El Ayuntamiento de Almería evalúa endurecer las medidas de control sobre las palmeras

Almería

Hay chequeos periódicos, si bien el Consistorio estudia acciones para mayor seguridad

Ejemplares de árboles cortados en la Rambla / Javier Alonso

El Ayuntamiento de Almería y, en concreto, la Concejalía de Sostenibilidad Ambiental están evaluando el endurecimiento de las medidas de control de sanidad y seguridad del arbolado existente en el término municipal, más de 50.000 ejemplares, de los cuales las palmeras superan la cifra de 10.500.

Aquellas que se encuentran situadas en alcorques de avenidas o bulevares han sido acordonadas ya que, según los expertos, los casos de rotura de tronco pueden producirse en ejemplares cerca de bordillos y asfalto, donde el crecimiento de las raíces es limitado.

Según ha apuntado el Ayuntamiento, este precintado, también realizado en parques como el de Las Familias o el Andarax, es una acción que está contemplada en los protocolos que la Administración local y la empresa de parques y jardines aplican ante las alertas meteorológicas como esta naranja por fuertes rachas de viento. Forma parte de las supervisiones que se desarrollan de manera periódica sobre el arbolado y, de manera especial, cuando se hay circunstancias climatológicas adversas.

Desde el Consistorio, se apunta que, aunque hay arbitrado un estricto programa de inspección del arbolado, los técnicos municipales están evaluando aplicar nuevas medidas para ampliar en todo lo posible las acciones encaminadas a garantizar la seguridad.

Ya lo hizo el equipo de gobierno en el nuevo contrato que formalizó con la actual concesionaria del servicio. Los pliegos de condiciones fueron confeccionados poco después de que, en 2017, se desplomara un árbol de grandes dimensiones en la plaza de España, en Ciudad Jardín, junto al conocido quiosco El Lengüetas.

El contrato suscrito es muy incisivo en la preservación de los ejemplares en correcto estado fitosanitario y en garantizar la seguridad de los ciudadanos. De hecho, los árboles de gran porte y singulares tienen que pasar por chequeos periódicos e incluso mensuales por parte de ‘doctores’ expertos, con fichas individuales y evaluaciones de riesgos. El contrato, además, desarrolla un apartado específico de examen a las palmeras.

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