Caravanistas defienden su comportamiento y exigen mano dura contra los abusos en Almería

La patronal del sector lanza una campaña de concienciación y buenas prácticas. Usuarios y colectivos de dentro y fuera de España reclaman a los ayuntamientos que no coarten sus derechos con “normas arbitrarias” en base a las prácticas irresponsables de “cuatro incívicos”

Autocaravanistas defienden su comportamiento y exigen mano dura contra los abusos / Rafael González

Autocaravanistas y usuarios habituales de furgonetas camper en la provincia han censurado los comportamientos y prácticas ilegales que se vienen realizando en determinados puntos del litoral almeriense, como los que tuvieron por resultado las 1.278 denuncias que interpusieron los agentes de medio ambiente en el parque natural de Cabo de Gata-Níjar, pero han salido en defensa del sector poniendo de manifiesto que no se puede criminalizar a un colectivo por los abusos cometidos por unos cuantos. Tras la publicación en este periódico del reportaje “La invasión consentida del autocaravanismo”, amantes de las casas sobre dos ruedas de diferentes puntos del país e incluso extranjeros han querido compartir con Diario de Almería sus reflexiones sobre la problemática del boom de este segmento turístico al alza, así como sus principales demandas.

El viajero asturiano Álvaro Neil, conocido como ‘Biciclown’, ha puesto sobre la mesa un par de razones por las que no comparten realizar un uso frecuente de los campings locales y otras zonas habilitadas: suelen estar llenos y sus tarifas no son asequibles llegando a rondar los 900 euros al mes (30 diarios). “En Francia hay áreas acondicionadas para autocaravanas que cuestan 10 euros al día y estamos hablando de un país con un salario mínimo de casi 2.000 euros mensuales”. Este amante de los viajes por la naturaleza recalca los beneficios para la economía de los destinos turísticos de autocaravanistas y subraya el ejemplo de Roquetas. “Las autocaravanas no dejan dinero en alojamiento y hoteles, pero lo hacen allá por donde van, en restaurantes, supermercados, tiendas y gasolineras que permiten que muchos negocios puedan ir tirando hasta Semana Santa”, añade.

Álvaro Neil entiende que prohibir, como la reciente norma del consistorio roquetero que impide aparcar en determinados puntos de su litoral, nunca puede ser la solución, pero sí hay que regular. “No se puede prohibir el estacionamiento, una autocaravana con las ventanas cerradas, sin el toldo extendido, sin sillas ni mesas fuera y asentada sobre ruedas y no calzos, no está pernoctando. Está estacionada y eso lo autoriza la ley”. En este sentido, considera que hay que controlar ciertos abusos como los campamentos improvisados en algunos puntos del litoral, pero “nunca criminalizar a un turismo que es sostenible y aporta ingresos”. Entiende que la mayoría de autocaravanistas son jubilados y ni hacen ruido ni molestan, además de considerar muy extraño que vacíen el poti en un alcantarillado público, como han venido denunciado vecinos de los municipios con más presión de este tipo de vehículos, porque lo normal es que acudan a las áreas de servicio cuando repostan.

Antonio Ruiz, Álvaro Neil y José Manuel Jurado

Nacho Costoya, otro autocaravanista que ha trasladado su visión a este periódico, argumenta que “la actuación inadecuada de cuatro incívicos nada tiene que ver con nuestro modelo de viaje itinerante, si existen personas acampadas que las sancionen de inmediato, pero no es justo que lo paguemos todo el colectivo”. Recuerda que el estacionamiento en vía pública de un vehículo autocaravana, de idéntica categoría que una berlina o utilitario familiar, es totalmente legal, es un derecho que nadie les puede negar y, por tanto, ningún ayuntamiento los puede discriminar arbitrariamente ni prohibir su estancia como ha ocurrido en Roquetas. Costoya indica que todo el que quiera acampar tiene que desplazarse a un camping o instalación habilitada, pero jamás debe usar la vía pública y lamenta que las asociaciones y federaciones no se posicionen absolutamente en contra de este tipo de actuaciones que empañan al conjunto de usuarios.

Otro amante de las caravanas que suele recorrer la provincia, de nacionalidad italiana, Valerio Bruzzone, también ha querido contactar con Diario de Almería para pedir que no se ataque a un colectivo porque haya una serie de campistas que no respeten las leyes. “El error de las administraciones públicas ha sido ignorar durante años las peticiones de espacios libres donde pernoctar con puntos de carga y descarga”, argumenta y recuerda su intento fallido de crear este tipo de espacios acondicionados en varias localidades del litoral gaditano. “Los autocaravanistas no son bandidos, los que vienen en invierno a Andalucía en su mayoría son pensionistas en busca de sol, hay que sancionar a quienes dispersan las aguas residuales sin escrúpulos o incumplen la ley”, concluye.

“Vivimos con 10 libras al día”

Las últimas informaciones de Diario de Almería han generado debate incluso en grupos de redes sociales de usuarios de otros países como Holanda, Bélgica y Francia que hacen escala en esta provincia. En “inviernos migratorios redondos con la camper” (Rond trekkende overwinteraars met de camper) se valora de manera favorable que se sancione a los que incumplen y citan ejemplos que han vivido directamente en el parque natural de Cabo de Gata-Níjar como personas que “realizan sus necesidades en bolsas y luego las tiran en los contenedores”.

Otro de los caravanistas indica que en Almería ha visto enganchar el agua de las duchas o enterrar los excrementos en la arena de la playa y considera que están perjudicando seriamente la imagen del sector. Recalcan, además, el daño que ha hecho la frase “vivimos aquí con diez libras al día”, porque está detrás de algunas de las actitudes censurables.

Usuarios de otros países europeos reconocen en grupos de redes sociales que han presenciado actitudes irresponsables en visitas a Almería

En otro de los foros de redes sociales de jubilados belgas afincados en la comunidad “Amigos campistas” (Campervrienden) algunos usuarios reconocen que los camping y áreas de autocaravanas están prácticamente vacíos en invierno porque todos quieren estar en primera línea de playa, una actitud que censuran en Cabo de Gata al tratarse de un parque natural. “A mí también me gusta hacerlo, pero uno no debe causar molestias e incumplir las normas existentes”, comenta con resignación.

Incluye derechos, pero implica deberes

Mensajes que apelan a la responsabilidad de los caravanistas en consonancia con la campaña que ha lanzado la patronal del sector, la Asociación Española de la Industria y el Comercio del Caravaning (Aseicar) ante el crecimiento exponencial del caravaning en los últimos años. Bajo el lema “Viajar-respetar-disfrutar” proponen una serie de normas básicas entre las que se incluyen el respeto al resto de compañeros y el compromiso de preservar el medio natural con diferentes pautas para autocaravanas y campers que tienen diferencias en dimensiones y ámbito de actuación.

Campamento de caravanas instalado en el antiguo recinto ferial de la capital / Rafael González

“La práctica del autocaravanismo incluye derechos, pero también implica deberes”, es la frase con la que han introducido la Guía del buen uso de Aseicar para fijar unas pautas de comportamiento en carretera y al estacionar. La decisión de crear esta publicación surge en base a la constatación de que hay muchos autocaravanistas que incumplen las normas más por desconocimiento a veces que por incivismo. Esa malas prácticas, actitudes que distan mucho del espíritu del caravaning de respeto al medio que debe llevar este sector en su ADN, provocan reacciones contrarias al autocaravanismo de los vecinos, especialmente en los lugares con alta presión turística. Una de las principales pautas que remarcan en su guía es realizar el vaciado de aguas sucias en un lugar adecuado y depositar la basura en contenedores para el reciclaje, aspectos asentados en su amor por la naturaleza y cuidado del medio ambiente.

Bajo la regla de las 3R (reciclar, reutilizar y reducir) aconsejan organizar las etapas para el vaciado y repostaje localizando en la ruta las áreas de servicio equipadas con terminales para la toma y el vaciado de agua. Y en cuanto al estacionamiento, uno de los apartados más polémicos, la principal norma sería la de “no obstaculizar”. Además, proponen a los usuarios que elijan ubicaciones que no estén frente a una tienda, restaurante, escuela lugar de culto o monumento, algo que han querido divulgar con una frase muy directa: “Ser discreto es la mejor opción”. Por último, sobre las opciones de aparcamiento invitan a utilizar el parking del restaurante en el que se consume, puertos deportivos, sitios turísticos y preferiblemente las zonas destinadas a las autocaravanas, áreas de pernocta y campings.

“Hay más europeos por el cierre de Marruecos”

Antonio Ruiz, presidente de la Plataforma Estatal del Karavaning (PEKA), explica que en el litoral andaluz hay más turistas que nunca en invierno por el cierre fronterizo de Marruecos. Este colectivo ha pedido comprensión a las autoridades de la provincia y recuerda que “no se pueden ir poniendo prohibiciones arbitrarias ni puertas al campo”. El colectivo en defensa de este turismo itinerante recuerda que las administraciones deben poner coto a las conductas irresponsables, pero también piden más zonas habilitadas porque las privadas están llenas y las públicas son casi inexistentes. “Hay que buscar soluciones consensuadas, es un tipo de viajero que crece y hay que aprovechar las oportunidades económicas que genera”, argumenta Antonio Ruiz. En este sentido, desde la PEKA piden a los ayuntamientos que no se aprueben normas que se saltan la legislación existente de la DGT y explican que “las señales que han puesto en Roquetas no sirven para nada porque no se puede discriminar a las autocaravanas de otros vehículos”. Por último recuerdan que el turista europeo viene de otra legislación más flexible y no se puede culpabilizar al español que es más prudente de sus prácticas.

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