El Cable Inglés, piedra a piedra
El proyecto de rotonda en la zona de Las Almadrabillas obliga a la retirada provisional de parte del Cargadero del mineral. Será aprovechado para la limpieza de la sillería y dotarla de una capa antigrafiti

La nueva rotonda de Las Almadrabillas está obligando a desmontar uno de los monumentos más característicos de la ciudad. El Cargadero del mineral se encuentra por los suelos, y no por la dejadez o falta de mantenimiento, sino porque los trabajos para liberal el espacio para los carriles para el tráfico rodado hacen necesario desplazar buena parte del muro de sillería.
De esta manera, la empresa encargada de realizar la urbanización de la zona lleva más de una semana numerando y clasificando cada una de las piezas en piedra con las que cuenta el denominado como Cable Inglés. Se trata de un "trabajo de chinos", según explica el jefe de obra de la constructora Abagama, Jesús Prior, quien ha asumido la responsabilidad de realizar el proceso de catalogación que lleve finalmente a poder compaginar la historia viva y monumental de la ciudad con el progreso que conlleva la necesidad de ampliar las conexiones de la ciudad.
Así, a través de fotografías diarias y la disposición en palés de agrupaciones de piedra, tres o cuatro por palé en función de si se trata de sillares o sillarejos. Se marca así inicialmente por parte de los operarios encargados de retirar el material de forma numérica y, posteriormente, de forma detallada en relación a su ubicación en el conjunto, por ejemplo, si es piedra de la cara oeste o si hace esquina, puesto que el labrado de cada una de las piedra difiere.
Además, según explica Jesús Prior, uno de los principales inconvenientes de la piedra de cantera utilizada es que "uno no se puede equivocar en la ubicación de cada una de las piezas, puesto que aunque la altura de cada fila de piedras es la misma, sí difieren los centímetros que tienen cada una de las filas".
El proyecto final dará así paso a un monumento que desviará todas las piedras de sillería en forma oblicua a como tradicionalmente estaban dispuestas y el muro a partir del próximo verano sustituirá al muro de separación de los terrenos de renfe hacia la carretera de Ronda. Así, lo único que se mantendrá en la ubicación actual serán las vigas sobre las que pasaban los ferrocarrilles cargados con el mineral hacia los barcos del puerto, para suplir la ausencia del muro de piedra, la madera será reforzada con un nuevo muro de hormigón, pero que no será perceptible por el transeúnte, según los responsables del proyecto.
La piedra, una vez reubicada recibirá además un tratamiento de limpieza y una capa antigrafiti, un trabajo que también supondrá la retirada de la pintura que ha ido acumulando a lo largo de años e incluso décadas de vandalismo. Se completará con unos trabajos de iluminación ornamental que resalten "la belleza del monumento urbano".
Dicho paso se restituirá, al igual que la barandilla metálica que también ha tenido que ser retirada, con la finalidad de que pueda formar parte del proyecto de rehabilitación del Cable Inglés que está pendiente de iniciarse. De hecho, los trabajos realizados por la promotora encargada de la reurbanización de la zona se coordinan con la Delegación de Cultura de la Junta de Andalucía, competente sobre el monumento debido a su catalogación como Bien de Interés Cultural, y con el arquitecto Ramón de Torres, encargado del futuro proyecto de rehabilitación.
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