Carmen Posadas cierra con amor el ciclo sobre 'La mirada del hombre'

"Soy uruguaya y me parecería feo renunciar a mis raíces, aunque adoro España". La escritora Carmen Posadas cerró ayer el ciclo de conferencias organizado por Cajamar bajo el título 'La mirada del hombre' con una exposición sobre el amor, en la que transmitió sus vivencias y experiencias personales sobre un sentimiento que, junto al odio, "mueven el mundo como dos caras de la misma moneda".

Escribir es un acto muy impúdico, afirmó la ganadora del Premio Planeta de 1998. Es como pasearse desnudo delante de la gente. Durante mucho tiempo se dedicó a la literatura infantil porque pensaba que era más fácil, pero se dio cuenta de que no es verdad. A sus 22 años y con dos niñas en edad escolar, pensó que había llegado el momento de ampliar la formación que antes había dejado para formar una familia. Leyó todos los anuncios por palabras y tras no conseguir hacerse rica cultivando champiñones encontró el de un profesor argentino sobre un taller literario, "con el que aprendí a escribir y me lancé al mundo de la literatura".

Así consiguió superar su complejo infantil ante el "qué dirá papá" y se fue soltando. "Por eso recomendaría a quien quiera escribir que empiece por la literatura destinada a los niños. En ésta, la gente se acuerda de los personajes pero no de sus autores, mientras que en la literatura de adultos importa más el nombre que el texto".

'Un veneno llamado amor' es el título de un libro que forma parte de una larga lista de obras de Carmen Posadas, que han sido traducidas a 21 idiomas y que se han distribuido en más de 50 países. la pasión, afirma la escritora, es la chispa inicial en una relación, mientras el amor es un sentimiento más sereno. "A veces se da el concepto Hollywood sobre el amor, en el que, como en las películas románticas, queda un poso ilusorio que se espera ver satisfecho con la pareja, y luego llega el desengaño". También se refirió al amor entendido como un chute de heroína, frente al amor reposado o ágape, que se degusta poco a poco como un whisky.

Posadas tardó mucho tiempo en escribir sobre el amor porque le interesaba más la muerte. Y comenzó con 'La bella Otero' cuando a sus 47 años se sentía preocupada por la pérdida de la belleza y la forma de afrontar la vejez, identificándose de esta forma con su personaje. Entre las muchas definiciones del amor se queda con la que afirma que "no es mirarse a los ojos, sino mirar los dos en una misma dirección", y está convencida de que el amor es como una planta que hay que regar todos los días para que crezca y se mantenga. "Si se cuida y se lucha por él, el amor es más profundo y dura más".