dieron. Cuando yo me muera si mis hijos quieren gastarlo que lo hagan, yo no puedo gastarlo porque ese dinero me quema”.
María Morales, una madre rota desde hace 40 años, recuerda como era su hijo. “Juan era una persona espléndida, estupenda, lo mejor que había en el mundo, incapaz de hacer daño a nadie y un hombre de su casa. Ese fue el delito que hizo mi hijo para que acabaran con él de la forma que lo hicieron”.
El conocido como Caso Almería tuvo una figura principal en el juicio que se celebró contra los mandos de la Guardia Civli. Por un lado, el abogado Darío Fernández fue clave para condenar a los autores de aquel terrible crimen y por otro lado, los medios de comunicación también hicieron un papel destacable.
La sentencia se hizo publica en julio de 1982. El teniente Coronel Carlos Castillo Quero fue condenado a 24 años y tres días de prisión, el teniente Manuel Gómez Torres, quince años y el guardia conductor Manuel Fernández Llamas a 12 años de prisión. La familia Mañas Morales, cada año el 10 de mayo acude al lugar donde fueron calcinados los cuerpos, donde hay instalado un monolito que todo el año tiene flores. Hoy, domingo, se reunirá la familia Mañas Morales, aunque debido a su avanzada edad no asistirá María Morales. “No queremos que vuelva a sentir tantas emociones, porque está delicada del corazón”, comenta su hijo Francisco Javier Mañas.
El periodista Antonio Ramos Espejo en 1982 publicó el libro Caso Almería. 1000 kilómetros al Sur y en 2011 volvió a reeditarlo con más documentación. Pedro Costa también hizo una película basada en estos hechos.
"Tengo restos del cráneo de mi hijo en un papelico”
Fue hace 30 años cuando María Morales reveló que guardaba restos calcinados del cráneo de su hijo liados en un papelico. “Los guardo junto a otros hierros calcinados que recogí en el lugar donde los quemaron ya muertos dentro del coche”, asegura. La vida de María Morales no ha sido fácil en estos años puesto que el recuerdo de su hijo siempre está presente en su casa. No hay rincón de su vivienda en Pechina, donde no tenga presente la imagen de su hijo Juan. En este tiempo también recibió algunos anónimos y mensajes explicándole lo que ocurrió en mayo de 1981 con su hijo y sus dos amigos. “Aunque fue un cúmulo de circunstancias adversas, lo cierto es que algunos de los que participaron todavía viven, mientras mi hijo lleva 40 años bajo tierra”.
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