La Audiencia ya tiene en sus manos la causa contra Ana Julia Quezada

Tribunales

El Juzgado de Instrucción 5 ha dictado finalmente el auto de apertura de juicio oral, ya sólo queda señalar la fecha del juicio con jurado popular

Ana Julia Quezada durante los tensos días de búsqueda de Gabriel apoyando a su pareja, el padre del menor / Javier Alonso
M.M.

06 de marzo 2019 - 06:00

Ana Julia Quezada durante los tensos días de búsqueda de Gabriel apoyando a su pareja, el padre del menor / Javier Alonso

La cuenta atrás para que Ana Julia Quezada sea juzgada como presunta asesina del pequeño Gabriel Cruz ha comenzado. Poco antes de que se cumpla un año de su detención, aunque el cierre de la instrucción coincidió con el aniversario de la desaparición del niño, el titular del Juzgado de Instrucción número 5 de Almería, Rafael Soriano, ha dictado el auto de apertura de juicio oral por el que decreta dicha a remisión de la causa a la Audiencia Provincial de Almería, donde Quezada será juzgada en calidad de procesada por un jurado popular.

Ahora ya es cuestión de que en el Palacio Provincial cierren los últimos flecos que puedan quedar de cara al juicio y se encuentre una fecha adecuada en la que encajarlo. Una vez fijadas todas las sesiones, la dominicana, que reconoce haber matado al ‘Pescaíto’ aunque sostiene que de forma accidental, deberá hacer frente a las duras acusaciones de la Fiscalía de Almería y los letrados Francisco y Miguel Ángel Torres, contratados por los padres del menor con un único encargo, que obtengan la pena máxima posible para ella.

El auto no sólo ordena que se deduzca testimonio de los escritos de calificación de las partes, sino de una profusa serie de pruebas propuestas por la Fiscalía y la acusación particular, que incluyen numerosas diligencias de la Guardia Civil, declaraciones de los padres del niño, su familia y el entorno más cercano; las realizadas por Quezada ante la Benemérita y en sede judicial, e incluso de Judith, su hija, quien pasó unos días en Las Hortichuelas Bajas tras acudir desde Burgos para estar junto a su madre.

Ana Julia Quezada. / diario de almería

No faltan, como es lógico, informes de tipo forense y los relativos al registro efectuado por la Policía Judicial en la finca de Rodalquilar en la que Gabriel estuvo enterrado hasta que el 11 de marzo del año pasado Quezada lo extrajo, la reconstrucción de hechos, y también la interceptación de comunicaciones en interior del vehículo en el que condujo el cadáver hasta Vícar, donde fue detenida.

La Fiscalía y las acusaciones piden para Quezada prisión permanente revisable. Según su relato, que hace suyo el de los investigadores, se trató de un crimen cuidadosamente planificado y perpetrado a sangre fría. La mujer abordó al pequeño en el camino de Las Hortichuelas, cercano a la casa de su abuela, cuando supuestamente iba a jugar a casa de un amigo, y le convenció para que fuera con ella a la finca de Rodalquilar. Una vez allí lo asfixió y ocultó el cuerpo.

El atestado de Burgos ha sido incluido

El juez Rafael Soriano ha decretado que se deduzca testimonio del atestado realizado por la Guardia Civil en relación a la muerte en Burgos de la hija de Ana Julia Quezada dentro de las diligencias incluidas en la causa por el asesinato del niño Gabriel Cruz. Precisamente, el pasado 27 de febrero los padres de Gabriel Cruz anunciaron que iban a solicitar que se incorporase la deducción de testimonio de actuaciones que se llevaron a cabo en Burgos en relación con la muerte de la hija de Quezada, expareja del progenitor del niño Gabriel Cruz. Patricia Ramírez, la madre, afirmó que esta petición se haría “formalmente para que de alguna manera se incorpore” a su caso esa “historia de Burgos”, aunque hayan “pasado muchos años”, porque están convencidos de que “tiene mucho que ver” con la muerte de su hijo. Así lo trasladaron en una comparecencia ante los medios en la que Patricia Ramírez, madre del menor, explicó que estaba previsto solicitarlo durante la audiencia previa a la apertura de vista oral en el Juzgado de Instrucción número 5 de Almería, suspendida a petición de la defensa de Quezada. Afirmó que esta petición se haría "formalmente para que de alguna manera se incorpore" a su caso esa "historia de Burgos", aunque hayan "pasado muchos años", porque están convencidos de que "tiene mucho que ver" con la muerte de su hijo. "Lo que sí sabemos es que hay un historial en Burgos, que esté prescrito o no, pasó hace muchos años, pero que esté incorporado al nuestro es lo que pedimos. Como padres, a todo lo que nos podamos agarrar de manera legal para que no pueda hacer daño, siempre en base a la legalidad y al buen proceder, lo vamos a hacer", insistió.

El fiscal alude también a la actitud mantenida por la acusada durante el periodo de búsqueda del menor, de “aflicción, compungida y apesadumbrada, involucrándose en las batidas de búsqueda en una clara actitud de simulación, fingimiento y farsa, pública y notoria con absoluta frialdad de ánimo”, todo ello destinado a disipar cualquier duda o sospecha.

Por su parte, la defensa no pide más que tres años de cárcel al calificar lo sucedido como un homicidio imprudente. Según su versión, que recoge lo declarado por la propia Ana Julia Quezada, al llegar a la finca el pequeño habría cogido "un hacha para jugar", por lo que la acusada le habría pedido que la "soltara" pues "era peligroso y podía hacerse daño". A partir de ahí, el relato planteado por la defensa incide en que la víctima "entró en la vivienda y le dijo que se callara, que siempre le estaba diciendo lo que tenía que hacer, que quería que su padre estuviera con su madre y no con ella, que era una negra fea,insultándole y negándose a entregarle el hacha".

Cambió de versión sobre la muerte de su hija

Según consta en unos informes del Instituto Armado incluidos en el sumario de la causa, consultados por Efe, un tío de la procesada declaró que ésta relató "algo distinto" cada vez que contó cómo se produjo el accidente en el que perdió la vida su hija. El marido de una tía de Ana Julia contactó directamente con la Guardia Civil tras la detención de la mujer para "hablar sobre episodios ocurridos en su vida que le habían llamado la atención". Manifestó que el 6 o 7 de marzo de 1996 había recibido una llamada de Ana Julia en la que les comunicó que su hija pequeña, que acababa de traer de República Dominicana, se había caído por la ventana de un séptimo piso. El hombre subrayó que entonces le resultó llamativa la "falta de empatía con lo sucedido" de Ana Julia, añadiendo que poco después ésta pasó tres o cuatro días en su casa de Lerma (Burgos). "Varias veces contó lo ocurrido con su hija pero cada día contaba algo distinto. En una versión decía que la ventana estaba abierta, en otra decía que estaba cerrada..."; relató este testigo, quien añadió que a él y su mujer les resultó "raro", pero que el juez dijo que "había sido un accidente y así se quedó". Un exmarido de Quezada, que residía con ella en Burgos cuando murió la niña, aseguró por su parte que ésta solía escapar por la ventana de una chabola en República Dominicana. El hombre relató cómo esta niña dormía en una habitación junto a la hija que Ana Julia y él habían tenido y que el domingo 3 de marzo de 1996 cuando se levantó por la mañana fue a verlas y se dio cuenta de que no estaba la pequeña, a la que había acogido. Apostilló que fue el primero en entrar al patio al que se precipitó la niña desde un séptimo piso cuando ya estaba "fría", apuntando que a Ana Julia le dio "un ataque de ansiedad y no sabía qué hacer", así como que les tomaron declaración y no había vuelto "a saber del asunto".

Relato de la Fiscalía

El escrito de la fiscal señala que sobre las 15.30 horas del 27 de febrero de 2018 día el niño le dijo a su abuela, en cuya casa de Las Hortichuelas Bajas de Níjar se encontraba, que iba a jugar con sus primos, y que Quezada estaba "pendiente de sus movimientos".

La fiscal mantiene que abordó al niño en el camino de cien metros que iba de la casa de su abuela a la de sus primos y le pidió que la acompañase para ayudarla porque iba a pintar en una finca del padre de Gabriel en Rodalquilar, en un lugar aislado a varios kilómetros, lo que accedió ante la "confianza" que tenía en ella al estar "íntimamente vinculada a su entorno familiar desde el inicio de la relación sentimental con su padre".

Ana Julia Quezada

Una vez en la finca, mientras el pequeño estaba "confiado" y "totalmente ajeno a la intencionalidad criminal" de la mujer, según la Fiscalía, de forma "súbita y repentina", con intención de ocasionarle la muerte, lo tiró contra una pared y después le tapó con las manos la boca y la nariz y lo asfixió.

Posteriormente, desnudó al menor y lo enterró junto a una alberca en el exterior de la finca, que cubrió con tierra y piedras, tras lo que guardó las ropas y se las llevó a casa de la abuela del niño, a donde acudió tras ser alertada por Ángel Cruz de la desaparición de Gabriel, esperando el momento oportuno para deshacerse del cadáver.

El día 5 de marzo tiró las prendas a un contenedor de vidrio en el barrio de Retamar de Almería.

Señala que el 3 de marzo propició el hallazgo de una camiseta del niño en un lugar que había frecuentado con una expareja suya, con la finalidad de despistar a la Guardia Civil y dirigir las sospechas sobre este hombre.

El 11 de marzo desenterró el cuerpo de Gabriel y lo metió en su coche para buscar un invernadero donde ocultarlo, "profiriendo durante el trayecto expresiones carentes del más mínimo sentimiento de humanidad", hasta que fue detenida cuando intentaba acceder al garaje de su domicilio en Vícar.

No hay comentarios
Ver los Comentarios

También te puede interesar

Lo último