El Cañarete estará en obras hasta mayo
Aprobada por 639.224 euros la tercera actuación de emergencia en los últimos diez años
La semana que viene arranca la instalación de los nuevos sistemas de protección
Los nueve kilómetros que separan Aguadulce y la capital a través de la Nacional 340, un itinerario de ensueño junto al Mediterráneo en las estribaciones sur de la Sierra de Gádor, serán sometidos en los próximos días a la tercera obra de emergencia en la última década por los desprendimientos con una inversión conjunta que se acerca a los dos millones de euros. Este eje que soporta un tráfico diario de más de 15.000 vehículos es uno de los puntos negros de la red viaria provincial y no precisamente por la estadística de accidentes.
Los continuos descalzamientos de las rocas de la denominada carretera del Cañarete ponen en peligro la seguridad de los conductores y ya ha sufrido daños materiales más de un vehículo como ocurrió con un taxi en abril de 2016 y otros dos turismos en la madrugada del 31 de diciembre que fue el derrumbe por el que se mantiene cortada a la circulación, a la altura del punto kilómetro 434,5 junto a escasos metros del hotel Playa Sol. El Ministerio de Transportes, Movilidad y Agenda Urbana ha aprobado el comienzo inmediato de una actuación de emergencia que dará comienzo la semana que viene y se prolongará durante tres meses en la que se invertirán más de 639.000 euros.
Después de que haya pasado casi un mes sin una sola aclaración sobre los planes de la Demarcación de Carreteras en este tramo en el que se retiraron bloques de piedra de hasta cuatro toneladas de peso, el subdelegado del Gobierno en Almería, Manuel de la Fuente, hizo público ayer el anuncio de la Secretaría General de Infraestructuras manifestando su satisfacción por la resolución de los trámites administrativos que se requieren para que una obra sea declarada de emergencia. “Desde esta Subdelegación del Gobierno hemos insistido un día sí y otro también en la importancia de que se agilicen al máximo los trabajos de reparación de esta carretera y el Ministerio ha actuado muy rápidamente. Si se mantiene cortada es, únicamente, para velar por su seguridad”, argumentó.
Manuel de la Fuente ha recordado que en la zona afectada por los últimos desprendimientos que obligaron al cierre del tráfico, la carretera discurre a media ladera, por un macizo de calizas y dolomías muy fracturadas y existía una malla de triple torsión para el guiado de los materiales que se desprenden del talud que fue incapaz de contener y guiar la caída de los bloques de mayor tamaño al pie de la pared. Una vez retiradas las piedras y realizado el primer informe por parte de los técnicos de Carreteras sobre el estado en el que estaba el talud afectado, decretando que no podía continuar la circulación, se inició la tramitación de un nuevo proyecto en el que se combinarán dos sistemas de protección en un tramo de 120 metros de largo en un pared afectada de 90 metros de altura encontrándose la zona más sensible justo a la mitad.
Por una parte, se realizará la instalación de barreras dinámicas de protección antidesprendimientos, que serán las encargadas de interceptar los bloques que puedan desprenderse del talud. Por otra, se colocará una cortina de guiado de derrumbes, que es lo que evita que las rocas que puedan caer se salgan de la trayectoria estimada, asegurando así su interceptación por las barreras dinámicas instaladas. Antes será necesario realizar un saneo de las coronaciones de los diferentes frentes, eliminando las piedras y bloques que estén en una situación más inestable, según informó ayer en una nota la Secretaría General de Infraestructuras. Y de manera complementaria se reparará la malla de triple torsión existente y se pondrá malla nueva en aquellas zonas donde no exista antes de la colocación de la cortina de guiado. De forma previa al proyecto se han realizado estudios geotécnicos y mediciones con drones para fijar la mejor solución de futuro.
Las actuaciones de emergencia realizadas con anterioridad (2010 y 2016) suman una inversión de casi 1,3 millones de euros que se convertirán en dos con el proyecto que se inicia la próxima semana. El Ministerio de Transportes -antes de Fomento- ya había aprobado el 16 de enero del pasado año una intervención de mejora del sistema de protección entre los puntos kilómetricos 431 y 438 por un importe cercano al millón de euros, si bien queda en el aire e incluso podría aparcarse al solaparse con la actuación que comienza en febrero. Las escarpas y acantilados de la Nacional 340 entre Aguadulce y la capital siguen escupiendo rocas sobre este vial a pesar de las obras millonarias de la última década y, más allá del peligro que supone para el conjunto de usuarios, las consecuencias son nefastas para la circulación al ser una alternativa fundamental a una A-7 al borde del colapso.
Desde que empezó el año sólo han podido utilizarla los residentes en los núcleos urbanos (Castell del Rey y Espejo del Mar) y los usuarios del hotel y camping de la Garrofa a través de un carril de servidumbre, pero los miles de usuarios habituales se tienen que atascar en la autovía que ya de por sí es el eje con mayor densidad de la provincia entre los enlaces de Roquetas (429) y el del acceso de Bayyana (438) con más de 50.000 vehículos. Ahora que se cumplen 140 años desde la construcción -entre los años 1865 y 1880- del Cañarete, dejando obsoleto el Camino Viejo que serpenteaba la montaña, se volverá a someter a una obra de emergencia en otra zona concreta y no a la intervención integral que se viene reclamando por parte de diferentes colectivos vecinales y sociales. Sobre la mesa existen ya proyectos para poner en valor y mejorar las comunicaciones entre la capital y Aguadulce como, por ejemplo, un tranvía, un carril bici y zonas verdes y peatonales.
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