El Ayuntamiento pide la cesión de la que fue la casa cuartel del ‘caso Almería’

Almería

Enclavada en El Toyo, es un Bien de Interés Cultural del siglo XVIII que está abandonado

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Casa Fuerte de la Cruceta, en El Toyo.
Casa Fuerte de la Cruceta, en El Toyo.

El Ayuntamiento de la capital desempolva los años de olvido de la Casa Fuerte de la Cruceta, más conocida por el cuartel entre cuyas paredes fueron torturados hasta la muerte los tres jóvenes procedentes de Cantabría del ‘caso Almería’. La alcaldesa de la ciudad tiene planeado dirigirse al Gobierno de la Nación y solicitar la rehabilitación y cesión de esta fortaleza defensiva del siglo XVIII, enclavada en El Toyo (playa de El Alquián), a la que la Guardia Civil echó el cerrojo tiempo atrás.

Sin uso alguno y con un interior que aseguran se encuentra en estado deplorable pese a que es Bien de Interés Cultural desde 1985 y las labores de restauración llevadas a cabo, esta edificación será unos de los asuntos protagonistas en el Consistorio este próximo viernes. La Corporación ha sido llamada a reunirse en Pleno por María Vázquez y en el orden del día de la sesión figura la iniciativa del Grupo Municipal del Partido Popular de requerir al Gobierno (Ministerio del Interior), a que proceda a la rehabilitación y posterior cesión de la propiedad de la Casa Fuerte de la Cruceta al Ayuntamiento de Almería, en sintonía con las voces que viene reclamando su correcta conservación y apertura al público como espacio cultural.

La Casa Fuerte de la Cruceta, conocida también como Casas Fuertes, se encuentra entre las atalayas de Torre García y Perdigal, integrada en la urbanización turística de El Toyo, sin cartelería alguna que proporcione a los visitantes información con la que poder valorar esta antigua edificación o conocer también su crónica negra que salpicó, en 1980, la transición española a la democracia.

Esta Casa Fuerte, además de tener una ubicación privilegiada frente al mar e integrada en el paseo marítimo de El Toyo, cuenta con una superficie apreciable para su reconversión con una utilidad bien distinta a la que ha tenido desde su construcción. Fue proyectada en 1762 para la defensa eficaz del trozo de costa entre las atalayas de Torre García y Perdigal, aunque no fue hasa 1771 cuando el Rey Carlos III aprobó el diseño contenido en los planos y dos años más tarde comenzaron las obras. Las reseñas consultadas apuntan a que en 1778 el edificio ya estaba ocupado por una guarnición de 14 hombres y estuvo en activo 50 años.

De los soldados, a los Carabineros y Guardia Civil

Este edificio rectangular y defendido por un muro igualmente rectangular, dejó de usarse en 1830 y trece años después La Cruceta fue traspasada al Cuerpo de Carabineros que, en 1941 pasó a depender de la Guardia Civil, por lo que actualmente es propiedad del Ministerio del Interior. Forma parte de rutas de guías turísticos y también de propuestas para senderistas, que pueden apreciar ese exterior con dos garitas aspilleradas y una sola puerta que está tapiada y que impide el acceso al interior de la casa cuartel de una sola altura y con un cuerpo dividido en dos crujías, que se abastecía de un pozo situado en el patio.

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