Hempleaf, quiere exportar el cáñamo almeriense

Empresa

"El cultivo del cannabis es sencillo, lo complicado es venderlo fuera".

La reciente empresa vende el excedente a clientes gracias a sus contactos europeos.

Izabel y Víctor en su visita al invernadero de cáñamo de un cliente.
Izabel y Víctor en su visita al invernadero de cáñamo de un cliente. / Javier Alonso
Gerda Kasetaite

24 de enero 2021 - 09:45

Almería/Apasionada de esta joya que crece en la costa levantina, Izabel Lever descubrió el poder del cannabis y se quedó fascinada con sus diversos usos.“De una sola planta se puede aprovechar todo. La raíz se usa con fines medicinales, de hecho hace milagros con la artritis. El tallo para fibra y textil. La semilla para aceites, cremas y hasta biodiesel”.Cada día ahondó más y decidió sembrar dicha especie. Invirtió esfuerzo y dinero. A día de hoy es toda una experta en el mundo cannábico, pero no antes de tropezar alguna que otra vez.

Izabel Lever

Me encantaría comerciar con plásticos y papel biodegradables de cáñamo almeriense.

En términos ambientales es una mata extraordinaria: puede llegar a crecer 4 veces al año, no requiere muchos cuidados ni riego, no la atacan los insectos, crece hasta 20 centímetros diarios al sol y respeta el ecosistema al consumir mucho dióxido de carbono. En otras palabras, purifica el aire. Para su cultivo, el clima mediterráneo es la clave.

Esto lo comprendió Víctor Manrique tras probar plantar 600 en sus tierras. "Crecí aplastando tomates con los pies descalzos". Agricultor de nacimiento y técnico superior en gestión y organización de empresas agropecuarias. Al igual que Lever, se quedó maravillado con esta planta. Decidió encarrilar su vida en relación al cáñamo pero siendo su propio jefe. Fundó Hempleaf. Una empresa que busca comercializar el cáñamo sin THC desde los cultivos almerienses a nivel internacional. Y a su vez, ayudar a gestionar el excedente de biomasa a los horticultores que no saben que hacer con él.

El cultivo del cannabis es sencillo, lo complicado es vender la biomasa fuera

Hace unos meses Hempleaf dio con Abdel Ghani, un cannabicultor almeriense. Abdel comenzó como jornalero. Trabajo para otros en cultivos de hortalizas. Tras ahorrar, arrendó una finca de menos de una hectárea, después una hectárea, luego de dos y así fue creciendo. Dedicándose, como tantos otros en estas tierras, al cultivo hortícola. Este año cumple dos años con la plantación de cannabis. El primer año no tuvo ningún comprador, pero este año con Hempleaf todo pinta que será distinto para Ghani. Antes de entrar a uno de sus invernaderos, se lee un cartel que manifiesta que el cáñamo que crece allí es industrial, de una variedad autorizada y que no contiene THC o es inferior al 0,2. Invariablemente que se trate de una cría con dichas características en España se puede sembrar pero no extraer la flor del resto de la planta. El cogollo separado se considera droga y es ilegal. Abdel compra sólo las pepitas autorizadas por la ley, las planta y cuando las vende, viene un transportista del comprador a llevárselo. Manrique es quién se encarga de quedar con él, ver sus plantas, cuidarlas y asesorar al propietario para que el cultivo sea tal como el comprador requiere.

hay compradores que demandan una materia y una semilla concreta y Hempleaf la busca

Lamentablemente Ghani ha tenido que contratar vigilantes de seguridad para sus tierras: "entran a robar y no puedo bajar la guardia porque lo hacen tanto de día como de noche". La flor del cáñamo sin componente psicotrópico es idéntica a una flor de marihuana, que sí coloca. De allí el interés de los ladrones por su vivero. Extraen el núcleo para luego rociarlo con THC líquido y finalmente venderlo como droga alucinógena. Son muchos los cannabicultores levantinos los que han tenido que poner medidas de vigilancia para custodiar su plantío.

Víctor e Iza escuchan atentos a Abdel Ghani contar sus vivencias como cannabicultor.
Víctor e Iza escuchan atentos a Abdel Ghani contar sus vivencias como cannabicultor. / Javier Alonso

Abdel con la finca alquilada, es padre de tres niños. Lleva en España 13 años, anteriormente vivió 10 años con su padre en Italia y en su originaria Marruecos ya se dedicaba a plantar calabacinos, tomates y pepinos. "Mi hijo mayor tiene 11 años y quiere ser agricultor como su padre. Los otros dos quieren estudiar". El hombre sueña con llegar a comprar sus propias tierras: "Me apaño con 2 hectáreas". Tanto Abdel como Víctor quedan a la espera del crecimiento del campo para realizar la posterior venta y exportación. Víctor cuenta que "muchos propietarios están quemados de malvender otros cultivos. Por ello se sienten atraídos por éste, ya que se ha estado vendiendo a precios desorbitados. Sin tener la noción del valor real de esta planta". En España, al igual que en el resto de Europa, es legal cultivarlo siempre y cuando no supere el 0,2 de THC establecido. Este 'boom' ha causado que algunos hayan decidido sembrar cáñamo en lugar de los tomates o los pepinos de siempre, creyendo que les iba a dar más dinero. "Pero muchos eran primerizos y no han sabido sacar la planta bien, incluso si se han pasado de 0,2 de THC ha venido Seprona y les ha retirado la plantación completa o simplemente no han sabido venderla. De hecho, sin contactos de fuera es complicado crear un comercio legal e internacional". La cantidad de THC (el principal psicoactivo del cannabis) debe ser regulada ya que determina el destino final de la biomasa: desde un fármaco, una eco energía barata o una droga psicotrópica. A todo esto se le suma el crimen, estafas y robo de la flor de cáñamo. Tratándose de una planta tan dócil el cultivo es sencillo, pero todo lo que la envuelve hace que su salida sea lo más complicado.

Víctor verifica el estado de las hojas de una planta de cáñamo.
Víctor verifica el estado de las hojas de una planta de cáñamo. / Javier Alonso

Victor Manrique e Izabel Lever tienen la misma visión sobre el cáñamo en Almería. Ven una gran oportunidad y Hempleaf quiere sacarle el máximo partido. La empresa es la respuesta a la brecha entre el cultivador inexperto y el comprador extranjero. En esta tarea Iza es clave para el comercio internacional por sus conocimientos en el ámbito, su amplia agenda de contactos con los productores de elementos cannábicos y su dominio de idiomas. "Trato diariamente con empresas de Alemania, Inglaterra, Polonia y países bálticos. Son países fríos que no tienen invernaderos, pero si interés por el cáñamo. Alemania, Polonia y los países bálticos para cosméticos y fármacos. Inglaterra para uso recreativo".

En España es legal plantar, siempre y cuando no supere el 0,2 de THC establecido

Lo que se llama biomasa, es la planta de cáñamo triturada y su destino es múltiple: aceite alimentario, harinas, plásticos o papel biodegradables, hasta en material de construcción. En este negocio es el fabricante quién solicita con que parte de la planta se quiere quedar según para el fin que vaya. La legalidad no se perturba en el uso y producción de cualquier derivado del cáñamo, siempre que éste sea inferior al 0,2. Hay compradores que tienen muy claro el tipo de materia y de germen que buscan. Si en el invernadero o en el exterior. Izabel y Víctor se encargan de que así sea: buscando ese cultivo específico y aconsejando al agricultor. "También asesoramos qué tipo de semilla y dónde encontrarla, acompañamos el crecimiento de la planta con nuestro soporte técnico". Víctor, agricultor experto, es quien se encarga de ello: "Nos ocupamos de ir visitando las plantaciones para un crecimiento óptimo. Cierto es que la semilla viene ya adaptada para que el nivel de THC no supere el límite permitido, pero puede oscilar unas décimas. Dependiendo de otras condiciones como el nivel de exposición solar, de agua, abonos y pesticidas. Por ello, es importante llevar un control técnico como el que nosotros ofrecemos".

Hempleaf se lleva una comisión del comprador que va a pagar al cultivador. "Ya que también damos la garantía al cultivador que su producto llegará de forma legal al fabricante. Mediante contrato". Cuentan con todo un equipo de abogados, algunos especializados en el cannabis mediterráneo.

Izabel y Víctor charlan en la sede principal de Hempleaf en Roquetas de Mar.
Izabel y Víctor charlan en la sede principal de Hempleaf en Roquetas de Mar. / Gerda Kasetaite

Nada que ver con la droga psicotrópica con la que pensamos al oír la palabra cannabis. El CBD o cannabidiol es un componente presente en las plantas de cáñamo. Es un potente antiinflamatorio, alivia los síntomas de la psoriasis, combate la depresión y la ansiedad, hasta ataca las células cancerosas, entre otras utilidades.

Queda claro el impacto económico, social y ambiental de este sembrado en la zona. En Hempleaf se niegan a quedarse como meros intermediarios entre los cultivadores y las empresas de fuera. Una de sus metas es vender sus propios productos de CBD y tienen una visión ecoambiental: "a largo plazo poder comercializar plásticos y papel biodegradable de cáñamo o incluso fibra de construcción haría situar Almería como punto referente de equilibrio mediombiental. Espero ser el distribuidor número uno, que al hablar de Almería como cuna del cáñamo no se pueda evitar mencionar también Hempleaf. Y a corto plazo vamos detrás de tener licencia propia para manipular las flores de cannabis. Tan prohibido y castigado hasta ahora" anuncia Manrique: "necesitamos que se nos vea como una empresa seria y fuerte. Por ello no dejamos a nadie colgado y hacemos contratos legales con verdaderos abogados. Te esperamos en nuestra oficina en el edificio Carrida Plaza en Roquetas de Mar o llámanos al 671 39 39 27 para cualquier consulta".

stats