Atanasio y los "Coquilla" de Sánchez-Fabrés están a punto de desaparecer
Duro golpe a la cabaña brava por el peligro de estos importantes "encastes", simiente de numerosas ganaderías

Las ganaderías de Atanasio Fernández y Sánchez-Fabrés están a punto de desaparecer. La de Atanasio ha sido durante muchísimas décadas simiente de muchas ganaderías y uno de los hierros predilectos de las figuras. Durante los 60, 70 y 80 no había feria de prestigio que no contase con los "Atanasios" en los carteles de máximo relumbrón. Considerada como una de las ramas del encaste Parladé-Tamarón-Conde de la Corte, auténtico patrimonio genético de bravura, por los últimos cambios de mano debido a herencias ha ido perdiendo control en la selección de la casta. Los últimos años se han vendido toros para festejos menores como máxima manifestación de la deriva de su prestigio. Por ello, la práctica totalidad de las vacas han sido mandadas al matadero, manteniendo un reducido número para mantener el hierro.
La fundó Bernabé Cobaleda en 1908, pasando a su muerte en 1929 a manos de su hija Natividad Cobaleda Sánchez casada con Atanasio Fernández Iglesias. Este nuevo ganadero debuta en Las Ventas en 1941 y ocho años más tarde el torero Rovira abre la primera puerta grande Venteña con este hierro. A partir de entonces Jumillano, Antonio Ordóñez, Julio Aparicio, Mondeño, Andrés Hernando, El Cordobés, Ángel Teruel, El Viti, Curro Rivera, Paquirri y Palomo Linares gozaron de triunfos en esta plaza por la bravura de los "Atanasios". Precisamente palomo linares el 22 de mayo de 1972 cortó el único rabo en esta plaza al toro Cigarrón.
Primero Bernabé y luego Pilar Fernández Cobaleda han mantenido como herederos los toros en la fincas de Campocerrado y Martínhernando hasta que Asís Cobaleda ha tenido la última decisión.
Sánchez-Fabrés es un caso distinto. Por las imposiciones de Bruselas en el trato sanitario del ganado bravo al censarlas como establos, obligando a extremos controles sanitarios. Se da la circunstancias que esta ganadería convive con animales en estado salvaje cinegéticos que no tienen control sanitario y trasmiten tuberculina.
Los ganaderos quieren que Europa considere el ganado bravo como de cría salvaje.
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