Un carril del Cañarete se abrirá en marzo para reducir la presión ante el colapso de la A-7

Operarios trabajan en la primera fase de limpieza del talud de pared de 140 metros con la carretera cerrada al tráfico. Cuando se termine podrá abrir de forma intermitente de siete a nueve de la mañana

Un carril del Cañarete se abrirá en marzo para quitar presión a la A-7
Un carril del Cañarete se abrirá en marzo para quitar presión a la A-7 / Javier Alonso

El bloqueo sin precedentes de las comunicaciones del Poniente con la capital, especialmente para los vecinos de Aguadulce, no sólo ha agilizado la tramitación de obras de emergencia en el Cañarete que se adjudicaron en tiempo récord, sino que además ha empujado a la Dirección General de Carreteras a replantearse la actuación para que se pueda abrir al tráfico de forma intermitente una vez alcanzada la segunda fase de la intervención a principios del próximo mes.

El colapso de la A-7 en horas punta, que ya de por si es el punto más conflictivo de la red viaria provincial con más de 50.000 vehículos diarios en el tramo entre El Parador y el acceso de Bayyana, se aliviará a partir de marzo con la apertura intermitente del eje por la costa entre las siete y nueve de la mañana para no interferir en el normal desarrollo de las obras. Es la franja horaria de mayor presión circulatoria del día y la que viene generando retenciones de más de una hora que repercuten a su vez en el nerviosismo y los alcances.

Desde que se cerrara al tráfico el Cañarete en la madrugada del 31 de diciembre, se han producido 9 accidentes en los diez kilómetros de la A-7 más conflictivos, los que esperan como agua de mayo un tercer carril que lleva más de año y medio adjudicado y se encuentra en evaluación medioambiental. El subdelegado del Gobierno en Almería, Manuel de la Fuente, ha explicado que han trabajado de la forma más rápida y coordinada para ofrecer soluciones y pone en valor la aprobación de las obras de emergencia por valor de 639.224 euros el pasado 27 de enero, una tramitación que requiere contar con la autorización del Consejo de Ministros.

Después de una serie de declaraciones poco alentadoras en las que pide prudencia a miles de conductores, el subdelegado ha vuelto a lamentar las molestias que el cierre de la carretera está ocasionando a los usuarios cada mañana. “Empatizo con el grado de malestar de los afectados pero, desde mi responsabilidad, se está haciendo todo lo posible a nivel técnico y humano, siempre en coordinación con la Demarcación de Carreteras, la Jefatura Provincial de Tráfico y la Agrupación de Tráfico de la Guardia Civil”. En este sentido, planteó que la actuación de emergencia para lograr la estabilización del talud y evitar nuevos derrumbes será más llevadera a corto plazo al abrirse de forma intermitente la Nacional 340 en dirección a la capital.

En la actualidad se desarrollan los trabajos sobre un talud de 140 metros lineales por 90 metros de alto y la primera fase consiste en la limpieza de la pared de las rocas sueltas que presentan peligro de desprendimiento. Operarios están realizando pequeños derrumbes con sumo cuidado, colgados con arneses en la zona alta, y después retirarán la malla de triple torsión dañada por las rocas de hasta cuatro toneladas resquebrajadas en el último día del pasado año. A partir de ahí se podrá retomar la circulación sólo de siete a nueve de la mañana mientras tiene lugar la segunda fase de obras consistente en los anclajes.

La perforación del talud, introducción de cables de acero e inyección de mortero de cemento para tensar por último las hileras consiguiendo que las rocas de más tamaño queden ancladas a la zona más profunda del macizo. La tercera y última etapa será la instalación de barreras dinámicas de protección antidesprendimientos, que serán las encargadas de interceptar bloques que se puedan desprender del talud. Colocarán, además, una cortina de guiado de derrumbes, que evitará que estas rocas que puedan caer se salgan de la trayectoria estimada, de forma que se asegura la interceptación por las barreras instaladas.

La Subdelegación del Gobierno detalló ayer que una vez superada la primera fase de las obras, en la que no se puede abrir el Cañarete por razones obvias de seguridad para los conductores, los técnicos de la Dirección de Carreteras están estudiando que se pueda abrir el eje costero desde las siete a las nueve de la mañana para que no interfiera en el desarrollo de las obras. La previsión es que pueda retomarse la circulación durante los primeros días de marzo hasta fin de obras contemplado en el mes de mayo.

Mientras llega esa apertura en la hora punta que reducirá la presión en la Autovía del Mediterráneo, la Subdelegación mantiene activo el refuerzo en los principales accesos de la Guardia Civil de Tráfico y se completará con la presencia del helicóptero de la DGT con base en Málaga ante posibles incidencias. También hay mensajes en paneles informativos para avisar ante los alcances, si bien son medidas de seguridad que poco contribuyen a dar mayor fluidez a la circulación.

Subdelegación confirma que una obra integral de un millón sigue en espera

El Ministerio de Fomento -ahora de Transportes, Movilidad y Agenda Urbana- prepara desde hace exactamente un año un proyecto de casi un millón (980.000 euros) para la mejora del sistema de protección contra desprendimientos en la Nacional 340, entre los puntos kilométricos 431 a 438 comprendidos desde el túnel de Bayyana hasta el acceso al puerto deportivo de Aguadulce. La actuación en fase de redacción se comenzó a diseñar a principios del pasado año con el objetivo de avanzar en la seguridad de una de las carreteras de mayor riesgo de la red provincial, la del Cañarete, de casi nueve kilómetros entre la capital y Aguadulce de un eje de ensueño junto al Mediterráneo en las estribaciones sur de la Sierra de Gádor.

La Subdelegación del Gobierno confirmó ayer, tal y como había adelantado este periódico, que la Dirección General de Carreteras ya ha aprobado el proyecto para el tratamiento integral de la N-340 frente a los desprendimientos, una actuación dividida en diez tramos a lo largo de toda la carretera de casi diez kilómetros, incluido el actual en el que se ejecutan en la actualidad obras de emergencia.

El proyecto está pendiente de licitación, una tramitación que dependerá de los nuevos Presupuestos Generales del Estado, y la inversión será de aproximadamente un millón de euros. Esta restauración integral de todo el talud del Cañarete sería la quinta obra que se realiza en la última década - tres de emergencia y dos contratos ordinarios- para dotar de seguridad el punto más negro de la red viaria provincial. El coste del conjunto de acciones va a superar al finalizar las pendientes los 3 millones.

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